La importancia de consumir pescados azules como anchoveta, caballa, atún o jurel, entre otros del biodiverso mar peruano, se encuentra en la alta cantidad de nutrientes que aportan en una dieta balanceada para robustecer el sistema inmune frente a amenazas como el coronavirus y otras enfermedades. Y esta Semana Santa es una buena ocasión para consumir estas especies hidrobiológicas.
Estas especies hidrobiológicas, a diferencia de las de carne blanca, contienen alta concentración de ácidos grasos como omega 3 y 6 que brindan a nuestro organismo una serie de beneficios como optimizar el funcionamiento de nuestras defensas y del cerebro, disminuir la tensión arterial, reducir la depresión y el estrés, así como evitar la psoriasis y la osteoporosis.
También mejoran la visión, mantienen la piel en condiciones saludables, previenen enfermedades como el alzhéimer y la depresión, y enfermedades cardiacas asociadas a la elevación de colesterol y los triglicéridos, pues limpia las arterias del cuerpo.
Son alimentos con alto valor biológico y proteico, dado que aportan proteínas similares a la carne, no contienen carbohidratos (almidones ni azúcares), son ricos en vitamina A, C y del complejo B.
Asimismo, brindan minerales esenciales como calcio, fósforo, potasio, hierro, magnesio y zinc, así como aminoácidos como lisina que ayudan a prevenir la anemia y contribuyen con el crecimiento y desarrollo de los niños.
Los pescados son un insumo esencial en la gastronomía peruana y la vasta gama de potajes tiene, entre otros platos emblemáticos al cebiche en sus diversas y creativas presentaciones, así como sudados, parihuelas, chupes y otras presentaciones cocidas y sopas, frituras como la jalea, a la chorrillana, en escabeche, a la plancha y a la parrilla, entre otras expresiones culinarias.
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