Este conjunto de formaciones de piedra, de diverso tamaño, se encuentran en medio de la planicie más alta del país, la meseta de Bombón. La zona posee además numerosos vestigios arqueológicos, como las pinturas rupestres diseminadas en toda el área, las cuales suman más de 500 unidades y dan cuenta de una antigua relación entre el hombre y este singular ecosistema. Enriquecen el paisaje varias hermosas lagunas y fuentes de aguas termales.
En su ámbito se encuentran restos arqueológicos denominados “Colcas” o depósitos ubicados en el cerro San Francisco, también conocido como Loma Chacamarca. Estos lugares eran importantes centro de acopio o almacenes incas en donde también se guardaban semillas, armas, alimentos, carne seca o “charqui”, tejidos, vestidos, herramientas, y otros.
Entre las aves de mayor importancia destaca la perdiz de puna, el ganso andino, el pito, el yanavico, el lique lique, pamperos, churretes, varias especies de patos y otras aves.
Los mamíferos son escasos en el ámbito del Santuario y entre los más representativos se encuentran la vicuña, el zorro andino, el zorrino y el cuy silvestre. En cuanto a flora, la cobertura vegetal más frecuente está representada por los pajonales, el césped de puna y los bofedales u oconales.
Esta área natural protegida, creada el 7 de agosto de 1974, se encuentra en la pampa de Junín o altiplano de Bombón, donde aconteció la célebre Batalla de Junín.
El lago Chinchaycocha o Junín alberga una diversidad de aves migratorias, endémicas y residentes que constituye una de las más ricas de los humedales altoandinos peruanos. Durante el Global Big Day se reconoció a esta área natural protegida como zona de observación de aves.
Allí se pueden observar especies únicas en su genero, siendo la más representativa el zambullidor de Junín y la gallinetita negra o gallareta de Junín (Laterallus tuerosi). Ambas especies son endémicas del lago donde se les protege.
En cuanto a fauna destacan pajonales, césped de puna, bofedales u oconales, totorales, entre otras especies de cobertura vegetal altoandina.
Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas
Esta área natural protegida por el Estado fue creada oficialmente, el 1 de mayo del 2001, para conservar la cuenca alta del río Cañete y la cuenca del río Pachacayo, que albergan ecosistemas paisajísticos de gran belleza y singularidad y coexiste, además, en armoniosa relación con las actividades de las comunidades campesinas asentadas en esas zonas.
Para llegar hasta este paradisiaco destino se debe avanzar por la carretera Panamericana Sur y llegar hasta la altura del kilómetro 142 de la citada autopista, y desde allí tomar el desvío hacía el distrito de Lunahuaná, pasando por el distrito de Imperial, ambos en la provincia de Cañete, hasta llegar al área natural protegida.
En la ruta hacia este fascinante destino se recorren los distritos de Tanta, Miraflores, Vitis, Huancaya, Alis, Laraos, Tomas y Carania, ubicados en la provincia de Yauyos, los cuales conforman la reserva paisajística. También forma parte de ella el distrito de Canchayllo, de la provincia de Jauja, en la región Junín.
La Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas comprende un territorio de 221,268.48 hectáreas, y es una de las zonas de mayor belleza paisajística del Perú. Los días son calurosos con temperaturas superiores a los 20 grados Celsius, por lo que se recomienda protegerse con bloqueador solar y usar sombreros. En las noches, la temperatura desciende bruscamente hasta por debajo de los cero grados, por lo que se recomienda llevar siempre ropa de abrigo.
En las últimas dos décadas, la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas se convirtió en destino favorito de los amantes de la naturaleza que encuentran en este cautivante lugar y su gran biodiversidad a una sucursal del paraíso en los Andes.
Y para aquellos que buscan escenarios y momentos ideales de solaz y tranquilidad, así como para recargar energías y dejar de lado el agobiante estrés citadino, la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas reúne con creces esos atributos propios del edén.
El atractivo principal de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas son sus hermosos paisajes abrazados por montañas e irrigados con ríos de aguas turquesas, sus bellas lagunas, profundos cañones, impresionantes nevados tutelares como el Pariacaca.
La principal zona turística y recreativa se encuentra en las zonas aledañas a los centros poblados de Vitis, Huancaya y Vilca; y la zona que incluye a Marcatupe y la laguna Piquecocha.
Todas estas localidades están ubicadas a lo largo del río Cañete. Entre las actividades más usuales y recomendadas están las caminatas, la pesca deportiva, el kayak, el andinismo, la espeleología, la observación de aves y los paseos en bicicleta.
En el largo listado de lugares por visitar destacan las cascadas de Huancaya y Vilca; las lagunas de Piticocha, Mullucocha y Paucarcocha, en Tanta.
