María Antonieta Quispe Ricalde (47) es catedrática en la Universidad Nacional San Antonio Abad de Cusco (Unsaac) e investigadora que ha obtenido varios logros académicos en Perú y España. Ella es un ejemplo que merece resaltarse hoy, en el Día Internacional de la Mujer.
El segundo hogar de María Antonieta Quispe Ricalde es el laboratorio de Bioquímica de la Unsaac, ella está a un paso de encontrar la cura para la uta o leishmaniasis y también experimenta con la bacteria que reducirá la contaminación generada por la minería.
Es cusqueña, estudió en el colegio Santa Ana, biología en la Unsaac, es Magister en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Peruana Cayetano Heredia y doctora en Parasitología Molecular por la Universidad de La Laguna España donde alcanzó la máxima calificación de sobresaliente “Cum Laude”.
Hace unos días Quispe Ricalde ofreció el discurso de orden por el 327 aniversario de su alma mater donde es catedrática de la Facultad de Ciencias. La comunidad antoniana citada en el paraninfo del local central escuchó sus reflexiones y disertación sobre la “Vida en ambientes extremos, salinos”.
La admiración de los asistentes se replicó en aplausos, el sustento científico cautivó a los asistentes, desde entonces cobró importancia saber un poco más de su vida. María Antonieta Quispe Ricalde, de 47 años de edad, es hija de Bonifacio Quispe Cusi, diputado en el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry.
Para alcanzar sus objetivos tomó algunos textos y una mochila, cruzó fronteras, voló el atlántico y aterrizó en España; viajó justo en los momentos más difíciles que atravesaba el país con la dictadura y corrupción del ex presidente Alberto Fujimori. Ella partió un 4 de octubre de 1999 con la recomendación de científicos y las ganas de superarse.
Vacuna contra la Leishmaniasis
Para hallar la cura de la uta se valió de técnicas de biología molecular. De las 20 especies identificadas del genero Leishmania, cinco mantiene el país, las más conocidas son la peruviana (en el norte del país) y la braziliensis en el sur, entre ellas la Amazonía de Cusco.
El parásito crea una metástasis, lesiones cutáneas, suele ubicarse en cavidades nasales y orales, destruye el tabique y paladar y puede provocar que el paciente no se alimente y muera por desnutrición. El contagio es por la picadura del mosquito de la Lutzomyia, “manta blanca” o “titira”, también se habla de animales reservorio, como roedores y canes.
La uta no tiene cura, solo se controla con fármacos, tóxicos por lo general, cuyas dosis generan efectos secundarios, el cual espera ser revertido por la científica “me gustaría decir que estamos cerca, pero son muchos años de estudio”, precisa confiada en lograr su objetivo, que también persiguen biólogos en el Perú y el mundo.
María Antonieta Quispe Rivas incide en la búsqueda de vacunas con un grupo itinerante de la Universidad de La Laguna en el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, España, “donde tenemos diferentes moléculas candidatas para hacer una vacuna y que lentamente una a una se van evaluando en animales experimentales para ver si encontramos esa vacuna preciada”, relata y culmina que también buscan nuevos fármacos.
Reducir la contaminación minera
Los contactos científicos y pertenecer a una Red Nacional Biotecnología Microbiana, permitió que en el 2014 se inicie con la búsqueda de microorganismos en ambientes extremos y para el muestreo Cusco fue fundamental, con el salar de Maras, de donde se extraen microorganismos halófilos “amantes de la sal”.
El microorganismo con potencial biotecnológico enorme “tiene una batería proteica enzimática bastante fuerte y potente y queremos utilizar esas proteínas para poder biorremediar otros ambientes impactados, alterados por la propia actividad del hombre, en este punto la explotación minera que trae consigo contaminación de suelos y aguas”.
La deducción de la científica se remonta a los inicios del planeta Tierra “cuando existían altas temperaturas o la atmosfera no era la de ahora, eran los microorganismos extremos los que empezaron a colonizar, bajo esa premisa podemos utilizar microorganismos en ambientes que han sido alterados”, resaltó.
Estas investigaciones muestran avances y en la actualidad se buscan microorganismos capaces de degradar metales de hallarlo se procede a una técnica “podemos hacer un caldo (como lo llaman) de cultivo una mezcla de diferentes microorganismos, para hacer nuestros ensayos en aquellos lugares contaminados. No estamos lejos de conseguir un buen resultado y en un futuro cercano podemos tener el caldo de cultivo que puede solucionar la contaminación de suelos y aguas”, aseveró.
Actualmente se centra en el metabolismo del arsénico y encontrar bacterias que degraden hidrocarburos “ellos podrían ser capaces de metabolizar compuestos tóxicos y limpiar el medio ambiente”, los trabajos con investigadores hallaron 17 géneros de bacterias diferentes y están prestos a probarlos en lugares de presencia de arsénico, este grupo de microorganismos serán avaluados para metabolizar hidrocarburos, en un lapso de dos años.
María Antonieta Quispe Ricalde está cerca de lograr sus objetivos, científicos y estudiantes colaboran con ella; su ímpetu y entusiasmo la llevaron a postular al Premio Nacional L’Oréal de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) Concytec-ANC, “Por las
mujeres en la Ciencia” que promueve, estimula y reconocer el liderazgo, la excelencia científica y excepcional contribución de las mujeres en la ciencia, con una trayectoria comprobada en actividades de investigación, en la cual quedó entre las 11 finalistas.
Sobre el
Día Internacional de la Mujer considera que “las mujeres tenemos las mismas capacidades que los hombres sin ánimo de compararnos y las oportunidades surgen. A todas las mujeres decirles que tenemos mucho potencial que en diferentes niveles de la vida debemos utilizarlo, no hay mujer que no sea capaz de conseguir lo que se propone”.
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(FIN) PHS/MAO
Publicado: 8/3/2019