Señor de los Temblores: ¿Por qué se llama así y qué tradiciones acoge esta festividad?

Conoce la historia de esta devoción religiosa cusqueña, cuándo y cómo se celebra

06:00 | Lima, oct. 18.

El último domingo de octubre se celebra el Día Solemne del Señor de los Temblores y la ciudad de Cusco volverá a ser escenario de una de las manifestaciones de devoción católica e identidad cultural más multitudinarias del sur peruano y que han contribuido a que esta festividad sea reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación.

¿Cuál es el origen e historia de esta devoción y festividad emblemática de Cusco?, ¿Por qué se le llama Señor de los Temblores?, ¿Desde cuándo es Patrón Jurado de Cusco y por qué?, ¿Cuándo sale en procesión y qué tradiciones religiosas y culturales se desarrollan en la Ciudad Imperial? A continuación, la respuesta a estas y otras interrogantes.

Origen e historia del Señor de los Temblores


El génesis de esta devoción se remonta al año 1620, cuando el entonces rey español Felipe II mandó a producir en Sevilla una escultura de un Cristo crucificado, hecho de madera, similar al del Señor de Burgos, para que los habitantes de Cusco se conviertan a la fe cristiana en el proceso de evangelización que acompañó a la conquista del Perú.


Concluido el encargo, la escultura fue enviada al Virreinato del Perú, asegurada en un arca y afianzada en la cubierta de una nave destinada a cruzar el océano Atlántico y llegar al puerto del Callao, desde donde debía ser trasladada a la ciudad de Cusco.

Cuando se encontraba en alta mar, la embarcación sufrió el embate de fuertes tormentas y los sacerdotes encargados de su traslado y cuidado, en su desesperación, sacaron del baúl a la escultura de Cristo, lo aseguraron al trinquete mayor e imploraron su piedad y clemencia para que detuviera la furia del mar. Y así sucedió. Se tranquilizaron las olas y en agradecimiento a este hecho considerado milagroso, los religiosos decidieron llamarlo Señor de las Tormentas.


Una vez que arribó al puerto del Callao, la imagen de Cristo debía ser transportada al Cusco, encomendándose la tarea a un conocido arriero español afincado en la Villa de Mollepata, ubicada en la actual provincia cusqueña de Anta. Después de un viaje lleno de incidentes, al llegar a Mollepata la comitiva se detuvo para descansar unos días, pero al querer reiniciar el viaje sucedió algo insólito. El arcón que contenía la imagen se volvió tan pesado que no pudieron moverlo. Los encargados del traslado y la población local consideraron que ello respondía a que la imagen deseaba permanecer en ese lugar y la comitiva se vio obligada a dejarla allí, no sin antes establecer como condición a los moradores que debían levantarle un templo. Desde entonces, esa imagen es conocida como Señor de la Exaltación de Mollepata.

En vista que el arriero debía cumplir con la orden del rey de entregar a la ciudad de Cusco la imagen de Cristo crucificado, encomendó a un artesano cusqueño que esculpiera otra imagen similar a la traída desde España. La nueva imagen fue modelada en pergamino de llama y una vez terminada fue entregada al arzobispo de Cusco para que la colocara en la Catedral. Según las crónicas de entonces, los fieles que miraban directamente al rostro de esa imagen de Jesús crucificado evitaban una muerte violenta o con sufrimiento, por lo que fue llamada Señor de la Buena Muerte.


¿Desde cuándo y por qué se le llama Señor de los Temblores?


Cuenta la historia que cuando ocurrió el gran terremoto que sacudió a Cusco el 31 de marzo de 1650, un grupo de fieles sacó en procesión al Cristo crucificado para aplacar la ira de la naturaleza. El sismo, en efecto, se detuvo y la imagen fue colocada en la puerta de la Catedral mirando a la ciudad con la creencia de sus fieles de su capacidad para aplacar las constantes réplicas que afectaban a la Ciudad Imperial. En agradecimiento a esta acción considerada milagrosa, el Cristo de la Buena Muerte fue rebautizado como el Señor de los Temblores.

Patrón Jurado de Cusco


Los milagros atribuidos al Señor de los Temblores continuaron en 1720 cuando la Ciudad Imperial fue asolada por una peste que solo se detuvo cuando la imagen del Santo Cristo salió en procesión. 


Debido a estas señales de poder divino, la población decidió proclamar al Señor de los Temblores Patrón Jurado de Cusco, desplazando con ello a la venerada imagen de Santiago, que había sido proclamada como tal por los españoles en 1646.


