Por Sofía PichihuaEl estudio difundido en la revista Nature Astronomy sobre el hallazgo de una gran cantidad de fosfina (PH3) en las nubes de Venus no es prueba concluyente de que hay vida en ese planeta. Sin embargo, ¿qué se necesita para descartarlo o confirmarlo?
El doctor en Astronomía Erick Meza, encargado del Observatorio Astronómico de Moquegua del Conida, precisó a la
agencia Andina que esta
investigación representa una evidencia pero, tal como lo indican los científicos detrás del estudio, se requiere una
observación más precisa de la atmósfera de Venus.
La fosfina (gas) es un bioindicador con múltiples orígenes. Hasta el momento, explica Meza, el
estudio revela que, por la concentración hallada, esta no es producida por un proceso atmosférico ni geológico.
"Si ningún proceso químico conocido puede explicar el PH 3 en la atmósfera superior de Venus, entonces debe producirse mediante un proceso que antes no se consideraba plausible para las condiciones de Venus. Esto podría ser fotoquímica o geoquímica desconocida, o posiblemente vida", concluye el estudio científico.
Para hallar nuevas pistas se pueden adoptar varios caminos. Entre estos se podría apostar por enviar una misión a Venus, no obstante, esta labor puede tomar como mínimo algunos años o hasta décadas.
En este caso, Meza señala que la sonda espacial que atraviesa la atmósfera de Venus debería medir las condiciones de la temperatura y otros parámetros.
Investigación desde la Tierra
La otra ruta que podría establecerse es
profundizar el estudio actual desde la Tierra, estima. La investigación se basó en observaciones con el telescopio ALMA (Atacama Large Millimiter/submillimeter Array), que se ubica en Chile. Debido a su alto nivel de sensibilidad, con este equipo se confirmó la detección inicial y, según los científicos de la Real Sociedad Astronómica (
Royal Astronomical Society), ninguna otra molécula conocida puede explicar las características observadas.
"Eso no significa que definitivamente haya vida debido a que podría faltar algún otro método para producir fosfina en las cantidades requeridas, pero es una posibilidad que necesita más investigación", indica la asociación.
Los otros métodos conocidos como los rayos o la actividad volcánica producen fosfina -que también está presente en la Tierra- en cantidades pequeñas, que no mantienen relación con el hallazgo actual.
En ese sentido, Meza señala que nuevas observaciones podrían enfocarse a la rigurosidad de cómo este gas se distribuye en ese planeta, y en qué latitudes se encuentra para recabar más evidencias que puedan apuntar a su origen.
"Venus tiene un tamaño similar al de la Tierra, pero es hostil", agrega el científico peruano. Con nuevas observaciones usando telescopios con alta sensibilidad - como el ALMA- se podría determinar como objetivo detectar moléculas para confirmar o descartar la evidencia de vida.
El tiempo que tomaría un estudio de este tipo dependerá de la prioridad que se le otorgue. También advierte que la pandemia del covid-19 ha retrasado algunas investigaciones científicas, por lo que se necesitaría entre seis meses y un año para que el equipamiento esté habilitado para su uso. Luego se requerirá analizar los datos para adoptar las conclusiones correspondientes.
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(FIN) SPV
Publicado: 16/9/2020