En el marco del Día Nacional del Cuy, que se celebra cada segundo viernes de octubre, Huarmey reafirma su liderazgo como epicentro de innovación genética en la región Áncash. Esta provincia costera ha logrado posicionarse como un referente en la crianza tecnificada y sostenible del cuy, un símbolo de la identidad y la seguridad alimentaria del Perú.
El compromiso de Huarmey con el desarrollo rural se ha traducido en una alternativa estratégica para dinamizar la economía familiar, mejorar la nutrición local y fortalecer la cadena de valor agropecuaria.

En ese camino, en el 2023, se consolidó el Centro de Producción de Reproductores del Instituto Nacional de Innovación Agraria (CPR INIA – Huarmey), implementado en alianza con la Asociación Cultural para el Desarrollo Integral Participativo (Acudip) y Antamina, que alberga actualmente 3,000 cuyes reproductores de razas mejoradas y adaptadas al clima local.
La infraestructura del CPR cuenta con tres galpones operativos y aplica protocolos de calidad genética, control sanitario y pureza racial, centrados en garantizar una producción sostenible y de alto rendimiento. Entre las especies destacadas figura la raza Kuri, reconocida por su productividad, eficiencia alimenticia y capacidad de adaptación. Su meta es alcanzar una disponibilidad anual de 5,000 reproductores certificados, que serán distribuidos a productores rurales de Áncash, contribuyendo así a elevar los estándares de la cuyicultura nacional.
Castillo de Huarmey: el cuy, una herencia milenaria que perdura

De otro lado, se recordó que recientes investigaciones arqueológicas en el Castillo de Huarmey del 2025 han revelado la presencia de restos óseos de cuyes asociados a contextos domésticos y funerarios de la élite de la cultura Wari. Estos hallazgos, liderados por el arqueólogo Milosz Giersz, confirman que la crianza y el consumo del cuy formaban parte de la vida cotidiana de las antiguas sociedades peruanas entre los siglos IX y X d.C., específicamente en Huarmey, Áncash.
Los análisis realizados determinaron que los animales fueron criados localmente y alimentados con maíz, evidenciando un temprano manejo doméstico y control alimentario de la especie. Además, aunque el Castillo de Huarmey se encuentra a menos de cuatro kilómetros del mar, la investigación evidenció una preferencia cultural por los recursos terrestres, como el cuy y los camélidos, por encima de los productos marinos.

El proyecto arqueológico cuenta con el apoyo de Antamina, que respalda la conservación e investigación del patrimonio cultural en su área de influencia, reafirmando el vínculo entre el pasado ancestral de Huarmey y su presente orientado a la innovación y el desarrollo sostenible.
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(FIN) NDP/MAO