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Nuestra Señora de Guadalupe: primer colegio nacional del Perú cumple 177 años

Histórico centro de estudios brinda educación secundaria a jóvenes del país

Foto: ANDINA/archivo.

Foto: ANDINA/archivo.

11:03 | Lima, nov. 20.

El ángel lleva laureles en cada mano y las alas las agita en vuelo condescendiente con la eternidad desde el patio de honor. Decorvm-Est Pro-Patria Mori. La placa está dedicada a los alumnos y profesores que ofrendaron sus vidas en la Guerra del Pacífico (1879-1883). Cincela en bronce los lazos de abolengo entre el colegio Nuestra Señora de Guadalupe y la Historia del Perú.

Guadalupe

En vez de soldados grecorromanos, los costados del alado lo resguardan los bustos del español Nicolás Rodrigo y el iqueño Domingo Elías, directores fundadores de la institución educativa. Una placa adyacente lleva el nombre de los primeros maestros y los 32 alumnos que empezaron la historia de esta institución educativa. Fecha: 8 de febrero de 1841, inicio de clases del Guadalupe (el anuncio de su apertura se hizo público el 14 de noviembre del calendario anterior). Algo cambió en la educación del Perú.

Salvo los lunes –que es día de formación y todos se plantan en el patio de honor para iniciar con pie derecho la semana–, a las ocho de la mañana de cualquier día ya empiezan las clases.

Por los pasillos avanzan los murmullos de los últimos y apurados alumnos, que entran por el número 1227 de la avenida Alfonso Ugarte; algunos se santifican frente al altar de la virgencita de Guadalupe para que les alumbre el camino del saber, y toman el patio según el grado donde les corresponda. Inglita Juventus Egreris Magisris.

Para el patio de la derecha, van los chicos de primero y segundo de secundaria; el de la izquierda, para segundo y tercero; o al fondo, el patio de quinto y el complejo deportivo. Hay un patio de recuerdo, también, porque de memorias vive el hombre. 

El colegio Nuestra Señora de Guadalupe es, a la vez, de “jornada escolar completa”, “emblemático” e “histórico”. Las clases se dictan hasta las cuatro de la tarde. Una parte del aprendizaje se desarrolla en los salones del primer piso; la otra parte en los laboratorios, que están en el segundo piso.

Nuestra Señora de Guadalupe

Los guadalupanos de hoy no vienen de otras regiones del país. La gran mayoría son de Lima Metropolitana. De Breña y San Martín de Porres, básicamente. Entonces, uno que es curioso por deformación profesional, pregunta por el perfil del guadalupano del siglo XXI.

“Los chicos que acaban en nuestro colegio tienen que acudir a prepararse en una academia por uno o dos años para que estén en condiciones de competir en las instituciones privadas o se insertan al mundo laboral. Ese es el perfil de nuestra institución educativa, que corresponde al perfil de un estudiante de educación pública”, resume Óscar Trelles, director de N. S. de Guadalupe.

Por cierto, en el puesto de rector o director del colegio se han sucedido nombres claves para la educación y la política como José Gálvez, Pedro Labarthe y Sebastián Lorente Benel. La nómina de profesores célebres incluye a César Vallejo, Augusto Salazar Bondy y Javier Heraud.

La profesora Liliana Pereyra lleva 22 años de «miss» o «teacher». Ahora, en el laboratorio de inglés, entre laptops y preguntas de los chicos de cuarto de secundaria, cuenta que por el volumen de secciones –de la «A» a la «J»–, no es uno sino varios profesores los que trabajan por grados. 

Miryam Grandes está con los chicos del segundo en las clases de Comunicación y ha dispuesto las carpetas en «u». Hay otros profesores que recién se integran al Guadalupe, como Janet Camacho, que lleva un año y enseña Química a los chicos de tercero.

El Guadalupe tiene una larga lista de alumnos ilustres. El auditorio, o «salón de actos», lleva el nombre de uno de sus exalumnos más conspicuos, Abraham Valdelomar.

Los exalumnos pueden llenar páginas de esta edición. La lista la abren dos presidentes de la República, Manuel Pardo y Lavalle y Manuel Candamo.

Solo de la Guerra del Pacífico están héroes guadalupanos como Leoncio Prado, Diego Ferré, Melitón Carvajal, el niño héroe Manuel Fernando Bonilla. Sumémosle José A. Quiñones, al historiador mayor Jorge Basadre, a Daniel Alcides Carrión, y el arqueólogo Julio C. Tello y Felipe Pinglo Alva.

Guadalupe

Es viernes y desde la capilla guadalupana se filtran unas voces. Es la mitad del coro del colegio en ensayo y es mejor hacer silencio, advierte el profesor José Torres. El arte, al igual que el juego y las ciencias exactas, es parte de la educación de los hijos del Guadalupe. Todo el calendario cívico-litúrgico tienen actividades, afiatan la voz. Y otro rol importante lo desempeñan sus exalumnos. Tienen la mística, no se alejan de su institución, colaboran. Ese espíritu se transmite de generación en generación.

Espacios por mejorar

Desde 2015, el Guadalupe es “primer colegio nacional benemérito de la República y patrimonio nacional” del país. Si bien el local fue refaccionado y entregado en 2012, el director Oscar Trelles, explica que desde entonces solicitan a la empresa encargada de la restauración que cumplan con la garantía, ya que alrededor del 15 % de los ambientes no pueden ser utilizados y la mitad del colegio se utiliza pero con pésima calidad de instalaciones eléctricas y sanitarias que solo el primer año colapsaron, y las paredes humedecidas. El caso es de amplio conocimiento del Minedu.

1,400

alumnos y 104 docentes integran el corpus guadalupano.

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Publicado: 20/11/2017