La ciudad de Cusco vive esta semana una de sus fiestas mayores: el tradicional Corpus Christi Cusqueño, actividad religiosa que se desarrolla desde tiempos remotos. La tradicional procesión, que se realizó este jueves 19, congregó a miles de cusqueños y visitantes que se dieron cita a la plaza Mayor.
La feligresía católica participó de una misa presidida por monseñor Richard Alarcón Urrutia, arzobispo de Cusco, luego la procesión de la carroza de plata con el santísimo sacramento y finalmente una nutrida procesión con quince imágenes que terminó en horas de la noche.
El Corpus Christi comenzó el miércoles 18 con la “Entrada”, las vírgenes y santos llegaron en andas, con sus mayordomos, danzas y músicos desde sus templos coloniales hasta la Basílica Catedral. Las calles del centro histórico y avenidas principales lucieron color y alegría.
San Jerónimo y San Sebastián llegaron desde los distritos que llevan sus nombres ubicados al sur de la ciudad, mientras que Santa Bárbara arribó desde el distrito de Poroy, por el Qhapaq Ñan. La mártir es la que está más distanciada de la gran urbe.
El fervor y la tradición llegó a su máxima expresión con la misa en el atrio de la Catedral desde donde el clero cusqueño ofreció la ceremonia sobre la importancia del Cuerpo de Cristo y en significado para la comunidad católica, que se profesa en esta región.
“Hoy nuestro señor Jesucristo presente en su cuerpo y su sangre nos recibe a todos nosotros como peregrinos saludándonos con la misma expresión que la paz sea con ustedes”, expresó monseñor Alarcón en su mensaje a los fieles.
“Nuestro corazón debe de llenarse de alegría al reconocer a Jesús resucitado en el misterio de la santísima hostia, la santísima eucaristía, él está presente en el pan convertido en su cuerpo y en el vino convertido en su sangre”, agregaba con algunos pasajes bíblicos.
Al culminar la ceremonia, y el retorno de la carroza, las hermandades y cargadores, acompañados de integrantes de bandas se hicieron de la plaza mayor, los portales retumbaron con las melodías entonadas acorde al paso de las efigies sobre sus andas.
Los mayordomos u organizadores de los cargos o fiestas, mostraron gala con sus ternos y vestidos, ellos llevaron las demandas o pequeñas imágenes para distinguirse de los fieles que se ubicaron en los perímetros, luego ofrecieron el delicioso Chiriuchu, plato bandera de Cusco acompañado de bebidas.
Con el pasar de las horas los vírgenes y santos se ubicaron en la Catedral, ante la sagrada imagen del Señor de Los Temblores, Patrón Jurado de Cusco. De acuerdo a la tradición oral, aquí se enciende un debate, una discusión sobre la coyuntura, los milagros y castigos a conceder. Las vírgenes interceden a que las condenas no sean inclementes.
Mientras unos participaban de la procesión, otros, en gran mayoría disfrutaban del Festival Gastronómico del Chiriuchu en la plaza San Francisco, donde amas de casa integrantes de asociaciones atendieron a familias cusqueñas y turistas que apreciaron con sorpresa el cuy, la gallina, la tortilla y los otros ingredientes adornados con rocotos.
Afortunadamente, las actividades se desarrollaron sin inconvenientes, la policía y serenazgo garantizaron la seguridad y el orden para el beneplácito de los miles de concurrentes.
Relación de las imágenes veneradas
San Antonio Abad, San Jerónimo, San Cristóbal, San Sebastián, Santa Bárbara, Santa Ana, Santiago Apóstol, San Blas, San Pedro, San José, la Virgen de la Natividad, la Virgen de los Remedios, la Virgen Purificada, la Virgen de Belén y Virgen de la Inmaculada Concepción conocida como “La Linda de la Catedral”.
Dato
El Corpus Christi Cusqueño culmina con “La Octava”, a celebrarse este año el jueves 26 de junio con el retorno de las imágenes a sus parroquias, ese día también habrá venta de Chiriuchu en la plaza San Francisco.