La plaza circular megalítica de Callacpuma es el ejemplo más antiguo de arquitectura ceremonial megalítica en la sierra norte del Perú. Es un ejemplo temprano de construcción colectiva, de lugares e integración social entre la población de los Andes. Y el sitio arqueológico de Callacpuma en su conjunto representa el desarrollo cultural de la región Cajamarca a lo largo de 5,000 años, desde el Precerámico Tardío hasta el presente.
Así lo sostuvo la arqueóloga peruana Patricia Chirinos Ogata, codirectora del Proyecto de Investigación Arqueológica Callacpuma, cuyo análisis de laboratorio ha evidenciado la antigüedad de la plaza circular megalítica en casi 5,000 años.
En entrevista con la Agencia de Noticias Andina, la investigadora destacó que la arquitectura megalítica monumental expresada en la plaza circular de Callacpuma revela un método de construcción nunca antes reportado en los Andes y es distinto de otras plazas circulares monumentales de la región.
“Presentamos tres fechas de radiocarbono asociadas con la construcción inicial de la plaza que promedian aproximadamente 2,750 años antes del presente, correspondientes directamente al período Precerámico Tardío, que vio la primera construcción monumental en los Andes. Este es uno de los primeros ejemplos de arquitectura megalítica monumental en América”, manifestó.
Explicó que la arquitectura monumental es fundamental para muchos aspectos de la organización social humana y el desarrollo de la complejidad social, pero los impulsores de sus orígenes siguen siendo poco comprendidos.
“Esta forma de arquitectura se construye deliberadamente para ser más grande y, a veces, más elaborada de lo necesario dada su función prevista. La arquitectura monumental ceremonial más antigua del mundo, ya sea representada por alineaciones de piedras megalíticas, grandes plataformas y edificios, o plazas delimitadas, fue el resultado de acciones comunitarias o corporativas, por parte de grupos más grandes que los hogares inmediatos y, a menudo, más grandes que la población del área local”, argumentó.
Comentó que los primeros ejemplos bien conocidos de arquitectura ceremonial de este tipo incluyen Gobekli Tepe en Turquía, Stonehenge en Inglaterra y las grandes pirámides de Giza en Egipto, que fueron construidas hace 9,000 años; 2,900 años y 2,650 años a.C., respectivamente.
Sitio arqueológico Callacpuma
Chirinos Ogata refirió que el sitio arqueológico Callacpuma, ubicado en la región Cajamarca, en la sierra norte del Perú, ha sido foco de interés arqueológico durante casi 60 años.
“Los primeros trabajos de campo en el sitio arqueológico incluyeron recolección de superficie y excavación de prueba, aunque el trabajo intensivo comenzó en 2015. El sitio es mejor conocido por su arte rupestre representada por figuras monocromáticas y policromadas que incluyen motivos y escenas tanto naturalistas como geométricas”, afirmó.
El mapeo peatonal y basado en drones del sitio arqueológico indica que se extiende por 4 kilómetros, de este a oeste, y está delimitado en su lado norte por el Camino Inca o Qhapaq Ñan y en su lado sur por el río Cajamarca que fluye hacia el sureste y que cubre aproximadamente 250 hectáreas, detalló.
Agregó que el sitio está compuesto por una gran cantidad de sectores arquitectónicos espacialmente discretos, que incluyen terrazas domésticas y agrícolas, montículos de plataformas a lo largo de la cima de la cresta, un gran complejo de cuevas y la plaza circular de piedra o megalítica cuya antigüedad ha sido revelada recientemente y ha causado sensación a escala mundial.
Plaza circular megalítica
La codirectora del Proyecto de Investigación Arqueológica Callacpuma aseveró que la plaza circular megalítica fue identificada en 2015, mientras que las excavaciones se desarrollaron en 2018, 2019 y 2022.
La plaza circular forma parte de una zona arquitectónica espacialmente discreta cerca de la cumbre del cerro Callacpuma, que alcanza una altura de 3,060 metros sobre el nivel del mar circular y un muro de contención de terraza megalítica al sureste. La plaza circular tiene aproximadamente 18 metros de diámetro externo y 16 metros de diámetro interno y está formada por dos muros concéntricos de piedras megalíticas, sin forma y sin argamasa, colocadas verticalmente y muy espaciadas.
La plaza rectangular asociada está delimitada por lo que parece ser un muro bajo de una sola hilera. Todos los demás muros registrados en Callacpuma son de mampostería de piedra cortada de doble cara colocada en mortero, el formato de construcción estándar para períodos posteriores en toda la región de Cajamarca.
