Una muestra recolectada por el rover Perseverance, el vehículo explorador de la NASA en Marte, podría conservar evidencia de vida microbiana antigua. Esta podría ser una de las evidencias más alentadoras, pero los científicos aclaran que es necesario continuar investigando para descartar formas no biológicas de producir los componentes químicos hallados.
La muestra obtenida por el rover Perseverance fue tomada el año pasado de una roca llamada Cheyava Falls en el antiguo lecho de un río seco en el cráter Jezero, en el planeta Marte.
“Con la publicación de este resultado evaluado por pares, la NASA pone estos datos a disposición de la comunidad científica en general para su posterior estudio a fin de confirmar o refutar su potencial biológico”, sostuvo Nicky Fox, administradora asociada en la Dirección de Misiones Científicas de la sede central de la NASA en Washington.
¿Cuáles son las potenciales evidencias de vida antigua en Marte?
El conjunto de instrumentos científicos del rover descubrió que las rocas sedimentarias de esta formación están compuestas de arcilla y limo, los cuales, en la Tierra, son excelentes conservantes de la vida microbiana pasada. También son ricas en carbono orgánico, azufre, hierro oxidado (óxido) y fósforo.
“La combinación de compuestos químicos que encontramos en la formación Bright Angel podría haber sido una abundante fuente de energía para los metabolismos microbianos”, dijo el científico del rover Perseverance Joel Hurowitz, de la Universidad de Stony Brook en el estado de Nueva York y quien es autor principal del artículo. “Pero el hecho de que viéramos todas estas firmas químicas tan convincentes en los datos no significaba que dispusiéramos de una biofirma potencial. Necesitábamos analizar lo que podrían significar esos datos”.
Los primeros en recopilar datos sobre esta roca fueron el Instrumento planetario para la litoquímica de rayos X (PIXL, por sus siglas en inglés) y el instrumento Análisis de entornos habitables con Raman y luminiscencia para productos orgánicos y químicos (SHERLOC, por su acrónimo en inglés) del rover Perseverance.
Mientras investigaban Cheyava Falls, una roca en forma de punta de flecha que mide un metro por 0,6 metros, encontraron lo que parecían ser manchas de colores. Las manchas en la roca Cheyava Falls podrían haber sido dejadas por la vida microbiana si esta hubiera utilizado los ingredientes puros —el carbono orgánico, el azufre y el fósforo— de la roca como fuente de energía.
En imágenes de mayor resolución, los instrumentos encontraron un patrón distintivo de minerales dispuestos en frentes de reacción (puntos de contacto donde se producen reacciones químicas y físicas) que el equipo llamó manchas de leopardo. Las manchas llevaban la firma de dos minerales ricos en hierro: vivianita (fosfato de hierro hidratado) y greigita (sulfuro de hierro). La vivianita se encuentra con frecuencia en la Tierra en los sedimentos, las turberas y alrededor de la materia orgánica en descomposición. Del mismo modo, ciertas formas de vida microbiana en la Tierra pueden producir greigita.
La combinación de estos minerales, los cuales parecen haberse formado por reacciones de transferencia de electrones entre el sedimento y la materia orgánica, es una posible señal de vida microbiana, la cual utilizaría estas reacciones a fin de producir energía para su crecimiento.
¿Por qué los científicos no declaran "hubo vida en Marte" con únicamente esta evidencia? La razón: estos minerales también se pueden generar de manera abiótica, o sin la presencia de vida. Por lo tanto, hay formas de producirlos sin necesidad de reacciones biológicas, entre las que se cuentan altas temperaturas sostenidas, condiciones ácidas y la unión por compuestos orgánicos. Sin embargo, las rocas en Bright Angel no muestran evidencia de que experimentaran altas temperaturas ni condiciones ácidas, y se desconoce si los compuestos orgánicos presentes habrían sido capaces de catalizar esta reacción a bajas temperaturas.
Es por ello que el descubrimiento fue particularmente sorprendente porque involucra algunas de las rocas sedimentarias más jóvenes que la misión ha investigado. Una hipótesis anterior suponía que las señales de vida pasada se limitarían a formaciones rocosas más antiguas. Este hallazgo sugiere que Marte podría haber sido habitable durante un período más largo o más tarde en la historia del planeta de lo que se pensaba anteriormente, y que las rocas más antiguas también podrían contener señales de vida que son simplemente más difíciles de detectar.
¿Por qué no se confirma aún vida antigua en Marte?
“Las aseveraciones astrobiológicas, particularmente las afirmaciones relacionadas con el posible descubrimiento de vida extraterrestre del pasado, requieren una extraordinaria cantidad de evidencia”, dijo Katie Stack Morgan, científica del proyecto Perseverance en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA en el sur de California. “Hacer un hallazgo tan significativo como una posible biofirma en Marte y llevarlo a una publicación revisada por pares es un paso crucial en el proceso científico porque garantiza el rigor, la validez y la importancia de nuestros resultados. Y aunque las explicaciones de que haya ocurrido un proceso abiótico para lo que vemos en Bright Angel son menos probables, dados los hallazgos del artículo, no podemos descartarlas”.
La comunidad científica emplea herramientas y marcos teóricos, como la escala de confianza de detección de vida (escala CoLD, por sus siglas en inglés) y los estándares de evidencia, para evaluar si los datos relacionados con la búsqueda de vida realmente responden a la pregunta: ¿Estamos solos? Según la NASA, dichas herramientas ayudan a mejorar la comprensión de cuánta confianza se debe depositar en los datos que sugieren una posible señal de vida hallada fuera de nuestro propio planeta.