La Universidad Católica San Pablo (UCSP) de Arequipa inició un trabajo de investigación que plantea el uso de microalgas y cianobacterias halotolerantes de la laguna San Camilo como agentes de biorremediación frente a la contaminación generada por metales pesados y residuos farmacéuticos.
En un artículo escrito por la
investigadora argentina Ph.D. Lizandra Ximena López Belón y publicada en el portal
Vida y Futuro, se destaca que estos
microorganismos, que han evolucionado en ambientes extremos como San Camilo, poseen una notable capacidad de adaptación y
pueden eliminar contaminantes a través de mecanismos naturales como la biosorción, la acumulación intracelular y la complejación química.

La investigadora indicó que el
potencial de las microalgas es prometedor: porque
pueden absorber y transformar residuos farmacéuticos como ibuprofeno y paracetamol, y metales pesados como cadmio y cromo. Además ofrecen ventajas frente a otras tecnologías, pues son sostenibles, económicas y compatibles con el ecosistema local.
Sin embargo, la también docente del Departamento de Ingenierías de la Industria y el Ambiente de la UCSP afirma que aún queda mucho por explorar. Los estudios, en su mayoría, se han realizado en condiciones controladas de laboratorio, sin contemplar factores como la elevada salinidad de San Camilo, que puede modificar tanto el comportamiento de los contaminantes como la eficiencia de las microalgas. Avanzar en esta investigación permitirá adaptar soluciones a entornos reales y diseñar estrategias efectivas para mejorar la calidad del agua y de los suelos agrícolas que dependen de aguas residuales.
Sostuvo que con el conocimiento adecuado, la laguna de San Camilo podría convertirse en un verdadero laboratorio natural. Un espacio desde el cual se puede desarrollar biotecnologías ecológicas y accesibles, capaces de enfrentar los contaminantes emergentes y contribuir a la seguridad alimentaria de la región. En un mundo marcado por la urgencia ambiental, encontrar soluciones en la propia naturaleza no es solo una alternativa: es una necesidad.

La laguna San Camilo es un cuerpo de agua artificial, formado desde el 2003 por escorrentía agrícola, infiltraciones y descargas industriales; aparenta ser natural, pero presenta condiciones extremas: alta salinidad, dureza del agua y presencia de “contaminantes emergentes” como restos de fármacos y metales pesados. Aunque muchas veces no estén regulados, estos compuestos representan un riesgo ambiental y sanitario.
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(FIN) NDP/MAO