Las Reservas de Biósfera son áreas representativas de ambientes terrestres o acuáticos creados para promover una relación equilibrada entre los seres humanos y la naturaleza.
La Reserva de Biósfera es una designación otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que significa que el área natural protegida es reconocida internacionalmente por su innovación y demostración de desarrollo sostenible y ordenamiento territorial.
Importancia
La Unesco ha reconocido
más de 700 Reservas de Biósfera en 129 países del mundo. Estos espacios naturales brindan una contribución inestimable a la
biodiversidad y a la
seguridad alimentaria, que beneficia directamente a las poblaciones locales.
Las Reservas de Biósfera son más que áreas naturales protegidas. Están diseñadas para entender uno de los temas más importantes que enfrenta el mundo hoy en día: reconciliar la conservación de recursos naturales con su uso sostenible.
Se organizan en redes temáticas y asociaciones que favorecen el intercambio de conocimientos, la investigación y el seguimiento, la educación y la formación, y la toma de decisiones participativas.
Reservas de Biósfera en Perú
En el Perú existen seis Reservas de Biósfera ubicadas en nueve regiones en la costa, sierra y selva, precisó el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
Se trata de las Reservas de Biósfera Huascarán (Áncash), Manú (Madre de Dios) y Noroeste Amotapes-Manglares (Tumbes-Piura), establecidos en 1977; Oxapampa-Ashaninka-Yanesha (Pasco), establecida en el 2010; y Gran Pajatén (Amazonas, La Libertad y San Martín), establecida en el 2016; y Bosques de Neblina Selva Central, oficializada en 2020.
A continuación, conoce a las Reservas de Biósfera del Perú.
Huascarán
Conocido como “El Parque de Altura”, Huascarán fue declarado como Parque Nacional en 1975, y sus características excepcionales motivaron su denominación como Reserva de Biósfera en 1977 y Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1985.
Ubicada en la región Áncash, la
Reserva de Biósfera Huascarán es un área natural protegida muy importante para el Perú, con diversidad biológica de montaña, bosques en buen estado de conservación, valores paisajísticos y arqueológicos extraordinarios, todo al amparo de la gran
Cordillera Blanca, la cordillera tropical más alta y extensa del mundo.
Con más de 700 glaciares, esta Reserva de Biósfera es el hogar del mayor número de
glaciares tropicales del mundo, muchos de los cuales han originado lagunas. Este ecosistema montaña es un gran reservorio de agua que nutre una enorme cadena biológica y económica, desde los valles en sus faldas a los complejos hidroenergéticos hasta los grandes proyectos agroindustriales de la costa norte. El deshielo estacional de los glaciares brinda agua limpia para animales y humanos, lleva energía a las casas y riega los campos. Proteger la
Reserva de Biósfera Huascarán es una tarea de vital importancia.
Las poblaciones habitan y aprovechan los recursos de Huascarán hace 10,000 años, y se nota la evidencia de las civilizaciones humanas antiguas en las reliquias de terrazas, corrales, repesas y canales que se ven en la Reserva. Hoy en día, las actividades humanas centrales que se realizan en la
Reserva de Biósfera Huascarán incluyen turismo que beneficia la población local, investigación, educación ambiental, forestación con especies nativas, y control y vigilancia. Además, existe una organización de usuarios de pastos naturales y control de ganado.
Manu
En 1973 se estableció el
Parque Nacional del Manu como área natural protegida. Posteriormente, en 1977 la Unesco lo designó además de los territorios destinados a la colonización que colindaban con el
Parque y la Zona Reservada del Manu, como Reserva de Biósfera.
Diez años después de su reconocimiento como tal, el
Parque Nacional del Manu fue declarado como un
Patrimonio Natural de la Humanidad por su valor universal extraordinario. Esta designación fue un reconocimiento por la Unesco de su programa Convención de Patrimonio Mundial, cuyo propósito es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad.
El Parque está rodeado por la
Reserva Territorial de los grupos étnicos Kugapakori y Nahua, el
Santuario Nacional Megantoni y la
Reserva Comunal Amarakaeri, territorios que, junto a los de la cuenca del río Mapacho, pretenden ser integrados a la Reserva de Biósfera del Manu. Los pueblos que habitan adentro o alrededor del Parque tienen patrones culturales de asentamientos diversos, y algunos son poblaciones en aislamiento voluntario o contacto inicial.
En la zona núcleo del
Parque Nacional de Manu se encuentra ubicada la Estación Biológica de Cocha Cashu, en la que se realizan investigaciones ecológicas y antropológicas. Por su parte, en su zona de amortiguamiento y transición se realizan actividades de desarrollo sostenible y manejo de recursos, recreación, turismo y educación ambiental.
