En la hermosa comarca de Roses, en Girona, un rincón de España bañado por la brisa del Mediterráneo, se gestó una historia culinaria que desafió las expectativas. En medio de la región catalana, Víctor Gutiérrez, nacido en el corazón del Amazonas peruano, se embarcó en un viaje que cambió su vida.
La vida de Víctor comenzó en San José de Sisa, al lado de Tarapoto, y posteriormente en Pisco, la ciudad de su padre. En sus primeros años, la selva y el Amazonas eran su universo, donde el recuerdo de frutas exóticas, el tacacho con cecina y los juanes creaban un mosaico de sabores y olores que lo acompañarían toda su vida.
A los 17 años, un destino inesperado lo condujo a la antigua Unión Soviética con una beca para estudiar Arquitectura.
Fue un momento decisivo para su futuro, un viaje en el que no solo aprendió esa carrera, sino también a vivir en un mundo ajeno y a hablar un idioma desconocido.
Esa experiencia forjó su resiliencia y capacidad de adaptación, habilidades que más tarde se reflejarían en su cocina.
En 1989, el destino lo llevó nuevamente a embarcarse en una travesía, esta vez hacia España. Aquí, Víctor Gutiérrez se aventuró en la cocina sin saber que se estaba escribiendo el comienzo de su exitosa carrera gastronómica. El joven que había dejado todo detrás descubría una nueva pasión, una por crear platos inspirados en los sabores de su tierra natal, Perú.
El gran paso
Así, en el 2001, abrió su propio restaurante en Salamanca, un lugar que llevaría su nombre y que se convertiría en el epicentro de su creatividad culinaria. No buscaba las estrellas Michelin, pero su compromiso con la excelencia pronto llamó la atención de los críticos gastronómicos más exigentes.
Para el 2004, la Guía Michelin lo recompensó con una estrella, un reconocimiento que lo llenó de emoción y le demostró que sus esfuerzos habían valido la pena.
“Conseguir la primera estrella y ser el primer peruano en obtenerla era muy difícil, eran años en los que la cocina española se encontraba en pleno auge", agregó.
Sin duda alguna, su restaurante es un lugar en el que la excelencia se encuentra con la pasión y la diversidad de comensales de todo el mundo. La selva amazónica y la tierra peruana siguen siendo una fuente inagotable de inspiración para este chef, y su amor por su tierra natal se refleja en cada plato que sirve.
Una segunda estrella Michelin llegó en el 2019, mientras lideraba el taller Arzuaga, un espacio ubicado en las bodegas Arzuaga en Valladolid, especializado en la cocina castellana de vanguardia y la caza de la finca La Planta.
En esta nueva aventura culinaria, Víctor fusionó los sabores de su Perú natal con la riqueza de los productos locales, creando una experiencia gastronómica única.
“Me interesa mucho utilizar los sabores las técnicas y los productos peruanos porque considero que me identifican y qué fundamentalmente me recuerda a la infancia feliz que tuve”, señaló
Homenaje a las raíces
Gutiérrez ha logrado mantenerse en la cima de la alta cocina española, y su secreto, según él, es la honestidad en su trabajo, en la relación con sus clientes y en su amor por los productos.
“Cada plato que sirvo en mi restaurante es una expresión de mi pasión y un homenaje a mis raíces”, enfatiza.
Víctor es un chef que ha aprendido a lo largo de su carrera a equilibrar la tradición y la innovación. Su amor por los productos locales y su habilidad para adaptarse a diferentes entornos le han permitido conquistar el paladar de quienes buscan una experiencia gastronómica única.
Nos dice que su restaurante es un lugar donde los ingredientes se convierten en protagonistas, y cada plato cuenta una historia que celebra la diversidad y la riqueza de la gastronomía peruana y española.
Con cada plato que crea, nos recuerda que la cocina es mucho más que comida: es un puente entre culturas, un viaje en cada bocado y un testimonio de la creatividad humana.
El éxito de Gutiérrez no se mide solo en estrellas Michelin, sino en la huella que ha dejado en la escena gastronómica internacional. Su influencia en la cocina peruana es innegable, y su enfoque en utilizar productos y técnicas peruanas ha contribuido a elevar el perfil de la gastronomía de nuestro país.
Aún cuando no crea platos típicos o autóctonos peruanos, su cocina lleva consigo el espíritu y la esencia de nuestro país, recordándonos que la identidad culinaria es fluida y puede adaptarse sin perder su autenticidad. Víctor vale un Perú.
Más datos:
- “Lo que les puedo decir a los jóvenes es que si tienen un sueño lo pueden hacer realidad. Para mí es un orgullo tener ese reconocimiento, y si la gente de mi país se siente orgullosa por tener un compatriota que triunfa fuera de su país, me satisface más”, manifestó Víctor Gutiérrez.
-Víctor estuvo en Lima en el 2021 y fue parte del concurso "Maestros del Sabor", donde compartió su cocina fusión y su esperanza de que el Perú continúe siendo el mejor referente gastronómico.
-Su restaurante se ubica en la calle Empedrada, frente al palacio de Congresos (Vaguada de la Palma), en Salamanca, al noroeste de España.