La
Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas cuenta con más de 40 restos arqueológicos que representan una diversidad cultural alta en la zona. No solo destacan estos restos en sí, sino de manera especial se registran diversas muestras de andenería que denotan un gran trabajo agrícola en la zona.
Entre los sitios arqueológicos destaca Huamanmarca, en Carania, al que se accede desde Huancayo, a través de un camino arqueológico de una longitud de cuatro kilómetros que tiene varias escalinatas de piedra, una de ellas en forma de caracol; antes de llegar a las chullpas se aprecia una especie de muralla defensiva donde no hay obstáculos naturales. Las construcciones de piedra están enclavadas en zonas rocosas con pronunciada pendiente y grandes abismos; su ubicación estratégica sirvió a los antiguos pobladores Yauyos para defenderse de sus enemigos.
Las edificaciones muestran una influencia inca, y tenían un reservorio en la parte alta ubicado paralelamente al camino principal, que conduce agua desde la laguna Huilla, ubicada en la falda del nevado Kipala. En la parte baja de la ciudadela, se puede apreciar los andenes de Carhua, y el laboratorio inca de Huaytuya, así como morteros donde se procesaban minerales, vestigios que confirman que los antiguos moradores compartieron la actividad agrícola con la minería.
Otros sitios arqueológicos importantes son Huaquis, en el distrito de Miraflores; Vinchos y Andas en el distrito de Canchayllo. Asimismo, deslumbran las impresionantes andenerías de Laraos, Carania y Vitis, donde se puede observar cuatro tipos diferentes de andenes. También se recomienda visitar las pinturas rupestres de Cuchimachay, en Tanta y Quilcasca en Laraos.
Estas muestras avanzadas de ingeniería preinca e Inca son parte del patrimonio vivo que se mantiene dentro del lugar, puesto que muchas de estas estructuras se siguen utilizando hasta la fecha. En la reserva se puede divisar parte del antiguo
Camino Inca o
Qhapac Ñan que atraviesa todo el Perú. Se ha identificado un ramal que conecta Pachacamac con Jauja perfectamente demarcado con bordes de roca y caminos de tierra apisonada.
En la localidad de Laraos se encuentra la caverna más profunda de Sudamérica. Está ubicada a 4,400 metros sobre el nivel del mar y presenta un desnivel vertical de 630 metros. Por otro lado, en la misma localidad se encuentra también la cueva Qaqa Mach’ay que es la más alta del mundo a una altura ubicada a 4,930 metros de altitud, con 125 metros de profundidad.
En la cueva Pumacocha se han encontrado fósiles y otros vestigios muy antiguos que representan un gran atractivo para aficionados y para investigadores.
El nevado tutelar o apu Pariacaca es un símbolo de identificación y pertenencia cultural y natural, así como la figura central en la configuración de los asentamientos de la población de Yauyos, aspectos importantes que lograron la categorización de la primera Reserva Paisajística del Perú.
A través del tiempo, el apu Pariacaca ha significado un hito de identificación y pertenencia cultural, así como la figura central en la configuración de los asentamientos de la población de la provincia de Yauyos. Este nevado ejerce desde tiempos ancestrales una influencia en la cosmovisión y cotidianidad de las diversas poblaciones aledañas al Apu, ubicado en el distrito de Tanta, en especial las ubicadas dentro de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas.
Dentro del ámbito del apu Pariacaca se encuentra uno de los tramos de la red de Caminos Inca que unía al Cusco con diversos destinos del antiguo Tahuantinsuyo, como el Santuario de Pachacámac, al sur de Lima. Este tramo de 40 kilómetros comprende el abra de Saqsha, a 4,745 metros sobre el nivel del mar, hasta el pueblo de San Lorenzo de Quinti.
La ruta es considerada por los historiadores como el camino de peregrinaje más importante que conduce al nevado tutelar, vinculando prácticas culturales y religiosas en torno al apu Pariacaca. Por este sendero ceremonial transitaba todo tipo de peregrinos, los que subían desde Pachacamac (en la costa) y los que descendían desde Xauxatambo (en la sierra), rumbo al santuario de Pariacaca.
Esta área natural protegida alberga una variada biodiversidad que en el caso de la flora destacan los bosques de queñuales y rodales de puya Raimondi, que florece solo una vez en su existencia de más de cien años.
En cuanto a la fauna se pueden apreciar aves entre las que destacan diversas especies de zambullidores, el huaco, el yanavico, la huallata, y diversas especies de patos, entre otras.
Respecto a los mamíferos, se reporta la presencia del zorro andino, el venado, el gato andino, la vizcacha, el puma, el gato cimarrón, la taruca, la vicuña, la llama, la alpaca, un marsupial y varias especies de roedores.
Los pobladores de las comunidades ubicadas en el interior de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas han conformado asociaciones de turismo rural comunitario que les ha permitido obtener ingresos.
