Andina

Temores y nuevas emociones enfrentan niños que hoy empiezan Educación Inicial

Docentes aplican diferentes estrategias para “ganarse” a los menores

Niños de Educación Incial ingresan a primer día de clases. Foto: ANDINA/Jessica Vicente

Niños de Educación Incial ingresan a primer día de clases. Foto: ANDINA/Jessica Vicente

13:37 | Lima, mar. 01 (ANDINA).

Por Josimar Cóndor

Sus rostros dibujan una tímida sonrisa combinada con el nerviosismo que implica ingresar por primera vez, a sus tres años, a un salón de estudio, donde, ya alejados de sus padres, tendrán que enfrentar diferentes experiencias: Es el primer día de clases de los niños de educación inicial.

Las caricias de sus padres quedan atrás y la nueva guía de sus pasos y aprendizajes será la maestra que, con canciones y arrumacos, tendrán que “ganarse” la confianza de los menores, muchos de los cuales ingresan a las aulas entre lágrimas.

Pero si la angustia reflejada en sus pequeños ojos dice mucho del temor que sienten al tener que desenvolverse en un espacio diferente y tratar con personas que nunca antes vieron, el miedo que sus padres sienten es, en ocasiones, mayor: tendrán que dejar a sus engreídos.

“En estos momentos la vemos feliz porque está conmigo en los juegos y ya está conociendo a sus amiguitos, pero tengo miedo cómo será mañana cuando tenga que dejarla en su salón”, comenta Pierina Patricio, madre de Alexa, de tres años.

Si bien Alexa es hija única y ha recibido los mayores cuidados que otros niños de su condición, su madre confía que el proceso de adaptación a este nuevo ambiente demandará pocos días.

“La mayoría de los niños que ingresan por primera vez al inicial lloran y no quieren desprenderse de sus padres. Este proceso puede demorar entre una y dos semanas, aunque hay niños que superan sus miedos recién al mes”, señala Elia Ñañez, profesora del colegio inicial 0004, de San Martín de Porres.

Tras conversar con algunos padres de familia, la profesora, con más de 20 años de experiencia recibiendo a los niños de tres años, refiere que los hijos únicos son los que demoran más días o semanas en adaptarse a los cambios que implica su nueva vida en las aulas.

Sin embargo, esto no ocurrió con la hija de Rosario Rodríguez, otra mamá del colegio inicial. Ella aún recuerda que cuando su hija Yazmín (4) pisó por primera vez las aulas, pese a tener tres hermanos mayores, lloró.

Hoy entra al segundo año de educación inicial en un colegio que le abrió sus puertas cuando ella apenas cumplía los tres años.

Emplean estrategias

Ganarse la confianza de los menores es un reto tan complicado que ha llevado a las profesoras de esta institución educativa inicial, fundada en 1940, a emplear diferentes estrategias de motivación y adaptación.

“Como la mayoría de los niños de tres años lloran en las aulas, permitimos que sus padres los acompañen los primeros días, durante los cuales se retiran temprano hasta llegar al verdadero horario de salida de manera progresiva”, señala la directora de este colegio, Victoria Arauco.

Por su parte, la docente Carmen Camargo también sugiere que los menores lleven a las aulas algún juguete o prenda con la que puedan “acompañarse” y recordar a sus familiares mientras se acostumbran a su nueva vida.

“Estoy en mi jardín, contento y feliz, porque sé que mi mamá aquí también estará…” es una de las canciones preferidas de los niños, entonada por las profesoras para conseguir que estos se desprendan de sus padres e ingresen al aula.

Los primeros aprendizajes

Una sólida formación en valores y hábitos de comportamiento e higiene es impartida durante los primeros años de educación inicial para sentar las bases en la formación de la personalidad de los niños y futuros adultos.

“Tenemos que empezar a formarlos con conocimientos básicos como las figuras geométricas, los colores primarios y la socialización. También celebramos las fechas festivas que pueden alegrar a los niños como el Día de la Primavera”, señala la docente Ñañez.

Comenta además que este colegio inicial recibe a más de 300 niños y niñas provenientes del Cercado de Lima, Rímac, Independencia, San Martín de Porres y de Ate, en caso de padres comerciantes que laboran en las inmediaciones de la avenida Caquetá, en San Martín de Porres.

(FIN) JCJ/RRC


Publicado: 1/3/2011