Joven banquero peruano recibe importante reconocimiento en EE.UU. [video]

El Banco Cooperativo del Estudiante Bartselana constituye un ejemplo de emprendimiento ambiental

José Adolfo Quisocala, considerado el banquero más joven del mundo. Foto: ANDINA/Jhonel Rodríguez Robles

José Adolfo Quisocala, considerado el banquero más joven del mundo. Foto: ANDINA/Jhonel Rodríguez Robles

10:04 | Lima, abr. 6.

El joven banquero peruano José Adolfo Quisocala, de 20 años, ha sido galardonado en Estados Unidos con el Premio Plata durante el Fintech Americas 2025 por su innovador Eco Banco del Estudiante Bartselana.


Quisocala ha sido ganador en la categoría de Inclusión Financiera. El Premio Plata también fue otorgado a Prima y a la Caja Cusco en las categorías Transformación Digital y Sostenibilidad y Responsabilidad Social.

Fintech Americas 2025, desarrollado en Miami, es uno de los mayores eventos del sector Finanzas y Tecnología en América Latina. En el evento, realizado en marzo, participaron importantes entidades financieras de América Latina, incluyendo el BCP y bancos internacionales de primer nivel como el Banco Agrario de Colombia, premiado por su transformación digital; Banco Promerica de El Salvador, reconocido por su innovadora Súper App; y Finsus de México, destacado por su solución de liquidez inmobiliaria.

José Adolfo recibió este premio por su propuesta innovadora de democratizar el acceso a servicios financieros, ofreciendo soluciones para jóvenes estudiantes. Su modelo promueve la educación financiera y la economía circular a través de iniciativas como los Eco Cajeros, que incentivan el reciclaje y fomentan hábitos sostenibles.


Pero la historia de José Adolfo no ha empezado recién sino cuando tenía 7 años en su natal Arequipa, donde los residuos sólidos eran usados como moneda principal para las operaciones financieras.

“Llevo más de una década en este proyecto, en este sueño de cambiar y revolucionar el mundo de las finanzas y ayudar al medio ambiente”, afirmó emocionado José Adolfo Quisocala, fundador del Eco Banco del Estudiante Bartselana, durante una entrevista en el programa Andina al Día.

Vi la pobreza desde muy niño


José Adolfo creció en un hogar humilde, sin lujos, pero con un tesoro invaluable: el acceso a la educación, gracias al esfuerzo de sus padres. “Estudiaba en un colegio público y, la verdad, no me gustaba ir a clases. Pero mis padres me decían que debía ser agradecido porque tenía la oportunidad de estudiar, mientras muchos niños no la tenían. Me decían: ‘si no nos crees, mira las calles’… y efectivamente, lo vi”, relató.

Esa realidad social lo marcó desde muy joven. Recuerda que, en una ocasión, le preguntó a un niño que trabajaba en la calle por qué lo hacía, y la respuesta lo conmovió profundamente. “Ahí pensé que debía hacer algo para ayudar. Al principio comencé a donar dinero, y eso me hacía sentir bien… hasta que me quedé sin mis ahorros”.


Ante la falta de recursos, decidió postular a la alcaldía escolar de su colegio. Ya con el cargo, propuso una idea disruptiva: crear un banco para niños que les enseñara a ahorrar y administrar su dinero.

Aunque su propuesta generó escepticismo en la comunidad escolar, el director apoyó la iniciativa y le cedió un pequeño espacio en el colegio para poner en marcha su emprendimiento. “Luego me di cuenta de que no era tan fácil… pero lo logré”, recordó.

El proyecto, que nació de una inquietud infantil, terminó convirtiéndose en una propuesta de impacto ambiental, económico y social. José Adolfo sostiene que cada familia peruana puede tener un líder capaz de transformar el país y el mundo.


Emprendimiento con propósito


El Banco Cooperativo del Estudiante Bartselana es hoy un ejemplo de emprendimiento ambiental basado en la educación y la inclusión financiera con enfoque sostenible.

Los niños pueden abrir una cuenta llevando seis kilos de material reciclable más un sol. Para seguir abonando, deben continuar llevando papel o plástico al banco. El material es pesado, valorizado y el monto equivalente se deposita en la cuenta del menor.

El sistema es claro: los residuos (papel, cartón o plástico) se entregan al banco, que los comercializa con empresas recicladoras. Las ganancias van directamente a la cuenta del niño, quien solo puede retirar el dinero al alcanzar su meta de ahorro. Ningún padre puede disponer de ese fondo, solo el titular.

Con esta iniciativa, José Adolfo ha logrado que miles de niños aprendan a manejar sus finanzas personales desde pequeños y, al mismo tiempo, contribuyan activamente con la protección del medio ambiente.


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(FIN) JAM/RRC
JRA

Publicado: 6/4/2025