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Trujillo: ciudad señorial e histórica celebra 479° aniversario de fundación

Al igual que muchas ciudades del país, Trujillo tiene una variada gastronomía propia.

13:20 | Lima, mar. 05.

Trujillo, la Capital de la Eterna Primavera, celebra hoy su 479 aniversario de fundación. Se trata de una urbe pujante, moderna, que se sostiene en un pasado histórico impresionante, pero que aún enfrenta los retos que implican consolidarse como una ciudad desarrollada, de cara al futuro.

Llegar a ella es muy simple, pues por su excelente ubicación y cercanía –560 kilómetros al norte de Lima– es posible visitarla tras nueve horas de viaje si se hace por la Panamericana Norte o algo más de 45 minutos si se viaja en avión, según información del suplemento Lo Nuestro, del Diario Oficial El Peruano.

Una primera credencial de destino amigable es su clima generoso, cálido, que casi nunca supera los 28 grados de temperatura ni se ubica a menos de 14 grados. Es ideal para tenerla en la agenda en cualquier momento del año, aunque qué mejor que hacerlo en las fechas en las que la población celebra.

Es entonces cuando se puede conocer su cautivadora idiosincracia, compartir sus tradiciones, entender el progreso que la ubica como una de las ciudades más importantes del país y, finalmente, valorar la experiencia.

De paseo

Trujillo es, en la actualidad, escenario de una gran dinámica comercial y agroexportadora, que son ejes de su economía y le han permitido avanzar, modernizarse, aunque sin alterar la herencia colonial que se manifiesta en algunos de sus edificios públicos y en ciertas manifestaciones culturales que mantienen intactas las raíces coloniales, desde que fuera oficializada su fundación española el 5 de marzo de 1535 por Francisco Pizarro, quien la llamó Ciudad de Trujillo de Nueva Castilla.

Un recorrido por el centro de la ciudad nos lleva a la Plaza Mayor, donde se levanta el monumento de La Libertad, que según algunos documentos que conserva la municipalidad provincial se trata de una escultura barroca, construida en mármol por el alemán Edmundo Müller.

En la misma plaza destaca la Catedral de Trujillo, construida en 1666, en cuyos ambientes se conservan valiosos lienzos de la Escuela Cusqueña, retablos y otras obras de arte.

Entre las calles Almagro y Ayacucho encontramos la iglesia Belén –construida con adobe, ladrillo y quincha–, cuya portada, así como el interior, muestran arcos, pilares y pilastras, propios de la tradición trujillana del siglo XVII.

En la cuadra 9 del jirón Pizarro se levanta imponente la plazuela El Recreo, que señala el camino de ingreso hacia la sierra de La Libertad. En 1986 fue restaurada y, por ejemplo, conserva la pileta que originalmente se hallaba en la Plaza Mayor.

No deje de visitar el Monasterio El Carmen, pues se trata de uno de los mejores conjuntos arquitectónicos, en el que resaltan el templo y un convento de dos claustros. Fue edificado en 1759.

Mucho más reciente, pero que grafica el dinamismo cultural de Trujillo, es la construcción del Museo del Juguete en una antigua casona colonial, aporte del artista plástico Gerardo Chávez, quien puso en este proyecto algo más que su espíritu lúdico para consolidar una iniciativa, única en el país. Allí se aprecia la transformación del juguete a través del tiempo, desde tiempos prehispánicos hasta 1950.

Se trata de una colección del propio Chávez, adquirida en sus múltiples viajes por el mundo y también donadas por amigos, piezas que finalmente fueron expuestas al público y luego pasaron a formar parte del museo para ser apreciadas de manera permanente.

El Museo de Arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo conserva piezas arqueológicas vinculadas a las distintas culturas prehispánicas desarrolladas en La Libertad. Objetos de cerámica, tejidos, orfebrería, se lucen en los ambientes de la casa Risco, donde también resaltan los murales de sus patios interiores.

