07:58 | Ayacucho, oct. 23.
Ocho siglos antes del surgimiento del imperio inca, dos poderosos reinos dominaban el mundo andino con sus magníficas ciudades, templos y caminos. Al sur, estaban los Tiahuanaco, con un gran centro ceremonial en las cercanías del lago Titicaca.
En la parte central florecieron los
Wari con un inmenso centro urbano,
con palacios, residencias y templos majestuosos que caracterizaban a una sociedad más citadina y militarista.
El
arqueólogo José Ochatoma explica que el
estado inca duró apenas 100 años, mientras los
Wari perduraron casi 400, floreció entre los años 600 a 1000 d.C. al igual que Tiahuanaco, un reino vecino, en la actual Bolivia. Estas dos civilizaciones prepararon el escenario para imperios andinos posteriores.
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Wari logró incorporar un territorio muy vasto, gracias a un eficiente aparato militar de conquistas y alianzas, Se trata de
una de las ciudades más grandes del área andina con presencia de una estructura jerarquizada conforme al grado de división del trabajo que se plasma en una especialización y espacialización de las funciones urbanas desde el cual se ejercía el control político altamente centralizado con una clase poderosa y rica que residía en una ciudad planificada.
Tenía una sólida organización social con una infraestructura compleja gracias a la cual se impuso por la fuerza una política expansiva de gran aliento que logró incorporar un territorio muy vasto que se sustentó en un aparato militar eficiente y capaz de someter a otros pueblos llegando a dominar gran parte del actual territorio del Perú desde Lambayeque y Cajamarca por el norte, hasta Arequipa y Cusco por el sur.
En todos los pueblos sometidos impuso su religión y sus concepciones artísticas, especialmente la planificación urbana, expresada en patrones urbanísticos similares a la ciudad capital Wari en Ayacucho; como Pikillacta (Cusco) y Cerro Baúl (Moquegua), entre otros.
Como toda ciudad planificada, tenía reservorios de agua con una red de distribución mediante canales de piedra, abiertos y cubiertos, que en muchos casos pasaban por debajo de los muros atravesando los recintos. Cuando Wari alcanzó su mayor densidad poblacional, sus relucientes edificios de hasta tres pisos, extendido a través de superficies irregulares, deben haber presentado una imagen desconcertante con formas y dimensiones fantásticas.
Internamente, el flujo del tráfico a través de la ciudad debió ser convulsionado y confuso, con caminos estrechos, avenidas de circulación masiva y con accesos restringidos a determinados espacios. Esta ciudad, que albergaba los poderes civil y militar, es considerada la capital del primer imperio andino, demuestra la importancia económica, religiosa y política que tuvo.
(FIN) MAO
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Publicado: 23/10/2017