“El mapeo y la excavación indican que hay dos o tres habitaciones pequeñas y cerradas en el interior de la plaza circular y contiguas al borde este de la plaza. Estas habitaciones son pequeñas, con una superficie media de unos 4 metros cuadrados y tienen paredes formadas por megalitos verticales con piedras más pequeñas entre ellas. No hay mortero presente. Esta construcción se diferencia de los muros concéntricos de la plaza, que no tienen piedras tintineantes más pequeñas. Las excavaciones también indican que pudo haber habido un banco bajo a lo largo del borde este de una de estas pequeñas habitaciones", acotó.
Se han documentado dos accesos a la plaza circular, uno en su extremo sur y otro en su borde occidental donde se ha definido una esquina distintiva. La entrada sur no se extendía hasta la plaza interior abierta. Un gran megalito, parte del muro concéntrico interior, habría bloqueado el movimiento y tal vez la vista de las actividades en la plaza para quienes ingresaban desde el sur. Debido a que este megalito impedía el acceso directo, las personas que ingresaban aquí habrían tenido que girar a la derecha o a la izquierda en un corredor entre las dos paredes concéntricas. De esta forma se controló el acceso al interior de la plaza.
“La excavación indica que, antes de la construcción de la plaza, todo o la mayor parte del suelo fue removido hasta el lecho de roca. A esto le siguió la colocación de una capa delgada, de aproximadamente 5 centímetros de espesor, de tierra mezclada, arcilla, grava y pequeños fragmentos de carbón, colocada directamente sobre el lecho de roca donde los constructores planeaban erigir muros de piedra” expresó.
Las grandes piedras megalíticas, probablemente tomadas de áreas de lecho de roca expuestas a aproximadamente 50 metros de distancia, luego se trasladaron al lugar del edificio y se inclinaron verticalmente sobre la capa de base preparada de suelo o arcilla. Este proceso aseguró la colocación segura de piedras verticales y minimizó las posibilidades de asentamiento y colapso posterior. Todas las muestras de carbón datadas discutidas en este artículo provienen de esta capa de cimentación en asociación directa con las bases de piedras de pared colocadas verticalmente.
Objetos encontrados
Chirinos Ogata señaló también que en las excavaciones se recuperaron artefactos y características distintas de casi todos los bloques de excavación en la plaza circular megalítica.
Aunque hubo tiestos de cerámica presentes en contextos excavados, todas las cerámicas procedían de los niveles superiores y no se encontró ninguna en los niveles inferiores, aquellos directamente asociados con la construcción inicial de la plaza. “No hay evidencia de alteración o mezcla de depósitos. Todos los tiestos de cerámica con forma diagnóstica representaban vasijas para servir o tazones y no parece haber sido utilizada ninguna vasija para cocinar o almacenar dentro de la plaza”, dijo.
Los artefactos distintivos incluyen dos vasijas en miniatura en forma de copa, una de piedra blanda y otra de cerámica, que fueron recuperadas tanto del área de pequeñas habitaciones en el lado este de la plaza como del corredor o entrada en el borde oeste de la misma.
“La excavación también descubrió 10 cristales de cuarzo y un pequeño nódulo sin trabajar de lo que probablemente sea lapislázuli dentro del área de las habitaciones, así como dos pequeños fragmentos de antracita trabajada que probablemente representan pequeños fragmentos de borde de al menos un espejo”, especificó.
También se encontraron cinco pequeñas pilas de cuencos de cerámica dentro del corredor, una asociada con la entrada sur y cuatro asociadas con la posible entrada en el borde occidental de la plaza.
“Las características se formaron mediante el apilamiento de tres a cinco cuencos de forma semiesférica. Todos estos se encontraron dentro de contextos de relleno rocoso desordenado dentro de estas zonas arquitectónicas, lo que representa un relleno intencional de lo que anteriormente había sido un corredor”, anotó.
“Se cree que estas pilas de cerámica fueron ofrendas asociadas con el cierre formal de la entrada sur y quizás del corredor; de hecho, pueden representar el cierre de la propia plaza circular. Debido a su falta de bases de anillos, estos cuencos probablemente datan del período Layzón (500 a 200 a. C.), inmediatamente anterior a la Tradición Cajamarca. Las vasijas de ofrendas son de arcilla caolín muy blanda y friable, lo que posiblemente indica temperaturas de cocción insuficientes. Por todas estas razones, creemos que las actividades de cierre y las ofertas datan de algún momento durante el período Layzón. Todos ellos están asociados con niveles superiores y no están asociados estratigráficamente con la construcción inicial de los muros de la plaza”, puntualizó.
Uso comunal y no religioso
Chirinos Ogata consideró que el uso que tuvo la plaza circular megalítica fue comunal con participación de varias familias y no fue un centro donde se haya practicado rituales religiosos.
