Andina

Ingesta de alcohol durante la gestación puede derivar en niños hiperactivos

Advierte psiquiatra del hospital de salud mental Herminio Valdizán

ANDINA/Difusión

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03:00 | Lima, jul. 11.

Una de las consecuencias más graves del consumo de alcohol en una gestante es traer al mundo un bebé que durante su vida presente trastorno de hiperactividad o problemas de atención y control de impulsos, los cuales se evidenciarán en la etapa escolar.

Así lo alertó el psiquiatra Carlos Ordoñez, jefe del Departamento de Adicciones del hospital Hermilio Valdizán, quien precisó que este riesgo se incrementa cuando una mujer embarazada consume alcohol u otra sustancia tóxica en el primer mes o en el último trimestre de gestación.


El alcohol es una sustancia tóxica que influye en la formación del cerebro del niño. Basta que la gestante consuma alcohol en pocas cantidades para que haya una consecuencia. Si la embriaguez es muy intensa, las consecuencias serán mayores para el feto fundamentalmente”, advirtió Ordoñez en declaraciones a la Agencia Andina.

Dijo que, en los últimos 25 años, se ha publicado abundante bibliografía científica que demuestra este tipo de consecuencias y que se basan en seguimientos hechos a hijos de madres que consumieron sustancias toxicas durante el embarazo.

“Estos niños son muy inquietos, muy distraídos, con déficit de memoria e incluso algunos tienen problemas de carácter social. Aparentemente será un niño con ciertas limitaciones y eso lo he visto en mis consultas”, manifestó el especialista.


Niños estigmatizados


Ordoñez dijo que estos niños son frecuentemente estigmatizados por los profesores e incluso por la misma familia, que muchas veces adopta medidas punitivas en lugar de acudir a un especialista para encontrar una solución.

Explicó, en tal sentido, que en su consulta se ha logrado identificar el origen de este trastorno de hiperactividad a través de una evaluación del niño y de los padres, para luego emitir un diagnóstico que conlleve a un tratamiento.

Hay fármacos que pueden controlar generalmente este problema, y que se deben aplicar desde los 6 o 7 años de edad del niño. Con intervención psicológica e intervención a nivel de sector educativo, se da las pautas al profesor. No es culpa del niño inquieto, qué culpa tiene él de que la mamá haya bebido alcohol”, aseveró Ordoñez.


El psiquiatra calculó que entre 7% y 9% de la población escolar presenta trastorno de hiperactividad, razón por la cual propuso al Ministerio de Salud (Minsa) incorporar en su plan de salud mental una estrategia para identificar a estos escolares.

“En otros países, todo niño que entra a la etapa escolar pasa por un screening (examen médico) para descartar este trastorno. Detectado, se le pone en tratamiento psicológico, psiquiátrico, incluyendo con el sector educativo”, anotó.

Malformaciones físicas


En otro momento, Ordoñez alertó sobre el denominado síndrome alcohólico fetal, que es cuando un feto nace con problemas morfológicos como microcefalia, cuando la madre ha consumido grandes cantidades de alcohol durante la gestación.

“No necesariamente la madre debe ser alcohólica, sino que quizá la gestante ingirió alcohol regularmente. De cada 1,000 nacimientos, menos del 1% puede tener este problema, que es el más severo”, aclaró.


Asimismo, dijo que estas adicciones en la madre pueden ser trasmitidas a sus hijos. “Se ha identificado un gen que tiene que ver con una inclinación hacia la adicción en el feto. Estamos hablando de una mujer adicta al alcohol o a otras sustancias".

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(FIN) LIT/RRC

Publicado: 11/7/2018