Por Nathaly Jimenez“Los aplausos de la gente nunca se me va a olvidar de mi memoria, porque se me erizaba la piel cada vez que los escuchaba”. Así recuerda el suboficial de la Policía Nacional, Ignacio Talledo Alcas, el inicio de la cuarentena obligatoria en el país hace casi un año, y aquellas muestras espontáneas de agradecimiento y afecto de la población para los policías al inicio de este prolongado combate al coronavirus.
El suboficial evoca a su manera, y con los mejores sentimientos, cuando al inicio de la
cuarentena, a las ocho de la noche, los ciudadanos salían a sus balcones y ventanas para aplaudir a policías, médicos, enfermeras y militares, en gratitud por su tarea de impedir el avance del coronavirus en Perú. Eran los inicios de un estado de emergencia que muchos creyeron no duraría más de dos o tres semanas.
También recuerda que fue un duro cambio para todos la llegada de la covid-19 al país. Ni el más curtido policía podía creer que lo que estaba sucediendo.
“Fue duro ese cambio por el enemigo invisible que es el coronavirus, que vino de manera imprevista y atacó a toda la población. Ya sea mayores, ancianos, jóvenes, pero así nosotros siempre en alto afrontando toda situación que pueda dañar nuestra moral.”
El suboficial Talledo, parte de la primera línea, ejerció sus funciones desde el primer día de cuarentena decretada el 16 de marzo del año pasado. Resguardar las calles era una de sus principales tareas. Sin embargo un día, cayó ante esta terrible
enfermedad.
“Tuve miedo. En el día a día el hecho de estar uniformado y parados en la calle prestando servicio a los ciudadanos, estamos en constante riesgo. Más aún con está virus que es invisible, que no solamente contagia a nosotros, sino a nuestras familias, padre, madre, esposa e hijos.”
Y como decíamos, el suboficial Talledo se enfermó con el
virus en su labor y se sumó a los más de 40 mil policías infectados, según informes del
Ministerio del Interior.
Su familia jamás lo dejo solo. Una esposa y tres hijos, que llenaban no solo de amor a Ignacio, sino también de valor para luchar y salir victorioso de la
enfermedad.
“Mi esposa influyó bastante, desde un primer momento que me puse mal me llevo al hospital y después fui trasladado a la clínica por mi estado grave. Mis hijos son mi motor y mi fuerza en la vida”, comenta a la Agencia Andina.
“Tú eres un luchador”
No hubo una camilla que lo separó de su unidad familiar, su celular fue su herramienta principal para mantenerse conectado. Entre llamadas y video llamadas, una sonrisa de sus seres queridos lo animaba a seguir.
“Vamos, tú puedes”, “tú eres un luchador”, “Dios siempre te bendice y protege”, son mensajes que Talledo recibía de parte de sus colegas en sus días hospitalizado. Hoy agradece todo mensaje alentador porque pudo vencer al
virus.
“He perdido a muchos de mis hermanos policías, que hemos batallado en diferentes unidades. Era muy triste conocer por medio de noticias y redes sociales que un hermano policía había fallecido, fue muy duro para mí”, lamenta el suboficial al recordar a sus hermanos de corazón caídos.
El suboficial ganó la
batalla, pero más de 600 policías no pudieron. El Ministerio del Interior ha lamentado la pérdida de todas estas vidas en función de sus labores, efectivos valerosos quienes trabajaron con honor, valentía y vocación hasta el último minuto de su existencia.
“Yo estoy muy agradecido con los médicos y enfermeras, son ángeles que guardan y cuidan nuestra salud”, nos dijo Talledo como gratificación al trato recibido por los profesionales de la salud.
De vuelta a las calles
Talledo al igual que todos los efectivos, continúa su labor tras superar el
virus. Perseverancia, constancia, disciplina, así como el lema de la policía “Dios, patria, ley”, lo mantiene al pie de sus obligaciones morales y legales.
“Ustedes tienen la oportunidad de quedarse en sus casas, mientras nosotros tenemos la obligación moral y legal de estar en las calles para cumplir nuestra labor y servicio policial.”
Ser efectivo de la PNP, hace sentir de orgullo y realizado como persona al suboficial Talledo. A sus colegas que siguen en pleno ejercicio de sus funciones, los motiva a seguir
luchando en esta guerra sin cuartel.
“Mi policía, tú policía, nuestra policía del Perú, pone el pecho en cualquier circunstancia ya sea un enemigo visible o invisible. Ahí estamos y ahí estaremos siempre para proteger y defender, los policías vamos a seguir luchando".
La invocación del general
Por su parte, el general
Jorge Luis Ángulo Tejada , jefe de la región Policial de Lima, pide a la población intensificar sus medidas de protección para evitar el
covid-19.
“No hay mejor seguridad que la que uno mismo se puede prestar”, es el mensaje que quiere transmitir a todos los ciudadanos, ante las más de 48 mil personas que han muerto desde el inicio de la pandemia en el Perú.
Detalló que en la primera ola, unos 500 efectivos fallecieron a raíz del contagio por la
covid-19. En la segunda ola, más de 80 policías perecieron. A casi un año de la
cuarentena, se tienen cerca de 639 efectivos caídos por el virus.
En nuestra conversación insiste en las medidas de prevención y en su pedido a algunos jóvenes: no entienden la dimensión del contexto actual. Entre fiestas, reuniones y salidas, no se dan cuenta que transportan el virus a sus hogares, y los más perjudicados son sus familiares, quienes pueden llegar a perder la vida. Ojalá lo escuchen.
Ahora con el optimismo por ver un nuevo mañana sin la covid-19, las
vacunas apoyarán a que la Policía siga cumpliendo sus funciones en las calles. Con la primera entrega realizado el 7 de febrero, de las 300 mil dosis de vacunas, la vacunación ilusiona un nuevo camino a la normalidad.
“Esto abriga esperanza. Toda persona se quiere vacunar porque no quiere perder la vida por el coronavirus. La vacuna va a permitir que se aplane la curva y que no vengas más olas. Abrigamos la esperanza de que esta situación se va a superar, porque siempre la esperanza es lo último que se pierde".
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(FIN) NJC/RES
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Publicado: 15/3/2021