El Parque Nacional del Manu, ubicado en las regiones de Cusco y Madre de Dios, protege una de las ecorregiones más importantes del país y un área de megadiversidad. Tal vez sea el área natural protegida con mayor diversidad biológica del planeta. Es uno de los pocos espacios territoriales que comprenden desde frígidas punas, que sobrepasan los 4,000 metros sobre el nivel del mar, agrestes montañas boscosas que dan origen a una multitud de pequeñas quebradas y valles, hasta bosques nublados de selva alta para finalmente llegar al llano amazónico.
Noroeste Amotapes-Manglares
En el año 1977 se estableció la Reserva de Biósfera Noroeste Amotapes-Manglares, que incluye el
Parque Nacional Cerros de Amotape, el
Coto de Caza El Angolo, ambos establecidos en 1975, y la
Reserva Nacional de Tumbes, establecida en el 2006. En el año 2016, la Unesco aprobó su ampliación incluyendo el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, incrementando su extensión a 961,414.52 hectáreas, y modificando su nombre a
Reserva de Biósfera del Noroeste Amotapes-Manglares.
Distribuida entre las cuatro áreas naturales protegidas, la Reserva de Biósfera Noroeste Amotapes-Manglares ampara una gran variedad de ecosistemas y especies. Uno de estos es el Bosque Seco Ecuatorial que se encuentra solo en el sur de Ecuador y el norte del Perú, y como sucede con los ecosistemas únicos, cuenta con muchas especies endémicas de flora y fauna.
También en esta reserva de biósfera se preservan el Bosque Tropical del Pacífico, el cual es muy particular para la región costera por sus zonas colinas con vegetación arbórea y arbustiva muy densa, con especies amazónicas. Debido a la ubicación de sus parques y las condiciones climáticas, habitan especies tanto del Bosque Húmedo Tropical, como del desierto costero y de ambientes altoandinos.
El Coto de Caza es la segunda área natural protegida de administración nacional con mayor número de especies de aves amenazadas, y fue reconocido internacionalmente como un “Área de importancia para la conservación de aves” por BirdLife International.
El Angolo es el único coto de caza oficial del país donde se practica la caza deportiva, siendo el venado cola blanca la especie más importante desde el punto de vista cinegético. El Club de Caza, Pesca y Turismo tiene un cargo de administración parcial sobre un sector del coto. Su gestión, al proteger el bosque como hábitat del venado y promover la cacería deportiva regulada, ha contribuido con los objetivos de protección del área protegida y al mismo tiempo favorece a los pobladores aledaños, quienes se benefician de las actividades asociadas a la caza sostenible.
La importancia de incluir al Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes radica en que esta área natural protegida conforma el principal bosque de manglar del territorio peruano, hábitat de decenas de especies marino costeras entre las que destaca la avifauna; por ello también ha sido reconocido como sitio Ramsar.
Su importancia económico-social radica en que es fuente de recursos naturales claves para la gastronomía peruana como es la concha negra y el cangrejo rojo de manglar; especies aprovechadas sosteniblemente por cientos de pobladores debidamente empadronados por el Sernanp con el objetivo de asegurar sus buenas prácticas de extracción, el respeto a las vedas y las tallas mínimas.
Esta iniciativa fue acordada por unanimidad durante la asamblea del Comité de Coordinación de la Reserva de Biosfera Noroeste Amotapes-Manglares realizada en agosto del 2015, en la que participaron autoridades regionales, provinciales y distritales, así como representantes de las asociaciones de productores de Piura y Tumbes y asociaciones civiles.
La Reserva de Biósfera Noreste Amotapes-Manglares cumple su misión de fomentar a un tiempo la conservación, el desarrollo humano e la investigación científica a través de proyectos de desarrollo económico sostenible con las poblaciones locales, investigación sobre mitigación del cambio climático y la articulación de temas sociales con los conservacionistas.
Oxapampa-Asháninka-Yánesha
La Reserva de Biósfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha, ubicada en la región Pasco fue registrada el 2010. Ocupa un territorio de 1 millón 800,000 hectáreas que comprenden dentro de su extensión al
Parque Nacional Yanachaga Chemillén, las
Reservas Comunales de Yánesha y El Sira, así como el
Bosque de Protección de San Matías-San Carlos.
Esta reserva de biósfera constituye en punto muy importante de conservación por la presencia de culturas indígenas, cultivos sostenibles y áreas naturales protegidas. La notable gradiente altitudinal, sumada a su variedad climática genera una alta variedad de formaciones ecológicas en un espacio geográfico relativamente pequeño, con una consecuente alta diversidad biológica. Posee ambientes acuáticos en interrelación con el bosque que permiten una fauna muy variada, conservando bosques inalterados y albergando endemismos de interés nacional.
Además de conservar la naturaleza, las
Reservas Comunales de Yánesha y El Sira tienen como su objetivo principal garantizar el aprovechamiento sostenible de los recursos silvestres para las comunidades nativas, cuya población pertenece a los
grupos étnicos Asháninka, Asheninka, Yánesha y Shipibo-Conibo, disminuyendo la presión externa al interior de su territorio titulado, asegurando su participación en la conservación y propiciando la mejora de sus condiciones de vida.
