“En mi familia ingenieros no hay, soy la única. Mi hermano es publicista y mi hermana era lingüista, carreras totalmente diferentes a la mía. Mi papá nos dio a elegir libremente lo que queríamos estudiar, con el fin de lograr nuestra independencia”, comenta Hirsh Martínez.
La investigadora peruana todavía recuerda cómo eran los primeros años universitarios, donde era una de las pocas mujeres que había en el salón de clases. Ella se formó como ingeniera informática en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), allí también hizo su Maestría en Ciencias de la Computación, y luego realizó un Doctorado en Biociencia y Biotecnología en la Universidad de Padua (Italia).
“Cuando ingresé a la universidad sí fue chocante porque en el salón solo había 10 mujeres y más de 100 hombres, pero al final nos convertimos en familia, y aprendí a moverme en ese ambiente donde casi siempre soy la única, o solo dos o tres y mujeres, y la mayoría son hombres,” señala.
El mundo de las proteínas repetidas
Si bien se formó como ingeniera informática su rumbo cambió y se especializó en biociencia y biotecnología donde aprendió el fascinante mundo de las proteínas repetidas. Desde hace varios años- en colaboración con laboratorios de investigación de Italia, Francia, Serbia y países de Latinoamérica- viene estudiándolas y forma parte del proyecto REFRACT.
Estas proteínas, que son muy parecidas a unos 'fideos', desempeñan funciones importantes, son abundantes en la naturaleza y están muy ligadas a diversas enfermedades degenerativas.
“Estas proteínas tienen estructuras, si las ves en 3D, pero también son datos. Tienen información que puede ser analizada desde el punto informático,” explica la científica.
Precisamente durante su doctorado, descubrió un método que le permitió predecir cierta información sobre proteínas repetidas. Este aporte podría servir para futuras investigaciones y aplicaciones médicas.
El estudio de estas proteínas está creciendo en los últimos años, y la científica peruana ha estado presente en estos primeros pasos. Como especialista en bioinformática realiza simulaciones y cálculos – que con la experimentación podría tardar años e implicaría mayores gastos- aprovechando los beneficios que proveen la tecnología.
Motivar a los alumnos con la ciencia
En paralelo a su labor como investigadora, Layla Hirsh es docente en la PUCP, es la primera profesora principal de la carrera de Ingeniería Informática - solo hay 2 mujeres y 19 profesores varones- a pesar de esas cifras, es consciente que sí existe un cambio.
La ciencia se convirtió en su principal aliada para motivar a sus alumnos y ahora las estudiantes mujeres pueden tener referentes femeninos, admirar a científicas y soñar en convertirse en una de ellas.
“Trabajo mucho la motivación con mis estudiantes, discuto que me digan miss en el aula. Soy ingeniera, hice mi doctorado, mi maestría, pero insisten en llamarme miss, es importante hacer un cambio de mentalidad y eso se puede lograr con los buenos ejemplos,” enfatiza Hirsh, quien además es la primera directora de estudios en la historia de Estudios Generales Ciencias.
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Durante la pandemia por el covid-19, la ingeniera junto a su equipo de investigación desarrolló
la aplicación móvil ARIM para el
registro de información médica de pacientes con covid-19, minimizará el tiempo y los errores en el registro; y avanzará en la digitalización de la información médica.
“ARIM es un asistente de información médica, ya está listo el software y en los próximos meses debemos implementarlo en dos hospitales del país. Ahora estamos en etapa de pruebas, los médicos nos han dicho que antes se demoraban hasta 20 minutos en hacer el registro y ahora con el sistema lo hacen en seis minutos”, explica.
Este paquete tecnológico será implementado en el hospital Casimiro Ulloa y en un segundo establecimiento médico de provincia. La iniciativa ganó el concurso “Proyectos Especiales: Modalidad – Escalamiento de kits de diagnóstico, dispositivos y tecnologías médicas para la COVID-19” del Concytec y obtuvo un financiamiento deS/. 283,840.00 para su ejecución.
Científica premiada
Gracias a estos valiosos aportes a la ciencia, la doctora Layla Hirsh ganó el concurso Por las Mujeres en la Ciencia 2021 en la categoría “Talentos en ascenso”, dirigido a investigadoras menores de 45 años.
El
concurso “Por las Mujeres en la Ciencia 2021” , promovido por el Concytec y Prociencia, en alianza con L’Oréal y UNESCO, premió a dos científicas peruanas de entre más de 50 postulantes: la Dra. Teresa Ochoa, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, en la categoría “Excelencia científica”, y la Dra. Layla Hirsh de la PUCP en la categoría “Talentos en ascenso”. Cada una recibió como premio 45 mil soles para continuar con sus investigaciones.
“El premio es para todo mi equipo de trabajo, es un honor recibir este reconocimiento y es muy importante para las futuras generaciones. Ayudará a visibilizar nuestras investigaciones y por supuesto es más responsabilidad,” indica.
Para las niñas y jóvenes que quieren seguir el camino de las ciencias y la ingeniería, las alienta a explorar este mundo y ser feliz haciendo lo que les guste.
“Para muchos pensar en ciencia es aburrimiento, y no es así, la ciencia viene con mucha satisfacción y entretenimiento; y eso te lo puede decir cualquier científico. Me hizo mejor persona, me permitió conocer muchos países y excelentes científicos. Para mí, la ciencia es un camino para lograr la independencia”, concluye la científica.
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(FIN) MFA/SPV