El voluntariado siempre deja huella en los jóvenes porque les permite salir de su "burbuja", tener empatía con los demás y valorar más a sus propias familias. Esto fue lo que aprendieron voluntarios que atienden a adultos mayores en el albergue María Rosario Araoz, de la Municipalidad de Lima.
Ubicado dentro del Complejo Municipal de Atención a la Población Vulnerables de San Juan de Miraflores, este albergue -que cuenta con extensas áreas verdes- recibe semanalmente a jóvenes que por algunas horas dejan sus quehaceres y deciden entregar su tiempo a 130 adultos mayores con ansias de cariño y atención.
Nash Rebaza (18), Romina Lara Hinostroza (20) y Francisco Javier Dioses Olaya (21), tres estudiantes de la Universidad del Pacífico, son parte de este voluntariado. Cada domingo acompañan, juegan y conversan con los ancianitos, hombres y mujeres, que llegaron allí porque fueron rescatados de la calle o porque no tienen familia.
Los tres estudiantes confiesan que se enteraron de esta iniciativa edil cuando buscaban opciones para cumplir con el requisito de seguir una experiencia de voluntariado y ganar créditos en su carrera. Pero no imaginaron cómo les cambiaría su visión de la vida.
Para Nash, futuro economista, este programa le permitió recuperar su sensibilidad, abrirse a las personas, comunicarse, aprender a escuchar a los demás con empatía. “Estaba muy ensimismado, encerrado en mis quehaceres personales”.
A Romina, estudiante de administración de empresas, le fue difícil aceptar que hay familias que abandonan a sus "viejitos". “No entiendo cómo dejan a quienes los trajeron al mundo; y muchas veces los visitan sólo para cobrar la pensión. Con esta experiencia, he aprendido a valorar a mi familia”.
En cambio, a Francisco, ingeniero empresarial, los ancianos del albergue le recuerdan a sus abuelitos maternos norteños. “Ellos también me cuentan su vida, comparten sus recuerdos conmigo y me aconsejan”, señala.
Talento juvenil
Antonio Herrera, coordinador de Programa Voluntariado Municipal de Lima, cuenta que están gestionando el talento juvenil, y por eso, afirma, una persona que hace voluntariado “cambia todas las teclas de su ser.”
El 13 de enero último empezaron las actividades del programa tras diseñar una alternativa que dejó atrás el modelo asistencialista y la realización de actividades únicamente en fechas simbólicas, medio año y Navidad.
Los voluntarios acuden al albergue todos los domingos de 9 a 12 de la mañana. La mayoría son jóvenes universitarios (80%) y el resto son personas mayores, vecinos de la zona o de cualquier otro distrito de Lima.
Semanalmente, estimulan en los adultos mayores sus habilidades blandas, memoria (a través de rompecabezas), habilidades motrices, bailes, dibujo. “Es una experiencia formativa para quienes tienen entre 25 – 30 años", explica Herrera.
Víctor Manuel Quinteros, gerente de Participación Vecinal de la municipalidad de Lima, asegura que los jóvenes tienen entusiasmo y un creciente interés por colaborar con diferentes poblaciones sociales. "Al Estado le interesa hoy involucrar a los jóvenes en los problemas de su comunidad”.
Además de este albergue, el complejo municipal de San Juan de Miraflores cuenta con un sistema metropolitano de promoción y gestión de políticas de juventud, albergues de mascotas y desarrolla actividades para el cuidado del ambiente como la iniciativa Manos a la Olla, sobre el manejo de desperdicios de alimentos.
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(FIN) SMS/RRC
JRA
Video: Jóvenes realizan voluntariado en albergue de la Municipalidad de Lima
Publicado: 10/11/2019