Las reservas comunales trabajan en conjunto con el Parque Nacional Yanachaga Chemillén y el Bosque de Protección de San Matías-San Carlos en constituir un "biocorredor" de áreas naturales protegidas que sostiene a la comunidad local de la generación actual y las futuras.
Gran Pajatén
La Reserva de Biósfera Gran Pajatén fue reconocida por la Unesco el 19 de marzo de 2016, en el marco del XXVIII Consejo Internacional de Coordinación del Programa MAB que se realizó en la ciudad de Lima. Con una extensión de 2 millones 509 mil 698.84 hectáreas, la
Reserva de Biósfera Gran Pajatén abarca ocho provincias y 33 distritos de los departamentos de Amazonas, La Libertad y San Martín, convirtiéndose así en la reserva de biosfera más grande del Perú.
Esta reserva de biósfera constituye la expresión perfecta de conservación y desarrollo, ya que brinda los recursos para que las poblaciones locales impulsen la comercialización de productos con reconocimientos mundiales como el cacao y el café, hecho que hace unos años era imposible de pensar, pues estas tierras eran destinadas a cultivos ilícitos como la hoja de coca.
Esta realidad, que augura buen futuro, vio la luz gracias al esfuerzo conjunto del gobierno nacional, los gobiernos regionales, provinciales y distritales; productores locales, cooperación internacional y empresas que apuestan por el desarrollo de sus regiones mediante actividades y acciones amigables con la naturaleza.
En total son 174,632 personas las involucradas en la gestión de esta reserva de biósfera y la promoción del desarrollo sustentable mediante la mejora de los sistemas productivos, la recuperación de los ecosistemas degradados, el impulso del ecoturismo y la promoción de cadenas productivas de productos amigables con el medio ambiente, en particular desarrollando una marca propia de la Reserva de Biósfera Gran Pajatén.
La
Reserva de Biósfera Gran Pajatén conforma además la primera de Sudamérica en contar con un
Sitio de Patrimonio Mundial Mixto (natural y cultural) al tener como zona núcleo el
Parque Nacional del Río Abiseo, área natural protegida en la que se conserva no solo una vasta biodiversidad, como el mono choro cola amarilla, especie endémica de la zona; sino también la mayor manifestación de la cultura Chachapoyas, como es el sitio arqueológico Gran Pajatén, una muestra singular de la arquitectura e iconografía peruana que hoy trasciende al mundo.
Bosques de Neblina-Selva Central
Esta reserva de biósfera, la más reciente reconocida por la Unesco, el 28 de octubre de 2020, tiene una extensión de 812,114.93 hectáreas esta nueva reserva de biósfera abarca 14 distritos de las provincias de Chanchamayo, Concepción, Jauja, Junín, Tarma y Satipo de la región Junín.
Se ubica en la vertiente oriental de los Andes que representa la transición de la cordillera andina a la selva baja, un espacio denominado como Amazonía Andina y que presenta una biodiversidad y ecosistemas únicos.
Su zona núcleo (área de mayor importancia para la conservación de la biodiversidad y ecosistemas) está compuesta por el Santuario Nacional Pampa Hermosa y el Bosque de Protección Pui Pui, áreas naturales protegidas que conservan una muestra única de los bosques montanos tropicales remanentes en la selva central, así como la cuenca hidrográfica de los ríos Tulumayo, Huatziroki, Pichanaki e Ipoki que nacen en la Cordillera del Pui Pui, y que abastecen de agua para uso agrícola y consumo humano en los valles de Chanchamayo y Perené.
El área alberga varias poblaciones indígenas, incluidas los quechuas y asháninkas, quienes viven de la agricultura, silvicultura, ganadería y pesca. Su ubicación favorece el desarrollo y comercio de productos agrícolas de gran potencial económico como la papa, que en esta zona se registra 400 variedades, y el café.
Además, posee paisajes y atractivos únicos, así como una gran riqueza cultural, que convierte a esta zona en un destino turístico de primer orden en la Amazonía peruana.
El reconocimiento de la Unesco se debe a que el Gobierno Regional de Junín, a través de la Gerencia de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente, elaboró la propuesta de la Reserva de Biósfera el año 2019 contando con el apoyo y asesoramiento del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
La propuesta consistió en sustentar el potencial natural, social y económico del ámbito a ser reconocido, contando con la participación activa la sociedad civil, autoridades y estudiantes, en los diferentes talleres, reuniones técnicas, estudios, visitas de campo entre otras estrategias que se optó para optimizar el tiempo y tener resultados favorables.
Muestra de este proceso, 74 organizaciones entre ellas los gobiernos locales, organizaciones académicas, organizaciones gubernamentales, organizaciones privadas y organizaciones civiles, brindaron su respaldo para buscar el reconocimiento de la propuesta de reserva de biósfera
Bosques de Neblina-Selva Central.
(FIN) LZD/MAO