La pandemia del covid-19 es un motivo de cambio y adecuación en las tradiciones de Semana Santa, opinó el sacerdote jesuita Rafael Fernández Hart, al asegurar que la función de la religión ha sido ayudar a canalizar y contener sentimientos difíciles de sobrellevar.
Filósofo, teólogo y rector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), Fernández Hart comentó, en diálogo con Andina, que la religión y la fe pueden hacer más llevadera la preocupación de las personas debido a la emergencia sanitaria por el coronavirus.
“Hay que reconocer que la parte de la función de la religión, históricamente, ha sido ayudarnos a canalizar y contener ciertos sentimientos muy difíciles de sobrellevar, en especial en una pandemia”, sostuvo.
El sacerdote se refirió también a las situaciones que los creyentes deben resolver en Semana Santa debido a la inmovilización que dispuso el gobierno para frenar los contagios de covid-19. Más que un problema, es una oportunidad, consideró.
“Por el contexto, evidentemente, esta Semana Santa es una invitación a identificar nuestro dolor con el sufrimiento de Jesucristo y esperar la resurrección, que es la otra cara de la crucifixión”, explicó Fernández Hart.
A prueba de todo
La imposibilidad de asistir a las iglesias –por la pandemia– no es obstáculo para mantener vivas las creencias: “Necesitamos hacer una experiencia personal en casa para recordar el sentido de la Semana Santa: unirnos a un modo de vida, los sentimientos e historia de Jesús”.
En este contexto, sugirió que los creyentes “no se queden en el dolor y la muerte de Jesús” sino que puedan, simbólicamente, atravesar a la resurrección. “La Semana Santa –dijo– no es algo abstracto, sino que tienes que sentir a aquel Dios que se hizo carne”.
El rector de la UARM añadió que “la historia de Jesús nos recuerda una experiencia de fidelidad a prueba de todo".
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(FIN) APD/CCH
Publicado: 1/4/2021