El algarrobo (Prosopis pallida), es una especie emblemática de la flora de los bosques secos en el norte del Perú y sus múltiples usos en la economía familiar son promovidos por el Servicio Nacional Forestal y Fauna Silvestre (Serfor) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
Los
algarrobales son el hábitat de diversas especies de fauna silvestre, como la
Cortarrama peruana, un ave endémica. Lamentablemente, la tala ilegal de los bosques de algarrobo ha degradado bastante el hábitat de esta especie, indicó Juan Otivo, administrador técnico de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Piura, órgano desconcentrado del
Serfor.
El
algarrobo es un árbol oriundo del Perú y especie emblemática del bosque seco en la costa norte. Es considerado un árbol multipropósito en comparación a otras especies forestales, gracias a la gran durabilidad de su madera y la gran calidad nutricional de su fruto que constituye un auténtico superalimento.
Es aprovechado desde tiempos ancestrales y contribuyó al desarrollo económico y productivo de las civilizaciones prehispánicas que se desarrollaron, sobre todo, en la costa norte peruana.
A diferencia de otras especies forestales, el algarrobo tiene múltiples usos, su madera es ideal para construcción de viviendas, sus ramas y hojas sirven para obtener forraje de calidad para el
ganado; además de ser abono orgánico, por lo que es fuente de alimento y trabajo para 400,000 familias rurales norteñas.
Superalimento
Una de las razones por las que el algarrobo se consolida como un vegetal de suprema importancia para un adecuado aprovechamiento sostenible tiene que ver con su fruto, la algarroba, que es considerado un
auténtico superalimento. Ideal para fortalecer nuestro sistema inmune y mejorar la respuesta de nuestro organismo frente a infecciones como el covid-19.
De sabor dulce y con mucho valor nutricional, el fruto del algarrobo es rico en vitaminas del complejo B (B1, B2, B3, B6, y B9), C y E, además de minerales como magnesio, hierro, calcio, zinc, yodo, selenio y potasio; así como ácidos grasos, fibra, glucosa, fructosa y sacarosa, que aportan mucha energía.
Estos nutrientes equilibran el pH de la sangre y, al ser un alimento energético, también beneficia el excelente funcionamiento del sistema inmune para proteger al organismo y mitigar el impacto de diversas enfermedades.
En Piura, en el 2004, Serfor se unió a mujeres de la zona para poder aprovechar la algarroba e iniciaron un
emprendimiento. "Primero producimos la algarrobina con apoyo del fondo de Las Américas, pudimos capacitarnos y empezamos a trabajar. Nosotras vendemos nuestros productos y salimos adelante", expresó Estela Arroyo de Ecobosque.
Ellas usan el algarrobo de manera sostenible y producen diversos productos como algarrobina, miel de abeja, toffee de leche con algarrobina, harina, café de algarroba y miel de abeja.
Bajo amenaza
Pese a que tiene un rol clave en la mitigación del
cambio climático y su algarroba es considerada un superalimento porque tiene un alto poder nutritivo, el algarrobo se encuentra en situación vulnerable, según la normativa nacional, y sus principales amenazas son la tala ilegal, para usarlo como carbón vegetal, el cambio de uso de suelo, y los incendios forestales.
Para conocer un poco más sobre el algarrobo y su importancia, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) difunde el podcast “Latidos del bosque”, cuyo episodio está dedicado al algarrobo de los bosques secos. Esta iniciativa cuenta con el apoyo del Programa Forest de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el Servicio Forestal de Estados Unidos.
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Publicado: 16/4/2021