Si traer hijos al mundo constituye todo un acto de valentía para una mujer, ayudar -además- a salvar vidas ajenas con su leche materna puede ser considerado un acto de amor invaluable, ya que no todas están en condición de hacerlo.
En efecto, el alimento de oro que una mujer puede producir para sus hijos propios llega ahora también a niños prematuros cuyas madres no son capaces de alimentarlos por diversas razones.
Se trata de
madres solidarias que extraen de sus generosos pechos el vital nutriente para compartirlo con bebés prematuros que no completaron su peso ideal en la gestación o que debieron ser operados ni bien salieron del vientre materno. Esa leche es el salvavidas que les permite completar su desarrollo y recuperar su salud.
Todo ese milagro de vida se hace realidad gracias a los bancos de leche humana que hay en el país. El primero de ellos funciona desde mayo del año 2010 en el
Instituto Materno Perinatal (INMP) o más conocido popularmente como la Maternidad de Lima.
Ese año se dio el gran paso en el Perú y, como en todo proyecto, los resultados fueron mejorando progresivamente. En el 2010 se logró recolectar 368 litros de leche donada de unas 40 donadoras mientras que en el 2018 la cifra aumentó a 1,642 litros, informó a la Agencia Andina la doctora Carmen Dávila, directora ejecutiva de Atención en Neonatología del INMP.
Es amor, no caridad
Las mujeres con corazón de oro que decidieron ayudar a vivir a bebés que no salieron de sus vientres sienten que están dando su leche y su amor a esos pequeños.
“Tengo una enorme satisfacción de hacer el bien a un angelito que lo necesita. Para mí es amor, no caridad”, dijo con firmeza María Isabel Campero, una joven madre de 27 años.
Señala que un día, buscando información sobre la lactancia materna, descubrió en un blog que se podía donar leche para ayudar a bebés con déficit de peso y no lo pensó dos veces, porque su cuerpo producía más de lo que su hijo necesitaba.
“A él no le quito nada, es un excedente con el que ayudó a otros bebés y desde muy pequeño quiero enseñarle a compartir”, expresó.
Las madres solidarias exhortan a las demás mamás lactantes que producen suficiente leche a ayudar a otros bebés de salud resquebrajada. “Es muy simple, solo basta con comunicarse con la Maternidad (al teléfono 328-8188) y ofrecer su ayuda; los especialistas se encargan de hacer el resto”.
Leche con 300 componentes
“El propósito es que el bebé con problemas reciba el mejor alimento sobre la Tierra que es la de su mamá o de otra mujer, una leche pasteurizada y libre de todo contaminante”, anotó Dávila.
La maravillosa leche materna tiene más de 300 componentes, la mayoría son nutricionales y otros son células vivas que actúan como defensa para que el bebé pueda contrarrestar los gérmenes. Se dice que una cucharadita de leche materna contiene tres millones de células inmunitarias que defenderán el organismo del lactante.
Cómo se recolecta
El proceso de recolección de la leche donada comprende tres grandes fases.
La primera es la procura o captación de leche de las donantes, previa capacitación sobre la técnica a seguir; la segunda es todo el procesamiento hasta que el producto esté libre de gérmenes, habiendo pasado por estrictos controles (análisis sensorial, análisis bioquímico, pasteurización y análisis final) y la tercera fase es la distribución de acuerdo con las indicaciones de los médicos que evalúan al bebé y ven sus necesidades.
Toda la historia comienza cuando las mujeres dispuestas a donar se comunican con la Maternidad para entregar su producción excedente. La candidata a donadora debe responder un cuestionario sobre su salud y sobre la salud de su hijo; también se constata los resultados de sus análisis de laboratorio y de su control prenatal.
Un equipo le hace una visita domiciliaria para verificar las condiciones sanitarias y constatar que tenga un adecuado sistema de refrigeración.
Cuando la madre ya está apta para donar se le capacita en las técnicas de bioseguridad, es decir como practicar su higiene y el cuidado que debe tener al momento de extraer y almacenar la leche. Una vez claras las cosas, la solidaria donante está lista para entregar su regalo.
El recojo, dependiendo de la cantidad de leche acumulada es de una o más veces a la semana. Para ello, se cuenta con coolers especiales que garantizan su óptima conservación porque, de ninguna manera puede ser descongelada.
El cuidado, refiere, es meticuloso porque no le puede caer ninguna partícula extraña ya que eso la arruinaría y obligaría a desecharla.
“Eso no es imposible ni difícil, el año pasado recolectamos más de 1,642 litros, lo que quiere decir que hay muchas señoras que lo pueden hacer con una buena capacitación”, sostuvo Ruby Wong, técnica encargada del recojo de leche a domicilio.
En Lima hay bancos de leche en el
hospital Nacional Arzobispo Loayza y en el Hospital San Bartolomé y además dos centros de acopio, uno en la sede de la Asociación Taller de los Niños, ubicada en San Juan de Lurigancho y en el Hospital Dos de Mayo.
En estos últimos se recolecta la leche y se envía al Banco de la Maternidad, pero la mayor cantidad de leche donada se recoge de las madres que solidariamente se han unido a la causa y, luego de alimentar a sus propios hijos, regalan su nutritiva leche para salvar la vida de bebés ajenos en riesgo.
(FIN) ART/RRC
Video: Día de la Madre: otro acto de amor que salva vida de prematuros
Publicado: 9/5/2019