Andina

Navidad: así se celebra esta fiesta religiosa en provincias

Danzas, música y mucha alegría para celebrar el nacimiento del Niño Jesús

La Navidad es la festividad más celebrada del calendario cristiano. Y en el Perú las manifestaciones de esta emblemática efeméride son expresiones singulares de sincretismo religioso y mestizaje cultural engalanadas con danzas, música y colorido que identifican a cada región donde se rinde homenaje con gran júbilo al nacimiento del niño Jesús. ANDINA/archivo

La Navidad es la festividad más celebrada del calendario cristiano. Y en el Perú las manifestaciones de esta emblemática efeméride son expresiones singulares de sincretismo religioso y mestizaje cultural engalanadas con danzas, música y colorido que identifican a cada región donde se rinde homenaje con gran júbilo al nacimiento del niño Jesús. ANDINA/archivo

10:56 | Lima, dic. 21.

La Navidad es la festividad más celebrada del calendario cristiano. Y en el Perú las manifestaciones de esta emblemática efeméride son expresiones singulares de sincretismo religioso y mestizaje cultural engalanadas con danzas, música y colorido que identifican a cada región donde se rinde homenaje con gran júbilo al nacimiento del niño Jesús.


En el mundo andino, esta fiesta coincide cronológicamente con el Qapaq Raymi, celebración prehispánica muy arraigada durante el Tahuantinsuyo y festejada durante el solsticio de verano austral en honor al dios sol. En esta conmemoración, el sol alcanza su plenitud y da inicio a una nueva época del año y al cambio de estación.

A continuación, algunas de las festividades costumbristas regionales más representativas que rinden homenaje a la Navidad, que incluso merecieron la declaración de Patrimonio Cultural de la Nación.

Navidad de Acobamba


Declarada como Patrimonio Cultural de la Nación en mayo de 2015, la Fiesta de la Navidad en Acobamba, una de las siete provincias del departamento de Apurímac, se desarrolla del 22 al 29 de diciembre. Aquí participan especialmente dos barrios emblemáticos de la provincia: Santos, ubicado al noroeste de la ciudad, en el que se yergue la iglesia de San Juan Bautista de la Plaza Sucre; y el barrio Ccollo o Pueblo Viejo, ubicado al sureste, donde se encuentra la iglesia colonial de la Plaza José Olaya como templo representativo.

Entre ambos pueblos existe una competencia por ver cuál es el que mejor organiza esta celebración emblemática, de modo que los mayordomos y partidarios de cada barrio encabezan la fiesta venerando sus respectivas imágenes del niño Jesús.


Durante esta celebración se recrean también ciertos episodios que forman parte de la memoria y tradición oral propia de los acobambinos, como aquellos relacionados al arrieraje, práctica de transporte usada en esta zona desde tiempos ancestrales y que ha marcado el devenir de esta comunidad. El arrieraje es una actividad económica que consiste en el transporte de mercancías para la venta o intercambio entre la costa y las zonas andinas.

La Navidad en Acobamba incluye una danza emblemática en la que se presentan personajes inspirados en las caravanas de arrieros y en sus integrantes, como el “Caporal”, el “retaguardia”, el “negrito”, el “chuti”, el “latamacho” y el “quitacaporal”, entre otros. Cada uno de estos personajes representa un rol en la comparsa y realiza un cierto tipo de coreografía.

Negritos de Huayán


Esta es otra danza ancestral reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación, el 27 de febrero de 2009. Se celebra en la localidad de Huayán, provincia ancashina de Huarmey. Esta expresión cultural es una alegoría a los pobladores de origen africano que vivieron en esa zona desde la época colonial. 

Los Negritos son los personajes centrales como portadores de la buena nueva que significa la llegada del niño Jesús. El ambiente festivo se vive plenamente en su plaza y calles principales, que son decoradas con bellos adornos para recibir a los participantes organizados en coloridas comparsas.


Los participantes centrales de esta danza son la “cuadrilla” o cuerpo principal de afroperuanos; los “procuradores” o “coordinadores”, quienes contratan a la comparsa y consiguen la vestimenta para esta, así como las ofrendas al niño Dios. También destacan los “viejos”, caracterizados por el “viejo despistado” y la “vieja con niño a la espalda” que acompaña al marido. Estos últimos configuran el elemento cómico de esta original versión de la Navidad.

