El Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Llameritos de Panahua, del distrito de Orcopampa, provincia de Castilla, región Arequipa, por ser una danza que representa el estrecho vínculo entre la población y su medio ambiente, según una Resolución Viceministerial publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano.
La norma destaca que esta danza constituye una muestra de la coexistencia armónica de ritos andinos y católicos, por evocar actividades económicas sostenibles y vigentes como la ganadería, la cerámica, la textilería y el intercambio de productos a través del trueque, todo lo cual permite afianzar la identidad y el sentido de pertenencia de sus portadores con su localidad e historia.
Historia y características
Según los considerandos de la norma, que recoge diversas investigaciones, esta danza se manifiesta principalmente durante la celebración de la fiesta de la Cruz de Mayo, instaurada con la llegada de los conquistadores españoles al Perú.
Esta danza se realiza en el frontis de la iglesia de Panahua, la cual está ubicada en medio de Huichay Panahua y de Uray Panahua. Dicha danza se lleva a cabo al mediodía, y según la investigadora Maria Luz Gonzales es este el momento en que la Pachamama está proclive a recibir diversos tipos de ofrendas, siendo la danza una expresión ritualizada de ello. Posteriormente, los danzantes visitan al mayordomo de la fiesta, al alferado -encargado de la fiesta para el próximo año- y autoridades.
La comparsa de los Llameritos está integrada por doce danzantes varones y una mujer. El atuendo de los varones consiste en un ch'ullu o gorro de lana, una montera de colores hecha de fibra de alpaca y teñida con tintes vegetales de la zona, en el torso llevan un chaleco o unku, un poncho de colores y una manta, tejidos con fibra de alpaca u oveja. Portan una faja o chumpe multicolor de fibra de llama, un pantalón de fibra de llama color blanco hueso con dos franjas verticales de color marrón y negro, y en los pies usan medias color blanco hueso de fibra de ovino y ojotas de cuero de llama.
En una mano llevan una honda tejida o warak’a, que se utiliza en la ganadería para guiar al ganado y, en la otra una pequeña llama disecada, fallecida por mal parto, que representa al ganado y su importancia en la cultura y economía del lugar.
La mujer lleva una montera de colores hecha de fibra de alpaca, blusa blanca y una manta que le cubre la espalda, viste una pollera roja adornada con bordados de colores, así como ojotas de cuero de llama; la danzante también carga una olla de cerámica con productos agrícolas que da cuenta de su labor dentro de la economía familiar y, una tinya o tambor pequeño con el que acompaña la música de la danza.
Esta danza es dirigida por un danzante guiador que porta dos elementos distintivos, en una mano un cencerro que sirve para orientar a los demás danzantes y un zorro disecado, fallecido por muerte natural o a consecuencia de fenómenos ambientales. Cabe señalar que el zorro es conocido como uno de los depredadores más temidos en las zonas ganaderas andinas y representa el desorden en la cosmovisión andina, por lo que su presencia en la danza sugiere la capacidad de los arrieros de hacer frente de esta amenaza para el ganado. Los animales disecados que se utilizan en la danza se conservan en el museo de sitio y son devueltos cuando termina la celebración de la fiesta.
Es importante recalcar que la mayoría de los pobladores son ganaderos, es así que los ponchos, chompas, pantalones y medias que portan los danzantes son hechos con lana teñida y tejida por personas de la comunidad; esto demuestra la continuidad de la actividad textil, así como la división de trabajo que se hace presente.
Los danzantes se dividen en cuatro espacios. En el primero se ubican dos danzantes varones que cargan el anda de la Santísima Cruz la cual está adornada con flores del lugar. En el segundo espacio se hallan dos danzantes que llevan a una llama macho la cual porta zarcillos de colores, un jaquimón hecha de lana de llama y teñido con tintes naturales de la zona y, tres cencerros como símbolo de guía del ganado.
El camélido lleva una olla de barro en el lomo que contiene una mazamorra a base de maíz y carne de llama o alpaca conocida como lawaras, merienda tradicional de los llameros de Panahua. En el tercer espacio, se encuentra la mujer tocando la tinya.
