Debido al mal estado de su estructura, se ha convertido en una trampa mortal el puente colgante Septén, que cruza el río Chicama en el distrito de Marmot, provincia de Sánchez Carrión, región La Libertad.
El puente es la única vía de conexión entre el caserío de Septén y la carretera Longitudinal de la Sierra, por lo que los ciudadanos tienen que arriesgarse a cruzar a diario los 210 metros de longitud.
La plataforma de madera está prácticamente destrozada: tablas rotas, rajadas y, peor aún, piezas faltantes que dejan espacios vacíos. Este panorama genera pánico entre los peatones cada que intentan cruzar.

La vulnerabilidad del puente se agrava por fallas estructurales evidentes: algunos soportes de fierro corrugado se encuentran desoldados y han sido precariamente amarrados con alambres, lo que multiplica el riesgo y lo convierte en una estructura de alto peligro inminente.
Estudiantes en riesgo
El caserío Septén, que alberga cerca de 400 familias, carece de una institución educativa de nivel secundario. Por ello, de lunes a viernes decenas de alumnos se ven obligados a desafiar el paso por el puente para poder asistir a sus clases en localidades vecinas como Cruce de Cascas (Cojitambo) o Jolluco.
Esta emergencia mantiene en vilo a los padres de familia, quienes, ante la inacción de las autoridades, han tenido que organizarse. Han acordado desarrollar jornadas dominicales de trabajo comunitario para cambiar o asegurar las tablas de la plataforma, con el propósito de proteger la integridad física de sus hijos.
“Nuestros hijos están expuestos al peligro todos los días y por eso estamos preocupados”, expresó el agente municipal de Septén, Percy Rodriguez.
Los pobladores y las autoridades locales aseguran estar exhaustos de gestionar una solución ante la Municipalidad Distrital de Marmot, pues afirman que solo han recibido falsas promesas.
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