La ingeniera María Vega empezó haciendo sus prácticas y ahora ocupa una importante jefatura
La ingeniera Vega forma parte de esta institución desde hace 22 años; empezó haciendo prácticas profesionales para desarrollar todo lo aprendido en la Universidad Nacional del Callao.
Cuenta que a lo largo de todos estos años pasó por diversas áreas en la línea de producción y nunca sintió discriminación por ser una de las pocas mujeres que laboraban en talleres dominados por hombres. Por el contrario, señala, recibí el apoyo de mis compañeros de trabajo.
Gracias a su perseverancia y dedicación hoy ocupa uno de los más importantes puestos de jefatura en el Sima, cargo que la ha colocado al frente de más de 600 personas, así como de la ejecución de importantes proyectos para el Perú.
“El reto más grande para mí es poder comandar un grupo de personas que, en su mayoría, son varones; además, me siento muy satisfecha de participar de los proyectos de construcción naval como el BAP Pisco, el Paita y otros trabajos en metal mecánica”.
Su próximo desafío en el SIMA, al que considera su segundo hogar, es llevar adelante en el 2024 los trabajos de construcción del primer buque Multirol (fragata misilera multipropósito), la Patrullera Oceánica (OPV) y las dos Landing Craft Unit (LCU), un tipo de lanchas de desembarco. Esto será luego de que el SIMA determine, a fines de este año, cuál será el astillero coproductor de las obras.
Vega no se cansa de decirles a diario a sus compañeras que ellas son “capaces de realizar todo tipo de labores” y que, en base al esfuerzo y a la constante capacitación, se puede lograr ser una excelente profesional en el rubro en que se desempeñen.
Cuatro décadas de labor
Para Miriam Calderón, técnica eléctrica del Sima, el tiempo ha pasado muy rápido: en el 2023 cumplió 43 años de servicio en esta institución, laborando entre buques, fragatas, y submarinos.
Recuerda que, en la década del 80, cuando ingresó a trabajar, tuvo bastantes dificultades porque no era bien visto que las mujeres hicieran esta labor. Sin embargo, no se doblegó y poco a poco fue ganándose un espacio y el respeto de los integrantes de su grupo de trabajo.
Cuando se le pregunta sobre su experiencia laboral, Calderón explica con orgullo cada detalle y situación específica que ha realizado durante estos años, como el aislamiento del cableado a bordo en las naves o las pruebas finales del buen funcionamiento de los sistemas eléctricos de las diferentes unidades marítimas.
Miriam está muy agradecida con el SIMA porque le permitió sacar adelante a sus hijos, ahora profesionales
Esta señora de sonrisa tímida se encuentra muy agradecida con el Sima por todo lo aprendido en cuando a la elaboración y reparación de embarcaciones; incluso ha participado indirectamente en la Operación Chavín de Huántar para la liberación de los rehenes de la embajada de Japón en 1997.
“Gracias a que aprendimos a armar y desarmar periscopios, un grupo de 12 personas hicimos estos instrumentos de observación para que vigilen a los terroristas que habían tomado la embajada de Japón en aquel tiempo. Ese fue un trabajo muy importante que desarrollamos para el Estado de manera anónima”.
Aunque solo le faltan dos años para jubilarse, ella se considera una mujer muy activa en su sección y ahora está a cargo de la parte logística en el taller de electricidad.
Con una gran emoción y la voz entrecortada, Miriam no se cansa de repetir que todo su esfuerzo valió la pena porque hoy sus tres hijos son jóvenes profesionales. “Me siento orgullosa de ser parte del Sima. Ha sido una trayectoria larga y bastante anónima. Este trabajo me ha permitido sacar adelante a mi familia porque yo soy padre y madre para mis hijos. Por eso, mi agradecimiento a la empresa que me acogió y me dio la oportunidad de prosperar”.
El arte de soldar
“A mí me gusta soldar, me siento contenta de mi trabajo, sobre todo, porque aprendo cada día. Además, he tenido buenos maestros y la empresa cada cierto tiempo nos capacita. Este trabajo solo lo puede realizar gente calificada y especializada”, expresó Betty Torero, la única soldadora mujer del Sima.
Ella sostiene que su trabajo requiere mucho detalle y también es complejo porque no puede existir error al momento de soldar o unir las piezas de las embarcaciones ya que, si eso ocurriera, se estaría poniendo en peligro la integridad de la tripulación.
“En el tema de la fabricación de embarcaciones el soldador tiene que ser una persona que tenga mucho conocimiento y, sobre todo, saber lo que está haciendo porque solo depende de él que las cosas salgan correctas. Aquí se trabaja de la mano con control de calidad y también tenemos que basarnos en los procedimientos porque no es soldar por soldar”, subraya.
