Si bien Machu Picchu ratificó, en el primer bimestre de este año, por qué es el principal destino turístico de Perú al liderar el registro de visitas elaborado por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), cabe preguntarse: ¿Qué otros destinos peruanos fueron los más visitados en ese periodo?, ¿Dónde se encuentran y en qué destacan?
El santuario histórico de Machu Picchu fue el destino turístico más visitado de Perú en el primer bimestre de este año al registrar la llegada de 191,351 visitantes, lo que representa un incremento del 16.7 % en comparación con el mismo periodo del año anterior, destacó el Mincetur.
¿Qué otros destinos recibieron más visitas?
Según el Mincetur, los otros sitios emblemáticos que registraron más visitas y mostraron un crecimiento importante en el periodo mencionado son:
Parque Arqueológico de Sacsayhuamán
El Mincetur detalló que este destino recibió 135,336 visitantes, un 9.9 % más que en enero y febrero de 2024, y un 49.4 % más que en el mismo periodo de 2019. En este caso, el 56.1 % de los visitantes fueron peruanos, mientras que el 43.9 % fueron extranjeros.

Sacsayhuamán es otro portento monumental de la ingeniería y la arquitectura inca, declarado Patrimonio Cultural de la Nación y cuya construcción con ciclópeas piedras asombra al mundo. Desde hace muchos años es el principal escenario de la mayor celebración del calendario festivo cusqueño: el Inti Raymi.

Sacsayhuamán, vocablo quechua que significa “halcón satisfecho”, se encuentra a 2 kilómetros al norte de la ciudad de Cusco y a 3,700 metros sobre el nivel del mar. En tiempos del Tahuantinsuyo fue el lugar más importante después del núcleo residencial de la capital del imperio, al encontrarse en lo que se consideró la “cabeza” de la silueta del puma, según el diseño urbanístico adoptado. Y por encontrarse en una colina fue consagrada como la “Casa del sol” de la dinastía Hanan Cusco.

Su edificación empezó en el siglo XV durante el gobierno de Pachacútec, el más sobresaliente de los soberanos incas, y fue continuada por sus sucesores Túpac Yupanqui, Huayna Cápac y Huáscar.

Aunque la edificación más conocida es la imponente fortaleza, cuyas enormes murallas pétreas motiva a todos los visitantes a tomarse fotos, esta zona forma parte de los 96 sitios que componen el Parque Arqueológico de Sacsayhuamán, declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 11 de julio de 1982, por la Ley N°23765.

Cuenta con una extensión total de 2,997.26 hectáreas y entre los 96 sitios arqueológicos que la integran destacan Q’enqo, Tambomachay, Kallachaca, Patallaqta, Amaro-Markawasi y el área monumental o fortaleza, conformado por los Baluartes, Muyuqmarca, Rodadero y Chinkana.

Los descubrimientos recientes muestran que Sacsayhuamán se construyó originalmente como un centro ceremonial, dado que en su interior se encontraron varios recintos dedicados al culto al sol, la luna, el agua y otras deidades de la religión inca.

En el periodo colonial, el Parque Arqueológico de Sacsayhuamán formó parte de las antiguas parroquias de San Blas, San Cristóbal y San Sebastián, que conformaban los actuales distritos de Cusco y San Sebastián.

En el Parque Arqueológico Sacsayhuamán se testimonia importantes segmentos del Camino Inca o Qhapaq Ñan con dirección hacia el Antisuyo donde se encuentra la Amazonía, así como caminos secundarios con dirección el noreste hacia Qorimarca, con dirección noroeste hacia Huchuy Cusco, y el camino hacia Umasbamba y Yucay. Otro segmento de camino es el que conduce a Kallachaca-Pumamarca que vinculaba la ciudad de Cusco con la microcuenca de Tambomachay, que siguiendo por el noreste accedía al abra de Qorao para unirse en un solo camino en la troncal hacia al Antisuyo en dirección a los Andes de Paucartambo.

Lo que más llama la atención en Sacsayhuamán es, como ocurre con Machu Picchu y otras asombrosas edificaciones incas, el enigma que envuelve a su construcción, sobre todo la fortaleza. Las gigantescas piedras pulidas que componen con asombrosa y perfecta unión los altos y sobrecogedores muros emplazados en forma de cuñas en dos hileras paralelas dejan absortos a todos.

Existen versiones que indican que más de 20,000 hombres extrajeron las piedras de canteras ubicadas a unos 20 kilómetros y las trasladaron hasta la colina para edificar el bastión defensivo de la ciudad de Cusco. Este lugar fue escenario del enfrentamiento entre el ejército de Manco Inca, que recuperó por un tiempo el control de la ciudad de Cusco, y los conquistadores españoles, quienes finalmente ganaron la contienda.