Esta danza tiene indudable parentesco con otras danzas de "negritos" de la sierra central. Sin embargo, la versión de Huayán mantiene rasgos originales en la vestimenta, la música y los pasos de baile, así como en las figuras que componen la comparsa.


Otra de las danzas tradicionales de gran arraigo popular es la que tiene como protagonistas a los Negritos de Huánuco, conocida también como la “Cofradía de los Negritos”. Se trata de una celebración alegórica a partir del Decreto promulgado por el presidente Ramón Castilla, el 13 de diciembre de 1854, que dispone la libertad de los esclavos afroperuanos. 

Desde aquel histórico acontecimiento, las “Cofradías de Negritos” aparecieron en las calles, visitando no solo los nacimientos sino también las iglesias, para agradecer al niño Jesús por la gracia concedida con danzas, música en un ambiente de gran júbilo.

Los dueños de los nacimientos les retribuían la visita invitándoles licores como el huarapo y la shacta, así como platos típicos como el locro. Así lo hicieron en los años sucesivos y, de esta manera, se institucionalizó la danza de los Negritos en Huánuco y en otras regiones de la sierra peruana.


Durante la celebración de la Navidad, los integrantes de diferentes cofradías bailan por las calles de Huánuco ante la población, compitiendo entre ellos en cuanto al lucimiento de su vestimenta, agilidad y destreza al compás de la música afro-hispana.

El inicio del baile es realizado por los “Caporales'', representados por dos personajes con los rostros cubiertos con máscaras relucientes hechas de cuero, elegantemente vestidos con trajes de terciopelo oscuro, bordados con hilos de oro y plata, cintas de cristal, lentejuelas, así como adornos diversos que cuelgan de su pecho y en los hombros portan charreteras doradas.

Complementan su vestimenta con vistosos sombreros de plumas de colores encendidos, colocándose cascabeles en las piernas para llevar, conjuntamente con sonoras campanillas de bronce y gruesos látigos, el compás de su música contagiante. Ellos son los que marcan el compás de la cuadrilla.

Otro personaje emblemático es el “Corochano”, que viste una raída chaqueta y lleva una máscara que representa a los viejos hidalgos de la nobleza española, quienes con su matraca y látigo que agitan constantemente gastan bromas al público.

Las manifestaciones de alegría y danzas de la cuadrilla se complementan con los personajes del “turco'' y ''la dama'', símbolos de la nobleza española y propietarios de la hacienda. Ellos representan a los dueños de los esclavos hasta el momento de su liberación. Otro personaje importante es el ''abanderado'', que cubre también su rostro con una careta y se desplaza entre los negritos portando una bandera que simboliza la libertad.

Niño Lachocc de Huancavelica


Esta festividad, que se desarrolla del 22 al 27 de diciembre, se denomina Navidad en honor al Niño Lachocc, a la Virgen de la Natividad y al Niño Nativo. En febrero de 2011 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por tratarse de una manifestación original, expresión de la tradición regional, que se ha mantenido en la memoria popular y que se ha enriquecido con el tiempo.

Esta tradición se refiere al Niño Lachocc, a veces acompañado por su amigo, llamado ahora Niño Nativo, quien aparecía en diversos sitios de la región, y al saber que obraba milagros, los vecinos de la ciudad de Huancavelica intentaron, sin éxito, tomarlo y llevarlo a la ciudad.


Solamente cuando los vecinos hicieron una gran fiesta en su honor, con una danza de zapateo cuyos bailarines vestían de blanco y se acompañaban con el sonido de sonajas, al frente de la Iglesia de San Sebastián, el Niño Lachocc accedió a quedarse en este templo. Desde entonces la imagen del Niño Lachocc reside ahí.

Actualmente, la parte central de la celebración consiste en un “atipanakuy” o competencia de pandillas de danzaq o danzantes de tijera, encabezados por un “coplero” o guiador y los “latamachos” o bufones.

