“Esto es un monumento a lo que nunca debió hacerse en el pasado; esperemos que en el futuro no haya ninguna empresa que haga algo parecido”, manifestó el titular del Ministerio del Ambiente (Minam), Modesto Montoya, al visitar un sector de la cuenca del río Moche contaminado por la actividad minera.
En la región La Libertad, el ministro aseguró que “el dinero que se recibe por impuestos o por regalías mineras, es muy pequeño en comparación con el daño permanente que se hace al ambiente y a la salud de las personas”.
Al respecto, Montoya expresó su indignación por el grave perjuicio que ocasionan los pasivos ambientales dejados en la cuenca del río Moche por algunas empresas mineras.
Acciones de remediación
Desde el centro de la relavera Santa Catalina, perteneciente a la Unidad Minera Quiruvilca, el titular del Minam indicó que ese tipo de daño “afecta también la vida de los animales que beben el agua contaminada y estos sirven de alimento a las personas”.
Acompañado de especialistas del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), inspeccionó el impacto que causa este pasivo ambiental.
En ese contexto, anunció que se han iniciado las primeras coordinaciones con la Junta de Regantes de esta zona, con el fin de realizar acciones conjuntas para la remediación correspondiente, lo que significará una gran inversión.
“Es una gran responsabilidad que tiene el Estado, puesto que la mina ha ido abandonada”, acotó. También comentó que en esa tarea se podrá contar con los científicos de la Universidad Nacional de Trujillo, para recuperar el ambiente y restablecerlo a la situación anterior a la llegada de la mina.
Supervisión técnica
Los técnicos del OEFA informaron sobre la aplicación de medidas administrativas a la empresa minera, para cautelar la estabilidad físico química y geoquímica de dicha relavera y evitar que los materiales contaminantes vayan hacia la quebrada del río Chorey.
Ese lugar contaminado presenta ahora cárcavas y todo lo que anteriormente se había cubierto con geomembranas ha sido removido por las lluvias, lo cual lo convierte en un potencial riesgo para los habitantes de ese ecosistema.
Los regantes que viven en la parte inferior de la cuenca usan el agua que desciende desde las quebradas y están preocupados por los riesgos a los que están expuestos. Ante ello, han construido una planta de procesamiento de agua, para evitar consumir agua contaminada.
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(FIN) NDP/CCH
Publicado: 12/7/2022