Después de esta derrota, parte de la fortaleza fue destruida en prevención de un eventual segundo ataque inca. Las piedras tomadas de Sacsayhuamán se usaron para construir casas e iglesias en la ciudad del Cusco. Esto conllevó a que Sacsayhuamán albergue solo el 30 por ciento de su estructura original. Pese a ello, el sitio conserva sus enormes estructuras líticas cuyo peso se pondera en más de 100 toneladas.

Para ingresar al sitio arqueológico se necesita adquirir el Boleto Turístico general, cuyo precio es de 130 soles para adultos y 70 soles estudiantes y niños. Este ticket permite el ingreso a 14 atractivos turísticos de Cusco, entre ellos Sacsayhuamán y los complejos arqueológicos cercanos. También pueden visitarse los parques arqueológicos ubicados en el Valle Sagrado de los Incas y en el Valle Sur.

También es posible comprar un Boleto Turístico parcial para visitar solo Sacsayhuamán y los sitios arqueológicos cercanos. El precio es de 70 soles para adultos y 40 soles para estudiantes y menores de edad. Este ticket tiene una duración de solo un día.

El horario de atención al Parque Arqueológico de Sacsayhuamán es de lunes a domingo de 7:00 a.m. a 5:30 p.m.
Reserva Nacional de Paracas y las islas Ballestas
Según el Mincetur, la Reserva Nacional de Paracas registró 130,856 visitantes en el primer bimestre de este año, y las islas Ballestas recibieron 122,775 visitantes.

La Reserva Nacional de Paracas es fascinante por su singular geografía donde el ondulante desierto se encuentra con el mar, conformando un paisaje encantador rico en vida silvestre y paisajes naturales.
Ubicada a 250 kilómetros al sur de Lima, la Reserva Nacional de Paracas fue creada como área natural protegida por el Estado, el 25 de setiembre de 1975, para proteger muestras representativas de ecosistemas marino-costeros, convirtiéndose entonces en la primera de su tipo en el país.

La Reserva Nacional de Paracas es la segunda área natural protegida de la región Ica, junto a Punta San Juan de la Reserva Nacional de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, y posee una superficie total de 335,000 hectáreas y alberga alrededor de 1,500 especies de animales, entre ellas 216 tipos de aves entre residentes y migratorias, 36 de mamíferos, 10 de reptiles y 168 de peces.

Destacan, por ejemplo, tortugas, ballenas, aves de orilla, lobos marinos, pingüinos de Humboldt, nutrias, delfines, entre otras especies emblemáticas.

El desierto, que aparenta quietud y calma, esconde vida que habita entre el mar y la arena, como las colonias de pingüinos y pelícanos, coloridas bandadas de parihuanas o flamencos, las bulliciosas gaviotas, entre otras especies que pueden apreciarse al recorrer la reserva.

Al igual que el Santuario Lagunas de Mejía, la Reserva Nacional de Paracas es un sitio Ramsar por ser un lugar clave de descanso y alimentación para especies migratorias.

Visitar la Reserva Nacional de Paracas permite apreciar hermosas playas como Yumaque, Raspón y La Mina, cubiertas con fina arena y sentir el sonido y la fuerza de los vientos Paracas. El nombre Paracas significa, precisamente, “Viento de arena” y dio nombre a una de las más importantes culturas de la costa peruana.

Desde febrero de 2017 está en funcionamiento la nueva infraestructura turística en la Reserva Nacional de Paracas, construida por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur). Destaca la plaza contigua al Centro de Interpretación, que cuenta con iconografías de las culturas Nasca y Paracas, a la cual se accede por un sendero desde la zona de estacionamiento. También cuenta con área de tótems informativos.

Otros sectores importantes son el puesto de control Santo Domingo, destinado al servicio de orientación al turista. Para apreciar el encantador paisaje marino costero se puede acudir a los miradores Santa María, La Catedral, Playa Roja, Lagunillas, Yumaque y Playa Supay, donde culmina el circuito turístico.

Otras actividades que pueden realizarse en la Reserva Nacional de Paracas son la observación de flamencos y otras aves residentes y migratorias que llegan a esta área natural protegida.

Para los amantes de los deportes, existen opciones como el paseo en bicicleta, cuatrimotos y mini buggies, para lo cual se ha establecido un circuito específico.

Y para quienes prefieren las actividades náuticas pueden practicar la pesca recreativa, el paseo en kayak y en embarcaciones que llevan a las islas Ballestas para observar a los lobos marinos.

Asimismo, puede visitarse el Museo de Sitio Julio C. Tello, ubicado al interior de la Reserva Nacional de Paracas, el cual alberga 120 piezas, entre cerámica, tejidos y utensilios de la cultura Paracas, que abarca desde los períodos iniciales, alrededor de 700 años a.C., hasta el año 200 d.C. aproximadamente.