Cambio notorio de la imagen


El color de la piel del Señor de los Temblores fue oscureciéndose con los años debido el humo de los cirios y del sahumerio, así como por la resina de las flores de ñucchu, que tiene un color rojo escarlata y que le son arrojadas por los devotos durante las procesiones. Por esta razón, la imagen es conocida también como Cristo Moreno de los Andes y Cristo Indio.

Patrimonio Cultural de la Nación


El 28 de diciembre de 2007, el entonces Instituto Nacional de Cultura (hoy Ministerio de Cultura) declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Festividad del Señor de los Temblores.


Ello en reconocimiento como culto religioso que contribuye a fortalecer la identidad regional cusqueña y nacional, debido a la riqueza de los elementos que conforman esta tradición religiosa.



Otros reconocimientos


El 31 de octubre de cada año se celebra la fiesta del Señor de los Temblores, reconocida por el Papa Juan Pablo II que proclamó a esa fecha el Día Solemne del Señor de los Temblores, resaltando su papel como símbolo de fe y protección para los cusqueños.


En 2016, el Cristo Moreno de los Andes recibió la Medalla de Honor del Congreso de la República del Perú, en el grado de Caballero, lo que reafirma su título como Patrón Jurado del Cusco y símbolo de fe para miles de devotos en esa región, en todo el Perú e incluso de fieles que residen en el extranjero.

Salida en procesión y recorrido


La procesión fue instituida el 31 de marzo de 1650, en recuerdo al devastador terremoto, y en 1741 fue cambiada al día de Lunes Santo, marcando el inicio de la Semana Santa. El recorrido de la procesión sigue tal como se estableció en ese año.


La imagen del Señor de los Temblores sale de la Catedral y a continuación visita el templo de Santa Teresa, donde cambia su sudario para luego dirigirse al templo de la Merced, donde le espera la Virgen de la Soledad. En todo su recorrido recibe un multitudinario homenaje de sus devotos y antes de ingresar nuevamente a su templo, bendice a sus fieles.

La devoción por el Señor de los Temblores aumenta conforme transcurre el tiempo. En los últimos años la procesión de esta venerada imagen congrega a alrededor de 80,000 devotos y turistas en la Plaza de Armas de Cusco


Tradiciones que se expresan en la festividad


Existen tres momentos claves en los que la devoción al Señor de los Temblores alcanza su máxima plenitud:

La salida de la imagen: La multitud estalla en aplausos y lágrimas cuando la imagen cruza la puerta de la Catedral.


El lanzamiento de flores de ñucchu: Este gesto simboliza la sangre de Cristo y es una de las tradiciones más conmovedoras.


La bendición final: Desde el atrio de la catedral, el Señor de los Temblores ofrece su última bendición antes de regresar a su altar a la Basílica Catedral del Cusco.

El momento más esperado por los cusqueños es cuando la imagen del Señor de los Temblores se detiene frente a la catedral y es levantada para bendecir a la ciudad. Se cree que este acto protege a Cusco de desastres naturales y fortalece la fe de la población devota.


Durante la procesión del Señor de los Temblores, un grupo de sahumadores acompaña su recorrido, esparciendo humo aromático como símbolo de purificación y sacralidad. Mientras tanto, los fieles lanzan desde sus balcones pétalos de ñujchu, la única flor utilizada en esta solemnidad.

Horarios de las bendiciones


Primera bendición: A las 2:00 p.m. en la Basílica Catedral del Cusco.


Segunda bendición: A las 6:00 p.m. en la Plaza San Francisco.

Tercera bendición: A las 7:00 p.m. en la Avenida El Sol.

Última bendición: A las 8:00 p.m. nuevamente en la Basílica Catedral.


Lugares donde recibir la bendición del Señor de los Temblores


Para vivir la festividad de cerca, los mejores lugares para apreciar la procesión del Señor de los Temblores son:

Plaza de Armas de Cusco: La imagen sale desde la catedral y es el lugar con mayor concentración de fieles.


Catedral de Cusco: Es el lugar central de la celebración y el hogar del Señor de los Temblores.

Calle Mantas y Plaza San Francisco: Espacios estratégicos para observar el recorrido con menos aglomeraciones.

Frente a la Catedral: Al final del recorrido, la imagen da la bendición a los asistentes.


(FIN) LZD/MAO
 

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Publicado: 18/10/2025