El Ubinas es el volcán más activo del Perú y el que ha registrado el mayor número de erupciones en los últimos 500 años y la actual es la cuarta desde el 2006, sostuvo el geólogo vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) Jersy Mariño.
Tras las erupciones se han registrado explosiones y la formación de columnas eruptivas de cenizas y gases que han alcanzado hasta 5.5 kilómetros sobre el cráter, y se desplazaron con la dirección del viento hacia el sur y sureste del volcán.
Los poblados afectados son: Querapi, Ubinas, Sacohaya, Anascapa, San Miguel, Tonohaya, Huatahua, Huarina, Escacha y Matalaque, en el valle de Ubinas.
Respecto a la nueva explosión registrada hoy, el Ingemmet informó que generó emisiones de cenizas que alcanzaron una altura máxima de 1 km sobre la cima del cráter.
Se observó una dispersión de las cenizas y gases del volcán Ubinas hacia los sectores norte y noreste, específicamente en dirección de los distritos de San Juan de Tarucani, Lloque, Yunga y centros poblados.
La actividad volcánica se mantiene en niveles moderados
Mariño manifestó que la actividad volcánica se mantiene en niveles moderados y se esperar unas semanas más para poder hacer comparaciones con procesos eruptivos anteriores. En el 2019 se reportó la erupción mayor, que afectó gran parte de Moquegua, Puno, Tacna e incluso llegó a La Paz, Bolivia.
No obstante, dijo que "en base al análisis de los parámetros del monitoreo y de la composición de la ceniza pensamos que será una erupción muy similar a las registradas en los últimos 17 años: explosiones esporádicas, formación de columnas eruptivas, peligros asociados a las caídas de ceniza, emplazamiento de proyectiles balísticos (fragmentos de lava más densa que pueden caer a 2 o 3 km del cráter)".
¿En qué consiste el monitoreo?
Detalló que el monitoreo a cargo en especialistas del Ingemmet en campo incluye la medición de las emisiones del gas volcánico SO2, que fue un parámetro importante para recomendar el incremento de alerta de amarillo a naranja.
"Teníamos emisiones de 700 a 800 toneladas por día y se incrementó a 2,000 hasta 4,000 toneladas por día, lo cual es un indicativo de que hay un ascenso de magma", indicó a la Agencia Andina.
Además, se monitorea la deformación del edificio volcánico con GPS instalados en varios flancos, se hace vigilancia con cámaras de video las 24 horas y equipos sísmicos.
Mariño manifestó que para el incremento de nivel de la alerta a roja deberían registrarse explosiones más energéticas (erupción más explosiva), columnas eruptivas superiores a 8 km sobre el cráter y emisiones de cenizas de mayor volumen.
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(FIN) JOT