Contiene un alto valor en proteínas y minerales como calcio, fósforo potasio, zinc, entre otros. Cien gramos de kiwicha aporta 428 calorías, de los cuales el 70 % son almidones; 14.5 % proteínas y 7.8 % de grasa.
Su alto contenido en aminoácidos, especialmente de lisina, favorece el desarrollo cerebral y muscular. Además, puede ser consumido por madres gestantes e infantes, sobre todo en edad escolar, al aportar calcio, fósforo y hierro, minerales que fortalecen los dientes, huesos y sangre.
La infusión obtenida por los tallos de esta planta, actúa como un efectivo laxante. Asimismo, aplaca los dolores reumáticos y menstruales.
Choclo
El choclo es un alimento altamente energético y rico en nutrientes digestibles. Es rico en calcio, fósforo, magnesio y potasio. También posee vitaminas del complejo B (B1, B2 y B5), así como ácido ascórbico.
Cereales como el choclo suministran cantidades notables de proteínas y otros nutrientes. Por su contenido de grasas poliinsaturadas, favorece el funcionamiento del sistema cardiovascular y cerebral, lo que es beneficioso para el rendimiento escolar.
Tarwi
Entre las propiedades nutricionales del tarwi o “chocho”, como se le conoce en varias regiones y cuyo nombre científico es Lupinus mutabilis, resaltan su aporte de hasta 51% de proteínas, además de su alto contenido de calcio, que lo convierte en un gran alimento para quienes desean mantener dientes y huesos sanos. También aporta hierro, por lo que es un aliado para combatir la anemia, así como fibra y es rico en aceites esenciales.
Además, el tarwi es una buena opción para quienes son intolerantes a la lactosa y para los que buscan alimentos de origen no animal ricos en calcio.
Esta leguminosa tiene un alto contenido de triptófano, un aminoácido esencial para el buen funcionamiento de la glándula pineal que segrega melatonina, una hormona cerebral importante para generar la sensación de bienestar y dormir adecuadamente, lo que beneficia sobremanera el rendimiento escolar.
Asimismo, contribuye a regular la concentración de azúcar en la sangre, por lo que su consumo es muy recomendado para personas con diabetes. Posee ácidos grasos esenciales que contribuyen al óptimo desarrollo del sistema nervioso central y potenciar el funcionamiento del sistema inmune frente a infecciones y enfermedades.
Tuna
Consumir frecuentemente tuna es altamente saludable porque reúne una serie de bondades nutricionales entre las que resaltan su alto contenido de vitamina C, alcanzando valores de 40 miligramos por cada 100 gramos de fruta, por lo que contribuye a prevenir y combatir resfríos y favorece en la recuperación de la gripe común. También aporta vitamina E, pigmentos y polifenoles, nutrientes muy importantes para el buen funcionamiento del organismo y optimizar el rendimiento escolar.
La tuna es también una buena fuente de minerales como potasio (217 mg por cada 100 gramos), y es baja en sodio (0,6-1,19 mg), por lo que es beneficiosa para personas con problemas renales e hipertensión. Asimismo, es rica en calcio y fósforo, con niveles de 15,4 a 32,8 mg y 12,8 a 27,6 mg, respectivamente. Ambos minerales son claves para la formación de huesos y constituyen las tres cuartas partes del contenido mineral del cuerpo.
Al ser una fruta baja en calorías y grasas, la tuna es clave para las personas que desean bajar de peso. Gracias a los antioxidantes que contiene, la tuna evita el deterioro celular causado por los radicales libres, y contribuye notablemente a reducir el colesterol y los triglicéridos y con ello los problemas cardiovasculares, la dislipidemia y enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.
El consumo de tuna previene la indigestión y el estreñimiento porque tiene una cantidad importante de fibra, lo cual ayuda a mejorar la salud estomacal. Finalmente, el consumo de la tuna mejora la función plaquetaria, ayudando a una correcta coagulación de la sangre y permitiendo la rápida cicatrización de las heridas internas y externas del cuerpo. Por ello es también un excelente aliado para prevenir y sanar las úlceras estomacales y la gastritis.
Sanky
El sanky es considerado un superalimento porque posee un conjunto de nutrientes, entre los que destaca la
vitamina C, cuya concentración es 10 veces mayor que la del
limón, que convierten a esta fruta en un antioxidante natural que mejora la salud de los estudiantes.
También ayuda a combatir la anemia, regula los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, evitando la dislipidemia, además de incrementar las defensas del cuerpo frente a las enfermedades.
Asimismo, contiene minerales como el calcio, fósforo y potasio que son esenciales para el buen funcionamiento de los sistemas óseo, muscular, nervioso y cardiovascular, así como para la prevención de dolencias que los afectan como la osteopenia, osteoporosis, arterioesclerosis, infartos, entre otros.
Más del 90 % de la pulpa del sanky es fibra y agua, lo que confiere a esta fruta atributos rehidratantes y saciantes, siendo un aliado eficaz para evitar el sobrepeso y favorecer la digestión, evitando problemas como el estreñimiento, la gastritis, el colon irritable y el cáncer de colon. Del mismo modo, protege el hígado y los males que lo afectan como el hígado graso, y ayuda a prevenir la diabetes tipo 2 y la hipertensión.
Estos superalimentos emblemáticos son solo una muestra de la vasta oferta alimentaria con alto valor nutricional que brindan los Andes peruanos. Su consumo frecuente ayuda a construir y reforzar la barrera inmunitaria de nuestro organismo para defendernos eficazmente de muchas enfermedades, así como garantizar el buen rendimiento académico y deportivo de los escolares.
(FIN) LZD/MAO
JRA
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