El Vaticano obliga a tener el pasaporte de vacunación o de haber superado la enfermedad de la covid-19 a todos sus empleados y la dosis de refuerzo a quienes tengan labores de atención al público y suspenderá el sueldo a quien no esté en regla, según se publicó hoy en un decreto general de la Secretaría de Estado.
El Vaticano había sido uno de los primeros países al mundo en obligar a sus empleados a presentar el certificado sanitario, que permitía la posibilidad de presentar una prueba negativa valida 48 horas en sustitución de la vacuna.
Sin embargo, como se lee en el decreto que entrará hoy en vigor, la actual situación de emergencia sanitaria ha obligado a adecuar las normativas de seguridad.
El pasaporte de vacunación será requerido para todos los trabajadores y personas que visiten el Vaticano.
Quien no tendrá el pasaporte de vacunación o el certificado de haber superado el virus, "no podrá acceder al puesto de trabajo y será considerado ausente y se suspenderá la retribución mientras dure la ausencia".
Además, desde el 31 de enero, los trabajadores del Vaticano que tengan contacto con el público tendrán que poseer también la dosis de refuerzo.
Quedan exentos de esta obligación, ya que no están citados en el decreto, los fieles que acudan a ceremonias litúrgicas y las misas que se celebran tanto en San Pedro como en la parroquia de Santa Anna y también las audiencias en el aula Pablo VI.
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(FIN) EFE/NJC