La
reforestación es el repoblamiento o establecimiento de especies arbóreas o arbustivas, nativas o exóticas, con fines de producción, protección o provisión de servicios ambientales, sobre suelos que pueden o no haber tenido cobertura forestal. Este mecanismo es fundamental para una buena adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático en el Perú.
Amuna
Palabra de origen quechua que significa “retener”, constituye un sistema prehispánico de infraestructura hídrica proveniente de la cultura Wari con más de 1,400 años de antigüedad. Son canales ancestrales construidos con piedra impermeable sobre terreno permeable, que permiten que el agua de lluvia se infiltre en el subsuelo y alimente el acuífero, contribuyendo a proteger las laderas de la erosión. Además, juegan un rol clave en la reducción del impacto de eventos naturales extremos como los huaicos.
Cosecha de agua
Es el aprovechamiento racional del recurso hídrico mediante una gestión responsable que involucra componentes de infraestructura mayor de irrigación, riego tecnificado parcelario y desarrollo de capacidades, con el fin de lograr un sistema integrado y eficiente en la gestión de recursos hídricos que permita reducir las brechas en la provisión de los servicios e infraestructura del uso de los recursos hídricos con fines agropecuarios.
Mediante la siembra y cosecha de agua se logra que este recurso vital llegue a los valles a través de puquios, manantes o riachuelos que rebrotan para ser utilizados en la agricultura familiar.
De esta manera, se eleva el nivel de cultivos y la crianza de animales, generando un impacto directo en los ingresos y elevando las condiciones de vida de los agricultores del país.
Herencia ancestral
La
siembra y cosecha de agua constituye una herencia de las culturas peruanas ancestrales que surgieron en la sierra y la costa y que, tras conocer el comportamiento climático, supieron adaptarse a sus cambios y desarrollaron tecnologías que les permitieron captar y aprovechar al máximo posible este escaso recurso vital.
Esta visión y acciones de seguridad hídrica desplegadas por los antiguos peruanos, en muchos casos conservada por las comunidades campesinas hasta la actualidad, ha sido recuperada por las autoridades para llevar adelante esta estrategia con financiamiento estatal y con la participación activa de los propios agricultores beneficiarios.
Fondo Sierra Azul
Para poner en marcha la estrategia de siembra y cosecha de agua, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) creó, en enero de 2017, la
Unidad Ejecutora Fondo Sierra Azul, que tiene como objetivo incrementar la seguridad hídrica agraria contribuyendo a la prosperidad del agro peruano a través de la siembra y cosecha de agua de las áreas agrícolas y alto andinas de todo el territorio peruano.
Estas acciones están orientadas a favorecer prioritariamente a aquellos agricultores con menores niveles de ingreso económico, en situación de pobreza y extrema pobreza, a través del financiamiento de actividades complementarias en materia de siembra y cosecha de agua a escala nacional.
El Fondo Sierra Azul financia proyectos de inversión pública declarados viables, destinados a mejorar las condiciones de disponibilidad de acceso y uso eficiente de los recursos hídricos a nivel nacional; a través de tres componentes: la mejora en la eficiencia en la infraestructura de riego; la tecnificación del riego parcelario.
Asimismo, las intervenciones de
siembra y cosecha de agua que permitan mejorar la interceptación y retención de las aguas de lluvia, su almacenamiento y regulación dentro del suelo, subsuelo y acuíferos, así como en cuerpos superficiales, para su aprovechamiento en un determinado lugar y tiempo.
(FIN) LZD/MAO
JRA
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