Pinto-Bazurco destaca de esta época el desempeño de José Javier Leandro de Baquíjano y Carrillo, quien estimuló a una generación con los nuevos vientos de las ideas independentistas. También Pablo Antonio José de Olavide, Fray Melchor de Talamante, Vicente Morales y Duárez y el gran maestro de las ideas libertarias, Toribio Rodríguez de Mendoza.
Hijos de estas lecturas libertarias versus la escolástica serían los “carolinos” (como se conocía a los sanmarquinos) José Faustino Sánchez Carrión, José Gregorio Fernández, Hipólito Unanue y otras piezas vitales de la política y la ciencia del Perú germinante.
Otro capítulo importante donde se vio la presencia de los sanmarquinos fue en la Guerra del Pacífico (1879-1884).
En La Universidad Mayor de San Marcos y los sanmarquinos durante y después de la Guerra con Chile, el investigador Julio C. Buenaño Olivo pone en evidencia el protagonismo de la comunidad sanmarquina en la campaña marítima y terrestre, desde la defensa de las salitreras de Antofagasta y Tarapacá. O el pronunciamiento sobre el Tratado de Alianza Defensiva peruano-boliviano.
Buenaño recuerda que la defensa del territorio patrio de los sanmarquinos fue material, económica, logística, de salud y propaganda, amén de la disposición de las altas autoridades para el trabajo de catedráticos en diversas acciones como la organización de las ambulancias del Ejército. O que las facultades de Ciencia, Teología, Ciencias Políticas y Administrativas, Jurisprudencia o Letras ofrezcan alrededor del 20% de sus haberes mensuales para salvaguardar la patria.
Desde el punto de vista militar per sé, los sanmarquinos integraron la “Legión Carolina”, pero se disolvió porque el gobierno no autorizó que vaya al frente. (Se corría el riesgo de perder a la intelectualidad peruana).
Sin embargo, como señala Buenaño, diversos jóvenes sanmarquinos se alistaron y viajaron a las campañas del sur. José Andrés Torres Paz, Manuel Eduardo Lecca o Augusto Eron Bedoya se enrolaron como subtenientes en el regimiento “Dos de Mayo” y participaron en las batallas de San Francisco y Tarapacá, integrando el famoso batallón “Zepita”, bajo las órdenes de Andrés A. Cáceres.
Ellos volverían a escena en las batallas de San Juan y Miraflores (1881). En esta última, fallecería batallando Torres Paz. A Lecca y Bedoya se sumarían otros estudiantes, egresados y docentes sanmarquinos a las fuerzas de Cáceres en la sierra central.
El investigador da a conocer una lista de sanmarquinos que destacaron por su entrega y valor en la Guerra con Chile como en la posterior reconstrucción nacional.
Intelectuales del XX
Ricardo Pinto-Bazurco resalta que en el siglo XX de San Marcos es muy importante la llegada de las mujeres a las aulas.
Los albores de esta historia se dan con Esther Festini Llerena. Para que esta dama ingrese a la facultad de Letras, el Congreso tuvo que emitir en 1899 una resolución legislativa la cual se comunicó al Ministerio de Instrucción. En 1902 seguiría el mismo difícil proceso de admisión María Luisa Molinares.
Recién seis años después, el presidente Augusto B. Leguía promulgaría una ley que permitiría a las mujeres, que reúnan los requisitos, postular y matricularse en cualquier universidad del país.
Los inicios del XX fueron también el de la llamada Generación de 1908, jóvenes intelectuales forjados en San Marcos como José de la Riva Agüero, Víctor Andrés Belaunde, Aurelio Miró Quesada, Ventura García Calderón. Serían nombres vitales para la reforma universitaria de 1919.
El siguiente conjunto importante de sanmarquinos sería la Generación del Centenario, conformada por Raúl Porras Barrenechea, Jorge Basadre, Luis Alberto Sánchez, Víctor Raúl Haya de la Torre, Ricardo Vegas y otros. Ellos se manifestaron frente al “tiránico régimen” de Sánchez Cerro.
La democratización de las aulas permitiría absorber a los jóvenes provincianos, ampliando el anclaje de la casa de estudios con el país.
Las Ciencias y las Letras han dado desde entonces grandes nombres de la UNMSM para el mundo, como el Premio Nobel de Literatura 2010 Mario Vargas Llosa, José María Arguedas, Ella Dunbar Temple, Ruth Shady, Pablo Macera, Miguelina Acosta, Carlos Araníbar, Jorge Puccinelli y Hugo Neira, verbigracia.
Y su proyección para el bicentenario continúa en esa senda de construcción del pensamiento crítico al servicio del país. Feliz aniversario, alma máter del Perú.
Escudo en el tiempo
De acuerdo con Marcel Velázquez, director general de Biblioteca y Publicaciones de la UNMSM, el Escudo de San Marcos, símbolo mayor de esta casa de estudios, ha presentado diversas modificaciones desde que fue impreso por primera vez en 1602, con un león alado en la parte superior (símbolo del apóstol San Marcos).
En 1735 el león fue reemplazado por un querubín. El sello fue grabado en plata en 1795. En 1938 se varió el nombre de la universidad; y para el nuevo milenio, hay un diseño del 2001 que resumen esta larga tradición.
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