Un grupo de intrépidas mujeres de la Marina de Guerra del Perú cobra protagonismo en el viaje del BAP Carrasco por la costa norte, desafiando no solo las olas del océano sino también los estereotipos arraigados en espacios tradicionalmente masculinos.
Uno de los cargos de mayor responsabilidad lo ocupa la capitán de corbeta Fiorella Solís Medina, jefa del Departamento de Ingeniería, cuya labor es velar por el buen funcionamiento de todo el BAP Carrasco, el buque de investigación científica de la armada peruana. Tiene a su cargo 12 tripulantes masculinos.
“Actualmente las mujeres tenemos cargos importantes en las Fuerzas Armadas. Cuesta trabajo porque tengo vida familiar pero desarrollo mi labor como cualquier mujer; nosotras somos capaces de tener un cargo importante y lo desarrollamos con toda la responsabilidad”, dijo en vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La capitán de corbeta Fiorella Solís en plena faena de supervisión
Con 18 años de servicio, Solís reconoce que sus principales motores para seguir creciendo en la vida militar son sus hijas, Fabiana y Camila, de 5 y 12 años, y su esposo Luis. “Aunque tengo que partirme en dos, tres o cuatro, sé que cuento con el apoyo de mi familia. Además, a mis hijas les encanta verme uniformada y les gusta ponerse mi gorro. Ellas me ven como una líder pues se dan cuenta de mi desarrollo y liderazgo”.
La encargada de velar por el impecable funcionamiento de la maquinaria que impulsa la nave señaló que todas las mujeres han nacido para ser valoradas y que no debe permitirse el maltrato. "Somos capaces de realizar y asumir los mismos trabajos que un hombre, sin distinción alguna", subrayó.
Otra de las integrantes del grupo femenino es la oficial de mar tercero Dyana Quesquén Bracesco, con 10 años en la Marina. Ella señaló que, desde su ingreso a esta institución, todos sus logros han sido fruto de su constancia y eficiente desempeño en las labores designadas por sus superiores.
Actualmente, Quesquén es la principal encargada del área de servicio, cuya misión es abastecer de lo que haga falta a toda la tripulación del BAP Carrasco. Ella es contundente al afirmar que no existen limitaciones para que las mujeres puedan alcanzar sus metas y que todo depende de la fuerza de voluntad de cada una.
Al referirse a las mujeres que han sufrido violencia física, las instó a que no se rindan y no se dejen vencer porque siempre existe una razón para seguir adelante, a pesar de las dificultades. “No se rindan, den todo de ustedes mismas; no se dejen vencer (…) en nuestro vocabulario (de la marina) está prohibido rendirse. Recuerden que no estamos solas”.
Con tan solo 25 años, la alférez Valeria Lopez-Torres es jefa de la división de Oceanografía e Hidrografía dentro del departamento de investigación científica de esta nave. Lleva 11 meses laborando en esta área y dice sentirse orgullosa de desempeñarse en este cargo, que le ha dado muchas satisfacciones a nivel profesional.
“Es una gran responsabilidad al tener a un grupo de personas a mi cargo pero considero que tengo la preparación adecuada que me ha brindado los años de estudio en la Marina de Guerra”, precisó.
Actualmente su trabajo en Hidrografía y Oceanografía consiste en realizar una batimetría (medición) del fondo marino, lo cual permite desarrollar cartografías náuticas para los navegantes y tomar muestras del fondo del mar para diversas investigaciones.
En cuanto el maltrato hacia la mujer, aconsejó denunciarlo inmediatamente y buscar ayuda en los familiares o personas cercanas a fin de recibir el soporte emocional correspondiente.
Por su parte, la oficial de mar segundo Pierina Contreras, con 9 años de servicio en la Marina, agradeció que siempre ha recibido un buen trato de parte de sus superiores y compañeros y destacó que en la actualidad se valore más el trabajo de la mujer.
“Yo creo que las mujeres somos tan capaces como los hombres. Aunque genéticamente está demostrado que tienen un poco mas de fuerza que nosotras, sin embargo, en todo lo demás lo hacemos de la misma forma”, expresó.
Mientras surcan el mar, las mujeres del BAP Carrasco han demostrado que su valentía no tiene límites. A bordo de esta nave emblemática de la Marina de Guerra del Perú, no solo están poniendo su esfuerzo para sembrar las boyas oceanográficas, sino también semillas de cambio y progreso.
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