¡Un estallido pegado al oído humano!: así suena la pirotecnia para un perro en Navidad

Pirotécnicos pueden desencadenar pánico y crisis respiratorias en mascotas

Veterinarios alertan sobre daños auditivos por pirotecnia en mascotas. Foto: Imagen creada con Inteligencia Artificial

Veterinarios alertan sobre daños auditivos por pirotecnia en mascotas. Foto: Imagen creada con Inteligencia Artificial

11:31 | Lima, dic. 9.

Por Luis Incháustegui Torres

En Navidad y Año Nuevo, cada estallido de pirotecnia puede convertirse en una tortura para las mascotas. Mientras las celebraciones se llenan de luces, ellas soportan detonaciones tan altas capaces de provocar dolor, desorientación y ataques de pánico debido a que su oído es hasta cuatro veces más sensible que el de los humanos.

Para los perros y gatos, el impacto auditivo de estas detonaciones es tan intenso que, comparado con un ser humano, equivale a colocar un parlante pegado al oído reproduciendo explosiones a todo volumen. Así lo explica el médico veterinario de la Dirección de Salud de Lima Sur, Rodolfo Zurita Burmester.

"La sensibilidad auditiva de las mascotas hace que vivan las celebraciones de fin de año con un nivel de estrés cercano a un episodio traumático", advierte.



Una capacidad auditiva muy superior a la humana


Zurita precisa que antes de hablar de tolerancia al ruido, se debe diferenciar la capacidad auditiva.

En esa línea, explicó que los seres humanos solo perciben sonidos de hasta 20.000 Hertz (Hz), mientras que los perros alcanzan entre 60.000 y 65.000 Hz, y los gatos pueden llegar cerca de los 90.000 Hz. 


Esta mayor sensibilidad hace que las mascotas tengan menor tolerancia al sonido, como se detalla  a continuación:

-Humanos: sienten dolor a partir de 120 – 130 decibeles (dB).

-Perros: sienten dolor desde 95 dB; incluso en 80 dB ya puede causar molestias.

Durante las fiestas, recordó el médico veterinario, algunos fuegos artificiales alcanzan los 150 a 160 dB, muy por encima del umbral que un perro o un gato puede tolerar.

Por eso, un estruendo lejano que para una persona puede ser molesto pero tolerable, para un perro “suena como si ocurriera justo a su lado”.

A eso, dijo, debemos añadir que los humanos entendemos que un ruido fuerte proviene de un parlante, un cohete o de un vehículo. En cambio, los animales no pueden identificar su origen. "Ese desconocimiento, sumado a la intensidad del ruido, es lo que desencadena el miedo y, en muchos casos, una verdadera fobia”.


Perros y gatos: estrés visible y estrés silencioso


El especialista sostuvo que los perros suelen exteriorizar más su ansiedad con jadeo, temblores, taquicardia, vómitos, diarrea, intento de escape o conductas destructivas que, con los años, si se repite la exposición, los síntomas empeoran.

Los gatos, en cambio, lo manifiestan de manera silenciosa: se esconden, se paralizan y acumulan el estrés internamente. 

Esta acumulación puede desencadenar problemas más graves, desde episodios de pánico hasta complicaciones cardíacas o respiratorias”, sostuvo.

¿Sirve exponerlos al ruido para que se "acostumbren"?


Ante esta pregunta, Zurita es enfático en responder negativamente. Reventar cuetecillos para “entrenarlos” solo generará más dolor y sensibilización negativa. 

La desensibilización auditiva es un proceso delicado que debe realizarse con especialistas en comportamiento animal, utilizando grabaciones controladas a volúmenes seguros, subraya.

Ambientes seguros y técnicas para mitigar el impacto


Para reducir el impacto del ruido, el veterinario recomienda crear un refugio seguro dentro de casa:

-Una habitación cerrada, su cama, un transportador o una casa para perros;

-Colocar mantas en ventanas y puertas para disminuir el sonido;

-Incluir objetos familiares: mantas, juguetes, prendas con el olor del dueño;

-Música clásica en volumen alto, que ayuda a enmascarar los estruendos.

Asimismo, indica que el uso de chalecos o vendajes de presión también es útil porque generan sensación de abrazo y pueden reducir el estrés entre un 30 % y 40 %, dependiendo del animal.


¿Medicamentos?: solo bajo supervisión veterinaria


Zurita advierte que no se debe administrar sedantes sin indicación profesional porque estos fármacos pueden impedir que el animal reaccione físicamente, pero no evitan que siga percibiendo el ruido ni el impacto negativo del estímulo. 

“Solo se usan cuando el veterinario determina que el nivel de estrés compromete la salud del animal”, subrayó.

La presencia del dueño, clave en Año Nuevo


Debido a que no se puede evitar completamente la pirotecnia, el especialista recomienda que durante las celebraciones de Navidad o Año Nuevo, el animal esté acompañado por la persona con la que tiene mayor vínculo. Esto brinda seguridad y reduce la probabilidad de que el miedo evolucione a una fobia.

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(FIN) LIT/RRC

Publicado: 9/12/2025