Una vez recorrido el centro, periplo que tarda aproximadamente tres horas, anímese a dar una vuelta por sus principales distritos. Le sorprenderá lo moderna que está, los numerosos proyectos inmobiliarios que se están ejecutando, así como el desarrollo de centros comerciales que albergan a las principales marcas, con centros financieros y numerosos servicios.

Ruta al interior

Ningún viaje a Trujillo será completo sino recorre sus zonas arqueológicas: Chan Chan, en primer lugar. Esta enorme ciudadela de adobe fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1986; y luego están las huacas del Sol y de la Luna. La primera es la más grande pirámide precolombina de adobe que se conserva en el país.

En su entorno, la campiña de Moche alberga hasta hoy a los herederos de su riqueza cultural, a los creadores de una cerámica y orfebrería valiosa: los moches.

Acá pueden adquirirse los productos que confeccionan estos hombres y mujeres curtidos por el sol. Son productos decorativos, utilitarios, tallados en madera y piedra, trabajados en cuero, cestos diversos. Además, podrá interrelacionarse con ellos y redondear la experiencia.

Debido a la perfección y armonía de sus formas y a la depurada técnica empleada en la cerámica moche es creciente el interés por conocer más de esta cultura y sus extraordinarios artistas.

Sabor a norte

El prestigio adquirido por el arte culinario del norte peruano no es solo una afirmación. En el lugar, en cualquiera de sus restaurantes, huarique o comedores, se constata la variedad, sabor y calidad de sus potajes.

Hay platos típicos que les recomendamos probar. La sopa teóloga y el pepián de pava son dos platos contundentes, ideales para iniciar el recorrido gustativo que debe pasar necesariamente por el cabrito, el pato guisado, el cebiche, que se prepara con productos marinos frescos y variados, extraídos del litoral trujillano.

Aproveche la estancia para descubrir la variedad de productos que son cultivados en huertos familiares, cuyos miembros han sido capacitados en atención al cliente y calidad de servicio, lo que garantiza potajes de gran factura.

Este trabajo planificado, que se ejecuta desde hace varios años, responde a la necesidad de sumarle a la oferta arqueológica y de museos una alternativa paisajística, gastronómica y artística para que el turista disfrute de una experiencia más vivencial, como ocurre con el producto huacas de Moche, que aprovecha el enorme espacio natural de su campiña para entregar una alternativa distinta, atractiva y que genere una mayor permanencia del visitante que llega al sitio.

El Brujo

Uno de los complejos arqueológicos más importantes y antiguos de la costa norte del Perú es el sitio arqueológico El Brujo, que se encuentra en el valle del río Chicama, en el distrito de Magdalena de Cao, provincia de Ascope. Esta propuesta se abrió al público en mayo de 2006 y tiene como principal atractivo la tumba y el cuerpo momificado de la gobernante moche la Dama de Cao.

Este complejo es un antiguo centro ceremonial donde se puede contemplar el legado de 5,000 años de ocupación, desde los nómades cazadores recolectores, los pobladores de la cultura Cupisnique, Moche, Lambayeque, Chimú, Inca, la época colonial, hasta la actualidad. Su acceso es inmediato, pues se encuentra a 60 km al norte de la ciudad de Trujillo.

De interés

El Museo del Juguete alberga más de 130 piezas de diferentes épocas, siendo una de las más antiguas una especie de silbato de la cultura Virú, con una antigüedad de 2,300 años, es decir, desde la época precolombina.

Se encuentran juguetes de inicios de siglo y de diferentes países. La colección abarca desde los clásicos soldaditos de plomo, alineados de tal manera que representan una feroz batalla; hasta los trencitos eléctricos, muñecas de todo tipo y triciclos que datan de 1920.

Ubicación

Trujillo, la capital del departamento de La Libertad, se encuentra ubicada en la margen derecha del río Moche, a orillas del océano Pacífico, en el antiguo valle de “Chimo”, hoy valle de Moche o Santa Catalina. La población se encuentra distribuida en los cinco distritos urbanos que constituyen en conjunto la ciudad de Trujillo.

(FIN) DOP/JPC

Publicado: 5/3/2014