Asimismo, destacan los fardos funerarios que contienen restos óseos en buen estado de conservación. También hay cráneos deformados que evidencian las operaciones quirúrgicas conocidas como "trepanación" y demuestran el gran conocimiento de esta cultura ancestral en el campo de la medicina.

El recinto cultural cuenta también con una Sala de Proyección de material audiovisual y una Sala de Exposición Temporal. El primer ambiente que proporciona una introducción sobre la civilización Paracas, el medio ambiente árido que habitaron (la península de Paracas), así como su cosmovisión del mundo y objetos materiales utilitarios, como sus célebres tejidos de extraordinaria técnica y colorido, cerámicos e instrumentos diversos.

La Sala de Exposición Temporal exhibe copias de las acuarelas del artista Pedro Rojas Ponce, quien fue estrecho colaborador de Julio C. Tello, y lo acompañaba registrando arqueológicamente lo que en esos años se hacía con pesados equipos fotográficos. El nivel de detalle de las acuarelas de Rojas Ponce asombra y muestra diferentes diseños iconográficos propios de la cultura Paracas, habiendo sido testigo de procesos de retiro de los fardos de momias excavadas por Tello en los años veinte.

Este museo fue premiado en 2018 como el mejor nuevo museo de Latinoamérica por los Leading Culture Destinations Awards, en la quinta edición realizada en South Kensington Club, en la ciudad de Londres.
Islas Ballestas
El disfrute de la Reserva Nacional de Paracas se puede completar con la navegación por el sector marino, que comprende el 65 % del territorio del área natural protegida, y aproximarse a las islas Ballestas, ubicadas a 30 minutos de la costa y compuestas por tres formaciones rocosas donde habita una importante fauna marina en la que destacan lobos marinos y aves guaneras como el guanay, el piquero y el zarcillo.

Asimismo, desde la navegación por el mar se puede apreciar el famoso geoglifo de El Candelabro, ubicado sobre una colina de arena en el sector norte de la península de Paracas.

El horario de ingreso a la Reserva Nacional de Paracas en el circuito norte es de 09:00 a 16:00 horas, de lunes a domingo.

La tarifa de ingreso a los visitantes adultos es de 11 soles y para los residentes en la región Ica es de 5 soles. En tanto, los menores de 5 a 16 años pagan 3 soles. Están exonerados de pago los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 65 años. También existe un ticket promocional solo para los adultos que cuesta 17 soles y permite la visita a la Reserva Nacional de Paracas y a las islas Ballestas.
Parques arqueológicos de Ollantaytambo y Pukapukara
Estos destinos registraron la llegada de 107,093 visitantes y 100,746 visitantes, respectivamente.
Ollantaytambo, conocida como la “Ciudad inca viviente”, destaca por el excelente nivel de conservación de su patrimonio arquitectónico, paisajístico, natural y cultural, heredados de un pasado incaico glorioso, sumados a su firme compromiso actual con el desarrollo sostenible a través de turismo, Ollantaytambo ha cosechado importantes distinciones como uno de los “Mejores pueblos turísticos del mundo” y el primer “Pueblo con encanto” del Perú.

Ollantaytambo se sitúa a 2,792 metros sobre el nivel del mar, en el corazón del Valle Sagrado del departamento del Cusco.

Sus barrios Araqama Ayllu (la fortaleza) y Qosqo Ayllu (el pueblo), denotan una joya arquitectónica por su trazo urbano con sus callecitas angostas y empedradas, casas asentadas sobre cimientos de piedra trapezoidal, flores y un canal Inca cuyos circuitos jamás se desabastece de agua cristalina.

El pueblo de Ollantaytambo fue desde su creación en el siglo XIV por disposición del inca Pachacútec, un lugar privilegiado por su clima, un espacio que invita a quedarse a quienes se dirigen a la ciudadela Inca de Machu Picchu. En este encantador lugar los visitantes pueden compartir la gran hospitalidad de su población residente y recibir una atención de excelente calidad en sus servicios de alojamiento, alimentación y venta de artesanías, así como tener una inolvidable experiencia de turismo vivencial en comunidades rurales como Willoq y Patakancha.

Ollantaytambo está rodeado de sitios arqueológicos como Pinkuylluna, que funcionó como colca o gran almacén de granos andinos, así como de otras construcciones que operaron como defensas ribereñas y puentes con bases de piedra, entre las comunidades de Piri y Piscacucho, a la altura del kilómetro 82 de la vía férrea hacia Machu Picchu.

