Patricia Janeth Chilet Manrique es responsable de activar un sistema ante la alerta de donación de órganos: cuando la familia acepta la muerte cerebral de su ser querido y decide salvar la vida del que necesita un trasplante. Es el eje central de un operativo que aún enfrenta el 70% de la negativa familiar, a pesar de los esfuerzos por sensibilizar a la población.
"Ayudamos a salvar vidas", afirma, y se le quiebra la voz. Patricia tiene muchos recuerdos. Sobre todo, de los pacientes que perdieron la carrera por la sobrevivencia porque nunca llegó el órgano que necesitaban.
Son muchas historias, cuenta, de niños y adultos que fueron perdiendo el brillo de su mirada por la insuficiencia renal que no se curaba y avanzaba. Sus años en el
hospital Guillermo Almenara, donde desarrolló la especialidad de nefrología, los rememora.
Pero justo fue allí donde tomó conciencia de la diferencia que había entre los que no lograban el trasplante de un riñón y los que sí habían tenido la suerte de acceder a uno.
Tasa baja de donación de órganos
Ha transcurrido más de una década, y las razones de esas marcadas diferencias no han cambiado. En el Perú, la tasa de donación de órganos sigue siendo la más baja en América Latina: dos donantes por un millón de habitantes.
“A pesar de los años de experiencia, sigo llorando ante la pérdida de vidas porque la población vive en una nebulosa de desinformación sobre el tema, y lo que urge es educarla para erradicar falsas creencias”.
Desde el 2011 es subgerente de Procura de EsSalud. Su labor es igual a la de una directora de orquesta, ya que debe asegurar que el personal relacionado con el proceso de obtención de órganos y el de trasplante funcionen armónicamente.
Cada uno debe cumplir protocolos, evaluaciones y normas necesarias para que el proceso de
procura y trasplante sea exitoso. Patricia dirige un equipo de coordinadores de procura ubicados en 11 hospitales de Essalud.
Visitas de procura
Trabajan visitando salas de cuidados intensivos y emergencias para ubicar a personas que ingresaron a esas áreas por sufrir una lesión encefálica grave. Cuando los médicos responsables hacen el diagnóstico de muerte encefálica, se activa la alerta.
“El personal de procura se acerca a las familias para convencerlas de que su ser querido puede salvar la vida de otras personas. No resulta sencillo porque en ese momento el dolor por la pérdida es muy profundo”, reconoce la especialista.
Patricia y la gente que tiene la tarea de hacer realidad esa voluntad no se detiene. La minuciosidad que ella aplica para que cada paso se cumpla tiene como fuente de inspiración el conocimiento de la
medicina natural y su precisión por aplicarla, de su madre, y la confianza que le dio su padre para que tuviera el valor de enfrentar los retos que ser la única médica de la familia le demandaba.
“He aprendido a ser valiente, a tomar decisiones sobre la marcha. Me siento orgullosa de ser parte de un sistema organizado y acreditado de centros y recursos humanos autorizados para que el proceso termine bien. No me siento una superhéroe. Los superhéroes son las familias de los donantes. Soy un instrumento para salvar vidas.”
Hoja de vida
-Cursó Estudios generales de Medicina Humana en la Universidad de San Martín de Porres.
-Posteriormente estudió la especialidad en nefrología en la Universidad Nacional Federico Villarreal.
-También obtuvo una Maestría de Gerencia de Servicios de Salud en ESAN.
-Además, logró un diplomado sobre Gestión de Coordinación de Procesos de Procura, en Buenos Aires.
Conoce más sobre la donación de órganos y tejidos en esta viñeta:
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(FIN) DOP/ SMS
Publicado: 27/2/2020