Día de los Difuntos: ¿Con qué tradiciones se celebra en provincias esta festividad?

Destacan visitas masivas a cementerios, velaciones, preparación y ofrenda de panes especiales, entre otros

14:51 | Lima, oct. 30.

Una de las festividades más arraigadas y de mayor participación de público en el Perú es la celebración del Día de los Difuntos. El ser querido que partió de este mundo y cuyos restos reposan en los cementerios es recordado especialmente con tradiciones y costumbres que le rinden homenaje y evidencian la identidad de cada localidad del país. ¿Cómo se desarrolla esta festividad en las provincias del interior del país y cuáles son las principales tradiciones?

El 1 de noviembre se celebra el Día de todos los Santos en recuerdo de los todos aquellos beatos y santos de la Iglesia que no cuentan con un día específico para venerarlos en el santoral, mientras que el 2 de noviembre es la conmemoración de los difuntos, especialmente de los familiares que ya dejaron este mundo.


A continuación, demos un vistazo de cómo se celebra el Día de los Difuntos en algunas regiones del Perú:


Arequipa


En esta icónica región del sur peruano, la festividad de Todos los Difuntos se celebra acudiendo a los cementerios, entre ellos el camposanto La Apacheta en la Ciudad Blanca, portando flores, fotografías y otros presentes para rendir homenaje a los parientes o amigos que fallecieron y cuyos restos están sepultados allí. Las autoridades permiten el ingreso de alimentos, especialmente aquellos que fueron el plato favorito de los seres queridos fallecidos, como parte de la tradición arequipeña. portando flores, fotografías y otros presentes para rendir homenaje a los parientes o amigos que fallecieron y cuyos restos están sepultados allí.


Como parte de esta celebración, las familias arequipeñas llevan a cabo la Fiesta de las guaguas y mazapanes, a través del bautizo de las guaguas o panes dulces con forma de recién nacido, y la Ofrenda para los difuntitos. En la primera se suele recrear un bautizo de una guagua que es obsequiada por un varón a una amiga o amigo.


El compañero que recibe la guagua debe elegir a los padres, padrinos y al sacerdote que bautizará a la guagua, además de organizar toda la ceremonia, donde se comparten bebidas y comida para fortalecer los vínculos de amistad entre los designados a ocupar los cargos ficticios y el resto de familiares o amigos invitados.


Por su parte, en la Ofrenda para los difuntitos, cientos de arequipeños visitan los camposantos de la ciudad para visitar a familiares y amigos que dejaron de existir. Las guaguas y mazapanes que llevan son compartidos entre todos los presentes.

Ayacucho


En este notable departamento, el Día de los Difuntos se conmemora con la preparación de Tanta Wawas, que son panes en forma de niñas y niños, así como frutas, bebidas, dulces y diversos platos de comida que se colocan sobre una mesa el 1 de noviembre en los hogares donde hubo un familiar fallecido, con la creencia de que las almas de los difuntos vuelven a casa y permanecen hasta el 2 de noviembre, día central de esta icónica festividad.


En esta celebración, las Tanta Wawas son llevadas a los padrinos especialmente envuelta en manteles bordados como muestra de afecto y agradecimiento. En retribución, el padrino y la madrina entregan obsequios a los dueños de casa. La tradición señala que, si solo se cuenta con madrina, se le entrega la Tanta Wawa. Y si solo se cuenta con padrino, se le entrega un pan con forma de caballo, que simboliza fuerza y protección.





Piura


En esta emblemática región del norte peruano, la población celebra esta festividad con las tradicionales velaciones y acude a los camposantos de noche para visitar los nichos de sus familiares y amigos fallecidos y orar por su eterno descanso en presencia del Señor. 


En las velaciones la costumbres es encender velas y realizar oraciones y cánticos.

El nombre velaciones responde a una antigua costumbre de los visitantes a los cementerios, quienes al acudir de noche portan velas y cirios de cera o parafina, que encienden para iluminar la lápida que identifica a su familiar fallecido. La visita nocturna a los camposantos está autorizada por las autoridades durante esta celebración especial, que tiene un gran arraigo en Piura.


Durante esta permanencia nocturna de público los habitualmente oscuros panteones lucen iluminados totalmente con las velas que portan los visitantes, quienes también recitan oraciones y entonan cantos que eran del agrado del pariente o amigo cuando se encontraba entre los vivos.

En esta tradicional estancia nocturna los visitantes dialogan rememorando dentro de sus relatos al ser querido que murió, destacando los recuerdos alegres, anecdóticos o nostálgicos, pues con ello se busca tenerlo o tenerla presente en todo momento.


En los cementerios de la ciudad de Piura, como el camposanto San Miguel Arcángel, mejor conocido como Metropolitano, las velas son reemplazadas por focos ofrecidos por la Beneficencia Pública de Piura y que permiten a los visitantes pasar más horas acompañando a sus difuntos en sus nichos.

En los cementerios de la ciudad de Piura las velas son reemplazadas por focos que permiten a los visitantes pasar más horas.

Asimismo, el 1 de noviembre, el cementerio San Teodoro, declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2000, abrirá sus puertas a la ciudadanía en el marco de las Velaciones 2025. La Beneficencia Pública de Piura ofrece en esta fecha especial el servicio de visitas medidas junto a estudiantes de Historia y Gestión Cultural de la Universidad de Piura.

De acuerdo con la tradición piurana, el 1 de noviembre se recuerda a los niños fallecidos o angelitos y se acostumbra  regalar dulces a los niños que tienen la misma edad del infante fallecido a quien se le recuerda con alegría. En tanto, el 2 de noviembre, Día de los Difuntos, los pobladores velan a los adultos.