Los danzantes de estos tres espacios demuestran la relación entre la liturgia católica representada por la santísima cruz, la actividad del llamero a través de la presencia y veneración a la llama y, la labor de la mujer como encargada de la labor textil, así como de la preparación de viandas. En el cuarto y último espacio, se ubican alrededor de nueve parejas de danzantes que se colocan en dos filas, uno de los danzantes es el llamero guiador quien se encarga de indicar los movimientos de la danza.
Antes de la ejecución de la danza, los danzantes se colocan de rodillas y con las manos en el suelo para venerar a la Pachamama y a los Apus, luego levantan las manos para adorar a la Santísima Cruz.
La coreografía presenta dos movimientos principales, el movimiento del llamero donde el danzante levanta los pies intercalándolos y cruzándolos rítmicamente de derecha a izquierda y viceversa, sacudiendo una mano de izquierda a derecha.
El otro movimiento se denomina movimiento del kivio, los danzantes parcialmente encorvados hacen un círculo en el mismo lugar, se empieza del lado derecho y se finaliza en el lado izquierdo. Ambos movimientos representan el andar del kivio (Tinamotis pentlandii), ave conocida también como perdiz de la puna, que habita entre los 3,800 y los 5,500 metros sobre el nivel del mar y que forma parte de la fauna local.
Al finalizar la danza, ambas filas de danzantes forman un círculo y los danzantes encargados de la llama, la dirigen al centro de este, donde invitan a las autoridades y al devoto y mayordomo de la fiesta a acompañarlos. Cuando las autoridades y el devoto están dentro del círculo los llameros les ofrecen lawaras.
Posteriormente, se realiza el ritual denominado tinkamiento, donde se rocía chicha de maíz blanco sobre la llama, acto que simboliza el pase del cargo de la fiesta del mayordomo al devoto. El nuevo mayordomo muestra la aceptación del cargo cuando sujeta el jaquimón de la llama.
El tinkamiento es un ritual relacionado a la ganadería y a la agricultura que sigue vigente en celebraciones de comunidades andinas como ofrenda de agradecimiento a la madre tierra con el fin de obtener una buena cosecha y el incremento del ganado. En este caso en particular, la danza forma parte del rito de cambio de mayordomía, obligación social que contribuye a la integración de la comunidad.
La danza Llameritos de Panahua es acompañada musicalmente por un violín y un arpa y, los músicos portan el mismo atuendo que los danzantes. En la actualidad, los jóvenes son los que integran principalmente el conjunto de músicos ya que tienen la fortaleza para acompañar la danza ejecutando los instrumentos durante su traslado dentro de la localidad.
La transmisión de la coreografía y de la música de la danza se da de forma intergeneracional, se inicia en la infancia y es aprendida por medio de la observación de niños, niñas y jóvenes durante la celebración de la fiesta de la Santísima Cruz. Asimismo, danzantes y músicos adultos animan a los jóvenes a participar en la comparsa y les enseñan los movimientos de la danza, así como las partituras de los instrumentos ejecutados.
La participación de nuevas generaciones ha incrementado en los últimos años, lo que muestra la importancia de la danza para la población y su continuidad.
La danza Llameritos de Panahua evoca la ancestralidad de la actividad ganadera vinculada al intercambio, reforzando la memoria colectiva y fortaleciendo el vínculo entre la población y su entorno, así como el reconocimiento y respeto de su flora y fauna. Asimismo, permite reafirmar la identidad de Panahua como una localidad dedicada -desde la época prehispánica- a la ganadería, la cerámica, la textilería y el intercambio.
Asimismo, es importante la presencia de la danza y de las ofrendas rituales a la Pachamama dentro de la celebración de la Cruz de Mayo, ya que manifiesta elementos de la cosmovisión andina vigentes después de la evangelización.
La Resolución Viceministerial encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Arequipa y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.
La norma lleva la firma del viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura, Jorge Arrunátegui Gadea.
(FIN) LZD/MAO
JRA
También en Andina: