Por Fidel Gutiérrez MendozaLa recolección del aguaje se ha convertido en una fuente de desarrollo y de ingresos para comunidades nativas amazónicas, como la de 20 de Enero, situada en la Reserva Nacional de Pacaya Samiria, en Loreto, donde se recolectan más de 16 mil sacos al año.

Cada uno de estos sacos contiene 40 kilogramos del referido fruto, típico de la amazonia peruana y –por sus propiedades nutricionales e hidratantes- bastante utilizado como alimento y materia prima para refrescos. El precio de cada kilo es de un sol.
Modesto Samora Nacimento, integrante de la Asociación para la Conservación de los Recursos Naturales, señaló a la Agencia Andina, que al año se totalizan cerca de 645 toneladas de aguaje. Estas van siendo acopiadas y seleccionadas para ser agrupadas en sacos y luego ser trasladadas a los centros de producción.

La explotación sostenible de este recurso natural tomó impulso a partir del año 2007, año en el que el Estado peruano otorgó tres sectores a la asociación a la que el comunero pertenece. Esta cuenta con 17 miembros en la actualidad; participantes todos en la recolección anual de 16 mil 141 sacos de aguaje.
Samora participa en los procesos mencionados, que se inician con la recolección del aguaje, realizada a través de una técnica que implica subir a los árboles y palmeras y, provisto de un machete, ir cortando las ramas en las que este fruto se encuentra. Una modalidad de trabajo que demanda habilidad, equilibrio y fuerza.
Esta práctica evita que se tenga que derribar al árbol, preservándose así el bosque amazónico en Pacaya Samiria. Además, oficia como un atractivo, tanto para los visitantes como para los mismos productores, que cada fin de año realizan un concurso para determinar cuál de ellos es el más rápido al momento de recoger los frutos.

Recolección en altura
Pepe Lancha Pizango es uno de los miembros de la comunidad 20 de Enero, que participa en la recolección de aguaje desde hace 26 años. Empezó siendo un niño de 11 años y sigue realizando esta labor hasta la fecha, subiendo a palmeras de hasta 40 metros de alto.

Su experiencia hace que tenga claro que de los cinco o seis racimos de aguaje que cada palmera tiene, debe dejarse uno sin recolectar, a fin de que el árbol pueda seguir renovando sus frutos y también para que los animales del lugar –sachavacas, añujes, majazes- puedan alimentarse.
Son en tres 3 y 4 minutos en hacer la recolección en cada palmera. Al día, Lancha suele llenar hasta 15 sacos de aguaje, indica.
Lo recolectado se lleva a un recinto de acopio dentro de la comunidad, al cual no deben acceder animales.

Cuidadosa selección
Al respecto, Modesto Samora refiere que deben seleccionarse aquellos aguajes que están secos para garantizar su conservación. Asimismo, estos bo deben tener imperfecciones o haber sido mordidos o perdido fragmentos.

El comunero señala que gracias a esta actividad puede garantizar el sustento de su familia. Los 40 soles por saco de aguaje que recibe la comunidad por parte de la empresa Ajeper –que utiliza este fruto para la elaboración de los jugos de su línea Amarumayu, presentados como exentos de preservantes- garantizan esa estabilidad, refiere.
La presencia de esa entidad privada en Pacaya Samiria y en la comunidad de 20 de Enero se da desde hace siete años, informa Alberto Suárez, gerente general de Amarumayu.
"No solamente queremos hacer un bionegocio, sino, además, apoyar en la cultura y en la biodiversidad a los lugares en donde estamos presentes”, recalca.

Distinción internacional
Todo esto se enmarca en un proyecto que en esta empresa se ha bautizado como ‘Superfrutos que Conservan Bosques’, y que a inicios de la presente semana fue materia de un reconocimiento por parte de Green Cross, una entidad ambientalista fundada en 1993 por el Premio Nobel de la Paz y jefe de gobierno de Rusia, Mijail Gorbachov.

La entrega de esta distinción se desarrolló precisamente en las inmediaciones de la comunidad de 20 de Enero, con la presencia del director ejecutivo de la mencionada entidad, Ruy Campos-Dugone.

Este indicó que un proyecto como el mencionado destaca por su carácter protector de la biodiversidad en la selva amazónica. Resaltó también que la referida empresa venga “descarbonizando” sus procesos; es decir, haciéndolos más respetuosos de la conservación ambiental.
“Vemos un modelo de economía circular espectacular que genera beneficios a esta comunidad, que genera impacto positivo al ambiente y que reconoce a las comunidades como los verdaderos guardianes de esta biodiversidad”, añadió Campos-Dugone. “Si no estuvieran ellas, la biodiversidad sería totalmente devastada por el hombre”, apuntó.
En la ceremonia, el representante de Green Cross entregó a Suárez y a representantes de la comunidad una llave como simbólico reconocimiento a su condición de ‘guardianes’ de la conservación ambiental de este lugar.
El representante de Ajeper, por su parte, resaltó que desde 2016 dicha entidad venga desarrollando labores de esta índole en las reservas nacionales de Pacaya Samiria, Pucacuro y Alpahuayo Nishama; todas ellas situadas en el departamento de Loreto.
Los representantes de 20 de Enero, a su vez, destacaron la implementación de otros proyectos de apoyo a la población, como aquel que consiste en la promoción de la artesanía local. Invocaron, asimismo, a que se atiendan desde el gobierno regional loretano y los gobiernos locales los requerimientos que sobre diversos aspectos vienen haciendo.
(FIN) FGM/MAO
JRA
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Publicado: 12/9/2025