Torero comenta que las mujeres tienen muchas dificultades para conseguir trabajo como soldadoras por los prejuicios de la sociedad y que por lo general prefieren a los hombres en este rubro, pero en su caso, tuvo la suerte de que la institución le dio la oportunidad y confianza de demostrar lo que sabía hacer.
Reconoce que esta profesión es un poco ruda para las mujeres pero que, a pesar de esta característica, siempre ha recibido el apoyo de sus demás compañeros. Su mejor carta de presentación son los 11 años de servicio, periodo en el que se ha ganado el respeto y admiración de sus cerca de 40 compañeros soldadores.
Betty lleva con mucha responsabilidad la misión de ser la única soldadora mujer del Sima
“Considero que soy una buena soldadora porque hago un buen trabajo y trato de que siempre sea de calidad. Esta es una labor que lo pueden hacer las mujeres siempre que tengan la voluntad y paciencia para hacerlo”.
Mi abuelo me inspiró
Victoria Heriz es ingeniera mecánica y jefa del Taller de Reparaciones de Motores Navales del Sima. Tiene a su cargo a 36 personas, 2 de las cuales son mujeres. Decide abrazar esta carrera al ver a su abuelo desempeñarse con mucha pasión y dedicación como técnico mecánico de motores, en esta misma empresa.
“Mi abuelo era técnico mecánico de motores navales. Él trabajó aquí hasta el 2004. Fue jefe del desaparecido taller de montaje y motores y yo lo ayudaba con sus instructivos. Viendo su tarea diaria me anime a estudiar ingeniería en la Universidad del Callao”, manifestó.
"El conocimiento y la experiencia hacen que uno se gane el respeto", señala Victoria
Siguiendo los pasos de su abuelo, ingresó al Sima a realizar sus prácticas profesionales en el 2005 y, debido a su responsabilidad y preparación continua, fue logrando ascender hasta llegar a convertirse en la responsable del taller mencionado.
Heriz reconoce que no es común que una mujer sea jefa de un taller o un puesto similar y por eso considera que el reto es mayor para ellas. “El respeto a una mujer se gana con los conocimientos y la experiencia que dan los años. Ahora veo que hay más presencia femenina en este tipo de trabajos y creo que hay más oportunidades laborales, lo que inspira a otras mujeres a seguir su ejemplo”.
Junto con su equipo de trabajo, en los últimos 18 años ha tenido la oportunidad de dar mantenimiento integral a los motores de las naves marítimas (
overhaul), grupos electrógenos y, recientemente, en la
modernización de los submarinos peruanos.
Su esposo y su hijo de apenas 3 años nunca dejan de alentarla y apoyarla en su trabajo, siendo ellos los mejores alicientes para seguir destacando en dicha empresa, refiere.
Mujer de retos
Recién tiene 8 meses en el Sima, pero ya ha logrado sobresalir entre sus demás compañeros. Menuda y de pocas palabras, así es la mecánica hidráulica, Marisol Flores quien no le teme al trabajo fuerte que le asignen.
Sabe que es un trabajo de alto riesgo por lo pesado y grande de los equipos que debe manipular para su arreglo o mantenimiento. Sin embargo, señala, siempre existen formas para enfrentar estas dificultades, ya sea con la ayuda de los compañeros o la utilización de maquinarias.
“Yo trabajo en los submarinos, en la reparación o colocación de motores nuevos o bombas, cambio de tuberías o pruebas al vacío de los tanques de estas naves. Para levantar estos equipos nos ayudamos con las grúas o en todo caso se les pide apoyo a los compañeros”.
Marisol tiene la meta de aprender más y seguir ascendiendo
Flores también dijo que, al ser la única mujer en su área, ha tenido que demostrarles a sus compañeros y jefes lo buena que es en su trabajo de mecánica hidráulica.
“Al principio dijeron (sus compañeros) que yo no iba a hacer las cosas como lo hace un hombre, pero les demostré lo contrario. Sé que no es fácil mantenerse porque te ponen pruebas y retos, pero al final, todo depende de uno mismo para superarlos”, argumenta.
Por sus dos pequeños hijos de 11 y 4 años, dijo, se ha trazado la meta de continuar estudiando con la finalidad de hacer carrera en la empresa. “Yo le he dicho al supervisor que ahora me encuentro como operaria, pero más adelante subiré a maestro y luego a colocarme el casco azul de supervisora”.
Datos
El Sima fue creado por Decreto Supremo N° 13, el 14 de febrero de 1950 con la finalidad de promover y desarrollar la industria naval peruana a través del mantenimiento, modernización, diseño y construcción de las unidades de la Marina de Guerra del Perú y complementariamente ejecutar proyectos relacionados a este sector tanto público como privado.
Esta institución tiene tres líneas de negocio principales: construcciones navales de alto y bajo bordo, hasta las 25 mil toneladas; estructuras metálicas, en la que ejecutan puentes, muelles, etc., y, por último la reparación de embarcaciones tanto nacionales como de otros países.