Existen también rutas ecológicas como Mascabamba-Choquequilcayoc que permiten el desplazamiento por la margen izquierda del río Vilcanota y conducen al sitio arqueológico de Quellorakay. Asimismo, Tastayoc-Piri, donde se aprecia especies de fauna y flora silvestre propias de la ceja de selva. Para los amantes del excursionismo está el camino que une Choquetacarco e Intipunku o “Puerta del sol”, un mirador que permite observar y registrar en fotos y video el espléndido paisaje bisagra de la Cordillera de Vilcanota y la frondosa selva peruana.
Pukapukara
Este sitio arqueológico se encuentra dentro del Parque Arqueológico Sacsayhuamán y su nombre significa "fortaleza roja" porque sus piedras calcáreas han adquirido la coloración rojiza del terreno muy abundante en hierro.

Es una construcción que se halla en una saliente o contrafuerte de una montaña y se cree que tuvo la función de resguardar Tambomachay, un importante palacio inca. Sus características, de acuerdo con la arquitectura inca, corresponden al de una pukara, que es un pequeño centro fortificado ubicado estratégicamente y que tuvo la función de sitio de control administrativo más que militar.

Este sitio arqueológico está compuesto de una plazoleta, habitaciones y dos muros que sostienen una terraza superior. En la parte frontal de esta construcción se observan fuentes que debieron contener agua y la puerta de acceso de doble jamba. Por el lugar donde se encuentra emplazado existe un dominio visual de la zona, por lo que debió ser, además de centro de control y vigilancia, una zona de ingreso al Cusco desde el Antisuyo.
Complejo arqueológico de Moray
Este atractivo turístico recibió 97,045 visitantes en el primer bimestre de 2025. Ubicado en la provincia de Urubamba, a 3,385 metros sobre el nivel del mar, el complejo arqueológico de Moray es un laboratorio agrícola y observatorio astronómico inca, compuesto de andenerías concéntricas, puesto que presenta tres hoyos gigantescos con andenerías circulares construidas en sus paredes interiores.

El orificio más grande alberga 12 de estas andenerías, cada una con un diámetro variable y una profundidad aproximada de 100 metros. Asimismo, posee un sistema de microclimas controlados cada andenería representaba un piso ecológico con un clima propio, gracias a su propio sistema de riego y a la protección natural de las montañas circundantes.

Allí los incas habrían cultivado diversos tipos de semillas en cada andenería, observando su comportamiento en diferentes condiciones climáticas. Esta práctica les habría permitido optimizar sus técnicas agrícolas y seleccionar las variedades más adecuadas para cada región.

Moray también destaca porque fue un observatorio astronómico impresionante donde se podía observar la alineación solar y con ello predecir los cambios estacionales con gran precisión. Los incas observaban la posición del sol y las sombras proyectadas por las montañas para determinar los ciclos agrícolas y rituales. Su construcción refleja su profundo conocimiento de la agricultura, la astronomía y la ingeniería inca y su capacidad para adaptarse y aprovechar las condiciones climáticas de su entorno natural.
Castillo de Chancay
Este centro turístico, ubicado en la provincia limeña de Huaral, acogió a 92,741 visitantes en el primer bimestre de este año. Localizado en la calle Primero de Mayo del distrito costero de Chancay, se trata de una majestuosa edificación catalogada como “Parque temático multicultural”. Está construido en la década de 1920 sobre un acantilado rocoso, a orillas del zócalo continental del Océano Pacífico.

En su interior se exhiben textiles de la civilización Chancay, representaciones de sus actividades productivas como la agricultura y la pesca, su arquitectura y vida cotidiana. Otros tópicos de exhibición tienen que ver con el hundimiento del navío chileno Covadonga durante la Guerra del Pacífico, expresiones de la religiosidad en Chancay, así como manifestaciones culturales en la actualidad.
También se han habilitado ambientes especiales como el “Museo de la cultura Chancay”, que alberga la colección museográfica privada más importante de dicha cultura prehispánica. Asimismo, destaca un Museo de Historia Natural, que contiene una de las colecciones más grandes del país de animales disecados bajo la técnica de la taxidermia.
Finalmente, se puede apreciar el “Salón de los recuerdos”, donde se exhiben antigüedades de la familia que construyó el Castillo de Chancay, entre ellos algunos de los muebles diseñados por la fundadora, doña Consuelo Amat y León, quien vivió en este predio desde sus inicios.
Durante sus más de 30 años de funcionamiento como destino turístico de obligada de visitar en el norte chico, el Castillo de Chancay ha obtenido diferentes reconocimientos como el de Centro Cultural y Recurso Turístico del Perú, por parte del Mincetur en el año 2002, y también “Embajador de la Marca Perú” por parte de Promperú desde el año 2012.
El Mincetur resaltó que la reactivación del turismo en Perú no solo promueve el conocimiento y valoración del patrimonio cultural y natural del país, sino que también tiene un efecto directo en la economía nacional, regional y local, generando oportunidades en sectores como, alojamiento, gastronomía, guías turísticos, transporte, comercio y artesanía.
(FIN) LZD/MAO
JRA
También en Andina:
Publicado: 8/5/2025