Minedu redefine el bullying escolar: niños de 9 años no serán considerados agresores

Reportes de presuntos hechos de violencia escolar deberán evaluarse con nuevos criterios

Los casos de agresión como acoso escolar, maltrato físico o psicológico tienen efectos negativos en la salud física, emocional y en el rendimiento académico.

Los casos de agresión como acoso escolar, maltrato físico o psicológico tienen efectos negativos en la salud física, emocional y en el rendimiento académico.

11:49 | Lima, nov. 16.

Por Dany Seminario

El Ministerio de Educación (Minedu) actualizó los criterios para identificar cuándo un estudiante incurre en bullying o acoso escolar. A raíz de estas nuevas directrices, se estableció que un niño de 9 o 10 años no puede ser considerado agresor. En esta nota te lo explicamos.

Con los criterios anteriores, era común que, cuando un padre o madre escuchaba que su hijo de 9 años estaba siendo molestado por un compañero de la misma edad, se catalogara de inmediato como un caso de bullying o acoso escolar. Esta interpretación no solo se daba entre las familias, sino también entre las propias autoridades de la institución educativa.

Esto ha cambiado. A partir de este año se establecieron dos conceptos importantes en el tratamiento de la convivencia escolar: conflicto y violencia. 


La Agencia Andina conversó con el coordinador de Bienestar y Tutoría de Innova Schools, Víctor Vásquez, quién explicó que para que exista un caso de violencia escolar, la agresión -sea física o psicológica- debe tener el propósito de hacer daño. "En base a esta definición, nace una primera característica que es intencionalidad, luego una segunda, que es la relación de poder", afirmó.


Para que un caso de violencia escolar se catalogue como bullying, agrega el experto, deben coexistir: un agresor, una persona agredida y los espectadores. Los últimos cumplen un rol decisivo porque "refuerzan, naturalizan y validan la agresión". 

Desde la nueva perspectiva de interpretación del bullying, las agresiones hacia el compañero de clases deben ser consecutivas, prolongadas y repetitivas en el tiempo.

Bajo este nuevo marco interpretativo del acoso escolar, los niños de 9 ó 10 años no realizan actos de violencia porque recién están aprendiendo a controlar sus emociones e impulsos. En su lugar, pueden ser generadores de situaciones de conflicto que son parte de la convivencia y del desarrollo evolutivo del niño.

" A partir de los once años aproximadamente la concepción de 'agresión' se vuelve más clara porque violento a la otra persona para burlarme, ganar popularidad o imponer respeto mediante el miedo", expresó.

¿Cuáles son las causas?


Uno de los factores de riesgo más significativos para la violencia escolar se encuentra dentro de la familia, destaca Víctor Vásquez, debido a que esta "se aprende". "Actualmente, vivimos una ola de violencia mediante las extorsiones y sicariato, las cuales impactan en los niveles familiares. Y no solo allí, sino también en el entorno escolar".


Explica que los modelos familiares que pueden facilitar el desarrollo de conductas de violencia son los permisivos y los autoritarios. 


En el primer caso, los roles y límites dentro del grupo familiar no se encuentran claramente establecidos. "En este estilo de familia, los padres son poco claros en sus normas. Dejan hacer y dejan pasar. Además, son muy condescendientes al extremo de permitir todo", explicó.

Mientras que en el segundo tipo de familia, el niño está propenso aprender esquemas de violencia. "Dentro de este modelo de crianza, los padres son verticales, punitivos y castigadores. Si el niño observa regularmente malos tratos, como gritos, golpes entre hermanos y otros actos de violencia como forma de resolver un problema. Aprende que así funciona la vida y estas acciones las traslada a la escuela", manifestó.

Efectos


Para el experto, los nuevos criterios de clasificación de casos de bullying o acoso escolar traerán efectos importantes. Entre ellos, la reducción de los reportes sobre presuntos hechos de violencia escolar en el Sistema Especializado en Reporte de Casos sobre Violencia Escolar (SíseVe) del Minedu. 

La cantidad de reportes podría disminuir no porque se omitan los casos, indicó. El cambio vendrá porque los  padres aprenderán a diferenciar adecuadamente si se trata de una situación de conflicto o un caso de acoso escolar o bullying. 

"Imaginemos que un niño se encuentra parado en la puerta comiendo su pan, pero viene otro niño corriendo y lo empuja. Antes, los padres lo hubiesen catalogado como violencia escolar y de inmediato reportado en el SíseVe. Sin embargo, ahora se busca que se tome en cuenta el desarrollo evolutivo del menor", dijo.


Activar el protocolo de acoso escolar para estos casos puede ser contraproducente para los menores, porque los niños serán sometido a investigaciones y etiquetas sociales como "agresor", "violentador" o "niño bullying". Los cambios normativos relacionados a este tema buscan evitar situaciones innecesarias de control y castigo para quienes aún se encuentran en desarrollo.


Recomendaciones


Por último, Víctor Vásquez recomendó a los padres de familia tener en cuenta dos puntos claves para evitar que sus hijos se conviertan en agresores, víctimas de bullying o naturalicen actos de violencia.

1. El cambio repentino del estado de ánimo: Los padres deben atentos a los cambios de ánimo de sus hijos, sobre todo si son de un día para otro. Es normal que tenga días tristes, alegres, frustrados, etc., pero no que muestren desesperanza o decaimiento por periodos largos .

2. No juzgar: La comunicación es vital para conocer lo que hacen, piensan y viven sus hijos. Por lo general, los padres suelen juzgar antes de escuchar a sus hijos, provocando que el niño deje de confiar en ellos para buscar un consejo o tomar una decisión. Recomienda escuchar sin juzgar y comprender antes que sancionar.

Para el especialista, las instituciones educativas tienen un rol clave en el proceso de adaptación de los menores a situaciones de cambio en su entorno escolar. Recomendó a las autoridades escolares organizar reuniones y jornadas de información dirigidas a las familias, no solo para abordar situaciones de conflicto o acoso, sino para explicar los nuevos criterios vigentes y orientar el uso adecuado de los nuevos protocolos contra la violencia escolar.


Más en Andina



(FIN) DSC/KGR

Publicado: 16/11/2025