Los pobladores ofrecen paseos turísticos, como al mirador del Cóndor, a los bosques de puya, y a las pinturas rupestres. También ofrecen sus trabajos en artesanía.
Durante su estadía los visitantes podrán degustar platos típicos como la crema de habas, el chupe verde preparado con papa, queso, huevo y huacatay; así como el dulce de chapana preparado con yuca molida.
Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes
Creado el 2 de marzo de 1988, esta área natural protegida por el Estado, el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes abarca una extensión de 2 972 hectáreas y se ubica en el litoral de la costa norte del Perú, en el distrito y provincia de Zarumilla.
Es un lugar único pues alberga la mayor extensión de manglares del país. El manglar o mangle es una especie de árbol que crece en zonas tropicales donde desemboca un río, por lo que se nutre tanto de agua dulce como salada procedente del mar. En Tumbes se encuentra desde el delta que forma la desembocadura del río Tumbes hasta Punta Capones, en la frontera con Ecuador.
Es por eso que el valor de este ecosistema no solo se debe a su
diversidad biológica, sino también a que muchas poblaciones humanas obtienen beneficios directos a través de la extracción, comercialización y consumo de los productos hidrobiológicos que obtienen de allí. El Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes fue reconocido como
Sitio Ramsar el 20 de enero de 1997.
Manglares
Los manglares son un ecosistema único donde surgen, crecen y se desarrollan los mangles que son árboles que toleran tanto el agua dulce como el agua salada, y constituyen una de las pocas especies vegetales que se han adaptado para vivir en condiciones de inundación.
A simple vista, los bosques de mangles lucen como hileras anchas de árboles con raíces y ramas retorcidas y delgadas, que se entrelazan semisumergidas en playas, desembocaduras de ríos y lagunas de zonas costeras tropicales y subtropicales.
En los manglares hay gran cantidad de materia prima como madera de calidad para la construcción de casas (su madera es resistente a las termitas). También es muy preciada para la construcción de barcos y muelles debido a su densidad y resistencia a la putrefacción.
De sus ramas y hojas se obtienen hierbas medicinales, tinturas, entre otros. La miel del mangle es muy preciada por su dulzura y a la vez por su matiz salado. De sus árboles también se extrae sal. Del mismo modo, son lugares claves para el desarrollo de la pesca familiar y artesanal.
Los manglares son los únicos bosques del mundo que representan una suerte de muro natural que hace frente a las tormentas. Si los manglares desaparecieran, las comunidades también se quedarían sin una de las barreras de protección para mitigar la erosión del suelo.
Los bosques de mangle se han convertido en parte del atractivo ecoturístico de las costas y son importantes áreas para la investigación científica, el desarrollo de campañas de sensibilización pública y la educación ambiental.
Asimismo, constituyen el principal medio para la obtención de alimentos e ingresos y, de una u otra forma, los servicios de aprovisionamiento derivados de estos ecosistemas benefician a todos.
Los manglares sirven como refugio para una gran variedad de especies, entre las que destacan aves, peces, moluscos y crustáceos. Entre estos últimos destaca el cangrejo del manglar o cangrejo rojo, una especie emblemática que, hasta hace algunos años, corría el peligro de desaparecer del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes por la captura indiscriminada debido a la creciente demanda, sobre todo en el mercado gastronómico.
Sin embargo, desde el 2015 se está revertiendo esta amenaza gracias al trabajo conjunto entre las autoridades y los pescadores artesanales de la zona. Gracias al contrato de administración suscrito entre el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y el Consorcio Manglares del Noroeste, se estableció un hito en la conservación del cangrejo rojo y de otras especies.
Otra especie emblemática del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes es la concha negra, molusco bivalvo de la familia e los árcidos o arcidae, cuyas valvas, de forma ovalada, son de paredes gruesas y estriadas y con una cubierta externa cubierta pilosa de tono oscuro, que le da el nombre.
Las conchas del manglar, en particular la concha negra, y el cangrejo rojo, son parte fundamental de algunas de las especialidades culinarias más conocidas de la región costera, como el cebiche de conchas negras, la parihuela o los sudados hechos con ambas especies, entre muchos otros platos, por lo que su comercialización son una fuente fundamental de ingresos para las familias de los extractores artesanales.
La norma afirma que, en la actualidad, se trata de una actividad económica artesanal poco intrusiva y sostenible, siendo en ese sentido un factor indispensable para la preservación del ecosistema del manglar y de la forma de vida asociada al mismo.
La zona de uso turístico y recreativo del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes está comprendida por el estero Zarumilla, a la altura del estero Camarones, y continúa por el estero Matapalo hasta el estero La Envidia, a la altura del sector El Palmal.
Tiene un área total de 137.5 hectáreas (4.61 % del área) y en ella se puede visitar las orillas del manglar y recorrer los canales en canoas y/o kayak, observar aves y apreciar las actividades extractivas sostenibles de recursos hidrobiológicos (ecoturismo y turismo vivencial).