Cada competencia se da por períodos de 20 a 30 minutos en los cuales los bailarines dan muestra de sus capacidades, resistencia y habilidad en la danza que se suponen inspiradas en las fuerzas naturales a las que representan.

Niños Jesús de Pucará 


La festividad del Niño Jesús en Pucará, provincia puneña de Lampa, es otra fiesta andina tradicional. Allí la Navidad se celebra al ritmo de las orquestas musicales que se emplazan en la Plaza de Armas del pueblo.


La mañana del 25 los pobladores llevan en procesión a la imagen del niño Jesús y en la tarde se realiza el concurso de danzas. La fiesta dura 8 días.

La Pachahuara de Jauja


Parece ser que en los pueblos más pequeños de las regiones el sincretismo católico-andino es más fuerte. Por ejemplo, en el valle de Yanamarca, en la provincia de Jauja, región Junín, se escenifica en Navidad la danza de la Pachahuara. 

Los danzantes visten trajes bordados con hilos de plata y exhiben costosas joyas. Lucen también máscaras de cuero negro de formas grotescas y desfilan bailando por calles y plazas.


La Pachahuara es una alegoría a la libertad de la población afroperuana, otorgada por el mariscal Ramón Castilla. Otros dicen que la danza expresa la alegría de todos por la Navidad y el advenimiento de un nuevo año.

Sin embargo, en Junín la fiesta de la Navidad Andina se celebra en todos los pueblos de la región Junín. Se organizan festivales de danzas folclóricas como el Chacranegro, la Tunantada, los Negritos, la huaylía, las pastoras, los pastorcitos, el corcovado y los chutos.

La Huaylía de Apurímac


En Apurímac se celebra la fiesta de la Huaylía en las provincias de Antabamba y Aymaraes. El nacimiento del Niño Jesús se festeja con arpa y violín.


Las huaylías son danzas y cánticos alegres en quechua y español que se entonan en agradecimiento al Niño Jesús. La huaylía de Antabamba fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2004 por el entonces Instituto Nacional de Cultura. 

Durante el baile se pone en manifiesto el fervor y devoción de los pastores, guiadores y tronadores que celebran la llegada del hijo de Dios. Esta danza es de carácter religioso y expresa la fusión entre la cultura española y la cultura quechua.

Tradición en Yauyos


En los pueblos de las provincias de la región Lima celebran la Navidad siguiendo una antigua tradición. En el pueblo de Tomas, provincia Yauyos, se celebra con danzas típicas el nacimiento del niño Jesús. En Canta se realiza la fiesta de Villancicos con la participación de los pobladores.


En el poblado de Quinches, en Yauyos, la Navidad es una fiesta colectiva. Los pobladores festejan bailando con conjuntos típicos, con una música especial, conocida como el Aylle o el baile de las Pastoras. Al son del arpa, flautas, violines y maracas, la hermosa estampa folclórica de las pastoras, se inicia el 24 de diciembre hasta la misa del gallo.

Navidad en la Amazonía


El nacimiento del niño Jesús no solo es motivo de gran celebración con originales versiones en las regiones de la sierra peruana. En la Amazonía también reviste una especial ocasión para reivindicar la riqueza cultural de sus pueblos. Por ejemplo, en la región Ucayali, destaca las Pastoreadas Navideñas. Una estampa costumbrista que tienen su origen en el siglo XIX. Jóvenes y niños, disfrazados de personajes bíblicos y místicos de la selva, salen a las calles en busca de los lugares donde se han levantado nacimientos, emulan al seguimiento a la estrella de Belén. Durante la visita entregan bocaditos elaborados con productos de la zona.


A ritmo del tambor, redoblante, silbatos y panderetas, las comparsas danzan y cantan, interpretando villancicos amazónicos. El recorrido culmina en el nacimiento instalado en la Plaza de Armas de la localidad.

Estos son algunos ejemplos de nuestro variado y rico acervo cultural. La Navidad en el Perú se vive de distintas maneras, pero con la misma devoción religiosa y el mismo espíritu de unión familiar que embarga a todos quienes reciben llenos de felicidad el nacimiento del niño Jesús.

(FIN) LZD/MAO

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Publicado: 21/12/2018