“Es bien difícil probar que la plaza circular megalítica haya servido como centro de rituales religiosos. Si bien lo encontrado hasta ahora son objetos poco comunes para el uso doméstico, todavía nos falta encontrar evidencias de un probable uso ritual religioso como ofrendas de algún tipo, fogones o residuos de combustión ni canales de agua que nos indiquen que hubo un culto al agua, por ejemplo, ni nada que nos permita postular esa hipótesis”, enfatizó.
Posible observatorio astronómico
Sin embargo, la codirectora del Proyecto de Investigación Arqueológica Callacpuma subrayó que la plaza circular megalítica se encuentra en una ubicación privilegiada sobre un cerro compartido por los distritos de Baños del Inca y Llacanora, desde donde se puede apreciar todo el valle de Cajamarca y sus alrededores.
“La población local afirma que desde el sector de la plaza denominado el anfiteatro se puede observar alineamientos astronómicos. Se trata de una hipótesis que vamos a probar en la siguiente etapa del proyecto de investigación”, adelantó.
Antigüedad concluyente de Callacpuma
La arqueóloga Patricia Chirinos Ogata dijo que, si bien se puede afirmar que la antigüedad de Callacpuma se remonta al periodo Precerámico Tardío, siguió siendo usado durante milenios después. “Quizás en un futuro, con algo más de financiamiento, tengamos más fechados de diferentes partes de la plaza circular megalítica. Sin embargo, los tres fechados efectuados hasta ahora son bastante sólidos y homogéneos; es decir, apuntan al mismo momento, por lo que la antigüedad establecida de casi 5,000 años es concluyente”, subrayó.
Importancia de Callacpuma
La investigadora sostuvo que la importancia del sitio arqueológico Callacpuma radica en que representa el desarrollo cultural de la región Cajamarca a lo largo de casi 5,000 años.
“Siempre hemos tenido la idea de que Callacpuma es solo sinónimo de arte rupestre. Y uno de los principales objetivos que tenemos con el proyecto es comprobar y presentar evidencias que permitan demostrar que Callacpuma es mucho más: la plaza circular megalítica, las cuevas y las diferentes construcciones que parecen tumbas, torreones y depósitos. Se trata de una mini representación de lo que ha sido el desarrollo cultural de Cajamarca durante casi 5,000 años”, aseveró.
Apoyo de la comunidad
Chirinos Ogata resaltó la valiosa colaboración de la comunidad y las autoridades locales y regionales en el Proyecto de Investigación Arqueológica Callacpuma. “Desde el 2015 venimos trabajando con la comunidad de Shaullo Chico y sus pobladores se han organizado en colectivos para la protección de Callacpuma. En particular, el vecino José Rodríguez, quien ha sido desde el principio uno de los guardianes del sitio arqueológico y se ha preocupado por su conservación y protección”, resaltó.
Añadió que, a raíz del proyecto de investigación, se han conformado varios colectivos civiles que participan en este objetivo común de proteger y conservar el sitio arqueológico Callacpuma como la Asociación Sacramarca. “A partir de ello se creó un colectivo de jóvenes que está apoyando como promotor cultural con el apoyo del Ministerio de Cultura y de otras instituciones. Hay un interés y un trabajo coordinado para proteger y difundir el trabajo en Callacpuma”, afirmó.
La plaza circular megalítica de Callacpuma todavía no es un atractivo turístico como lo son Cumbemayo, las ventanillas de Otuzco o el Cuarto del Rescate, entre otros de Cajamarca.
Tras dar a conocer al mundo la antigüedad precisa de Callacpuma, la codirectora del Proyecto de Investigación Arqueológica adelantó que se tiene previsto desarrollar este 2024 una breve temporada de campo que implica no tanto excavación sino mapear algunas estructuras y hacer reconocimientos en ciertas partes del sitio.
A ellos se han sumado en diversas temporadas de trabajo especialistas como Mary Ávila (análisis de fauna) y estudiantes que realizan pasantías, así como pobladores de la comunidad de Shaullo Chico, a través de la Asociación Sacramarca.
Patricia Chirinos Ogata estudió Arqueología en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y obtuvo un doctorado en la Universidad California Santa Bárbara de los Estados Unidos.
Durante sus estudios de pregrado en Arqueología, Chirinos Ogata participó en los proyectos arqueológicos Kuntur Wasi y Nasca. Empezó a dirigir en 2014 en el proyecto arqueológico Yamobamba, un sitio Wari en Cajamarca, investigación que le permitió desarrollar su tesis doctoral. Integra desde 2015 el Proyecto de Investigación Arqueológica Callacpuma y lo codirige desde el 2018.