El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció este lunes que nombrará al cardiólogo Marcelo Queiroga como ministro de Salud, el cuarto en ocupar el cargo durante la pandemia, en momentos en que el sistema sanitario está al borde del colapso por el coronavirus, que deja casi 280.000 muertos.
"Fue decidido ahora en la tarde designar al médico Marcelo Queiroga para el ministerio de Salud", dijo Bolsonaro en un breve encuentro con sus simpatizantes en el palacio presidencial de Alvorada. El nombramiento se concretará el martes, cuando se publique en el diario oficial.
Bolsonaro hizo el anuncio tras reunirse con Queiroga y horas después de que el actual ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, admitiera en una conferencia de prensa que el mandatario de ultraderecha buscaba sustituirlo para "reorganizar" esa cartera.
"La conversación [con Queiroga] fue excelente", agregó Bolsonaro. "Tiene todo a mi entender para hacer un buen trabajo, dando continuidad en todo lo que Pazuello hizo hasta hoy", agregó el mandatario. El proceso de transición "debe tomar una o dos semanas", dijo también.
Gobierno en medio de críticas
El nombramiento de Queiroga, presidente de la Sociedad Brasileña de Cardiología (SBC), ocurre en momentos que el gobierno Bolsonaro es blanco de duras críticas por el manejo caótico de la crisis sanitaria y por su negacionismo ante la gravedad de la pandemia.
"El trabajo de Pazuello fue bien hecho, la parte de gestión fue muy bien hecha por él y a partir de ahora vamos a una fase más agresiva en lo relativo al combate al virus", declaró.
Antes de dejar el cargo, Pazuello anunció que el gobierno compró 100 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, que deben ser entregadas hasta septiembre, y que durante el segundo semestre llegarán unos 38 millones de dosis de la vacuna Janssen, de aplicación única, de la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson.
La concreción de la compra es vital para acelerar la campaña de vacunación en Brasil, que experimenta desde febrero un alza de muertes y contagios, que ha llevado al borde del colapso a los hospitales de más de la mitad de los 27 estados y a los gobernadores a ordenar más restricciones a la circulación.