Asimismo, en los exteriores de los camposantos se levantan ferias gastronómicas donde se ofrecen diversos platos típicos para deleitar los paladares de los miles de concurrentes.




Cajamarca


Los cajamarquinos celebran esta festividad con mucha tradición y devoción mediante visitas a los cementerios portando ofrendas, coronas florales, agua bendita y organizando rituales religiosos donde se entonan cantos y diversas acciones que gustaron en vida a sus familiares difuntos.


Esta celebración tradicional es más acentuada en la zona rural. Los días previos se preparan las comidas y se visitan los cementerios para limpiar y arreglar las tumbas para los rituales religiosos y demás acciones se realicen con toda normalidad.

Un acto importante en la celebración del Día de los Difuntos son las ofrendas. Tradición que consiste en colocar todos los alimentos, dulces, frutas y licor que fue fueron los preferidos de los seres que ya dejaron este mundo en una mesa, la que se coloca en una habitación de la casa minutos antes de la medianoche del 1 de noviembre. En esta especie de altar se prenden velas y se coloca una cruz, y nadie ingresa a este lugar hasta el segundo día. También se 
esparce ceniza en el piso para observar en la mañana si el difunto llegó a consumir los alimentos.


Las ofrendas se colocan porque en la población cajamarquina existe la creencia que en la medianoche del 1 al 2 de noviembre los difuntos piden permiso en el cielo y bajan a la tierra en espíritu para disfrutar de sus alimentos preferidos.

En algunos lugares, las ofrendas se dejan delante de las tumbas desde la medianoche hasta el siguiente día, encendiendo velas alrededor de la comida y alejándose todos del cementerio para que las almas lleguen y saboreen sus alimentos preferidos y disfruten se sus bebidas que más gustaron en vida.


En estas ofrendas no pueden faltar, además de las comidas, frutas y bebidas, los tradicionales bollos que son horneados con harina y chancaca, moldeados en forma de niños, además de carneritos, toritos, caballitos, muñequitas y demás formas creativas que deseen los familiares, adornados con masas de colores, frutillas y dulces. También se preparan tapitas de dulce a manera de ofrendas junto a otros populares postres.


Una tradición que aún persiste en algunas familias y en algunos pueblos de Cajamarca es el llamado Bautizo de bollos, que consiste en que personas adultas elegidas como compadres eligen un pan con figura de un niño o niña, al que se llama bollo y se le bautiza como si se tratase de un menor de edad. En algunos casos el bautizo de los bollos se realiza con la presencia de un sacerdote.




Cusco


En la Ciudad Imperial y otras provincias de Cusco se acostumbra a realizar, el 1 de noviembre, una reunión familiar en la que se almuerza lechón acompañado de tamales de maíz prepararlos en casa en hornos de barro y a leña.


El 2 de noviembre las personas llegan a los diferentes cementerios donde las familias llevan ofrendas como flores y diversas comidas que eran del gusto del difunto, ofrecen oraciones, serenatas, canciones y la conocida tanta wawa y los “caballos” que son panes en forma de bebé y de equino, los cuales son colocados sobre la tumba de los difuntos.

Lambayeque


En esta región norteña se escenifica el Sepelio Muchic, que consiste en que mujeres cubiertas con una vestimenta completamente negra expresan el sentimiento de dolor y tristeza ante la muerte de un familiar.


Por su parte, los hombres, también acongojados, empiezan con la sepultura. Este ritual es muy tradicional, por lo que convoca a muchas familias que con estas manifestaciones costumbristas rinden homenaje a sus seres queridos que partieron de este mundo.




Huancavelica


En esta región del sur andino peruano, especialmente en el distrito de Lircay, en la provincia de Angaraes, además de visitar los cementerios y recordar a los que ya no están, se realizan concursos de Tatas Wawas o panes dulces en forma de niños. 


Asimismo, se lleva a cabo una feria gastronómica donde se degustan los tradicionales platos típicos de la zona. 

Junín


En esta región de la sierra central existe una tradición muy particular para celebrar esta festividad. Las familias que acuden al cementerio de Chongos Bajo, distrito de la provincia de Chupaca, región Junín, portando cráneos como parte del ritual tradicional denominado Tullupampay.


Esta ceremonia forma parte del sincretismo religioso y que surgió tras la llegada de los conquistadores españoles al valle del Mantaro, según algunos sociólogos e historiadores que han escrito sobre este tema.


Las mujeres, en su mayoría de avanzada edad, son las que dedican mayor cuidado a esta práctica ancestral y guardan sus cráneos en cajas de madera en sus viviendas. El Día de los Difuntos los llevan a la misa que se realiza tradicionalmente en el corredor principal del camposanto.




Puno


En esta región del altiplano peruano se acostumbra armar un altar llamado Tómbola, donde se colocan los manjares que más le agradaban al difunto en vida. 


También se coloca un vaso con agua, dado que existe la creencia popular que las almas llegan sedientas, las deliciosas Tanta Wawas o panes con forma de bebé, galletas, frutas, los panes en forma de sol para que iluminen el camino de retorno del alma, así como el pan en forma de luna y la escalera que sirve para que puedan bajar las almas y los ángeles que los acompañan en su recorrido.


En la provincia de Yunguyo, el 1 de noviembre las personas hacen volar cometas y cuando alcanzan su mayor altura en el cielo las bajan con la creencia de que al hacerlo también desciende el alma del ser querido que falleció para ofrecerle las ofrendas que se colocaron sobre la mesa para los difuntos.


(FIN) LZD/MAO
JRA


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Publicado: 30/10/2025