En el puesto de control El Algarrobo, ubicado en la zona de amortiguamiento del área protegida, se encuentra el Centro de Interpretación, cuya visita es obligatoria. En la zona de amortiguamiento existe también un sendero turístico peatonal de 60 metros de longitud denominado “El Oscuro”, que está implementado en el corazón del manglar con material de la región, así como dos circuitos para la visita en embarcaciones pequeñas.
Uno de los circuitos comprende el Puerto 25-canal Zarumilla-poza El Toro-canal Zarumilla-canal Paracas-Puerto 25. El otro circuito está formado por Puerto 25-canal Paracas-canal Zarumilla-punta Capones-canal Zarumilla-canal Paracas-Puerto 25.
También se puede visitar Puerto Pizarro, ubicado a 15 kilómetros de Tumbes, que es el único puerto de pesca artesanal dentro del bosque de manglar en el país. Alberga, además, al zoocriadero de cocodrilos de Tumbes donde hay aproximadamente 350 ejemplares.
El 28 de junio de 2021, la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Tumbes otorgó el sello internacional Safe Travels al Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, que lo acredita como destino turístico bioseguro por la correcta aplicación de los protocolos sanitarios para prevenir la propagación del covid-19.
Reserva Nacional de Lachay
Creada el 21 de junio de 1977, la Reserva Nacional de Lachay ocupa un área de 5,070 hectáreas en medio de la franja desértica costera. Constituye un refugio para la variada fauna de la costa del Perú y una muestra representativa de la exuberante vegetación de las lomas costeras, que se caracterizan por su abundante humedad que se expresa en la densa neblina que se adueña del paisaje.
Este frágil ecosistema es único, y como todo espacio intervenido ha sufrido amenazas tales como el pastoreo excesivo y la tala de árboles. Al convertirla en área protegida se hace posible que conservar una muestra representativa de las lomas costeras y fomentar el aprovechamiento sostenible de estos recursos.
Resulta fascinante observar durante la visita a la Reserva Nacional de Lachay como hasta las telas de araña sirven para captar la humedad. Es así como el impresionante mundo natural se adapta a través de los años a implementar y mejorar técnicas para su supervivencia.
Y dado que el tema del agua dulce tiene cada día más relevancia para la humanidad debido a los presagios de escasez que se avecinan como consecuencia del cambio climático, se puede tomar como ejemplo este ecosistema que nos enseña como la naturaleza puede desarrollarse en condiciones difíciles.
La Reserva Nacional de Lachay cuenta con una infraestructura para albergar a los visitantes como el centro de interpretación, servicios higiénicos, parqueo para automóviles, entre otros.
La principal actividad dentro de la Reserva Nacional de Lachay son las caminatas y la observación de aves. Todos los senderos están señalizados lo que facilita el recorrido.
El recorrido por las zonas autorizadas en el área protegida toma alrededor de dos horas. En esta interesante caminata se pueden apreciar los diferentes pisos de la reserva. En la parte opuesta al mar se encuentra una cadena de cerros y en los alrededores algunos cerros abruptos con rocas de caprichosas formas, producto de la erosión del viento y del agua. Estas rocas reciben la humedad a través de la neblina que se condensa en agua que luego discurre hacía las partes más bajas.
Las especies forestales que destacan son la tara, el palillo, el mito, el huarango, los cuales tienen gran capacidad de captación de neblina.
Al caminar por estos senderos se pueden contemplar diversas especies de aves y con suerte algunos mamíferos. Entre las aves destacan: el cernícalo, el aguilucho común, el canastero de los cactus, el chorlo del campo, el aguilucho grande, el turtupilín; y especies endémicas de la zona como la perdiz serrana, así como el pampero pico grueso.
Además, se pueden apreciar tortolitas, pericos, chorlos, picaflores, lechuzas de los arenales y otras aves. En total se han identificado cerca de 60 especies de aves. Entre los mamíferos residentes más representativos se encuentran los roedores como los ratones orejudos y otras especies como el zorro costero y diversas especies de murciélagos. Entre los mamíferos ocasionales encontramos el gato del pajonal.
Entre los restos arqueológicos encontrados en el área de la Reserva Nacional de Lachay destacan los petroglifos o pinturas ideográficas precolombinas, ubicadas principalmente en el sector norte de la reserva.
Se estima que existen más de 40 petroglifos en Lachay. En algunas quebradas de la reserva existen sistemas de terrazas o andenes de piedra que posiblemente sirvieron para el desarrollo de la agricultura de pueblos ancestrales ahí asentados.
En su mayoría, los puquiales u ojos de agua se encuentran reforzados con estructuras de piedra, lo que muestra el manejo del agua que practicaban los antiguos pobladores del área.
(FIN) LZD/MAO
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