Los internos que estudian o trabajan dentro de las cárceles reducen sus posibilidades de reincidir en el delito porque ese aprendizaje les sirve y lo aplican cuando recuperan su libertad, aseguró el jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Javier Llaque Moya.
Agregó que seis de cada diez reclusos no cuentan con estudios de secundaria completa, por lo que es necesario brindarles herramientas para su proceso de rehabilitación y resocialización, no solo a nivel de educación primaria y secundaria, sino también a nivel técnico.
"Lo que hay que hacer es capacitarlos, certificarlos y luego darles una experiencia laboral a través de Cárceles Productivas para que, cuando salgan en libertad, salgan con dos cartones: capacitación certificada y experiencia laboral en empresas privadas, de tal manera que esa experiencia les sirva afuera”, comentó.
En esa línea, resaltó que la tasa de reincidencia penitenciaria logró reducirse hasta un tercio gracias a los programas de educación, capacitación técnica y la política de Cárceles Productivas promovidas por el INPE.
Precisó que la reincidencia del delito es del 9% en aquellos que pasaron por el programa de Cárceles Productivas, es decir, que trabajaron para empresas privadas durante su tiempo en prisión. Esa cifra es menos de la mitad de la reincidencia general, que alcanza el 25 %.
Asimismo, para aquellos que continuaron y concluyeron su educación básica regular durante su paso por el penal, la reincidencia es del 7 %, un tercio del porcentaje general.
Citó el caso de los 19 exinternos que participaron del programa de formación musical para personas privadas de su libertad “Orquestando”, que inició en el 2017. "Ninguno ha regresado a prisión, destacando así la educación musical como parte del proceso de resocialización".
De acuerdo con el jefe del INPE, aunque hay 25,000 internos que trabajan en los penales y 15,000 que estudian a nivel nacional, no todos pueden acceder a estos programas por la falta de infraestructura y recursos.
“Tenemos mucha aceptación y muchos nos piden talleres para trabajar, pero no contamos con esa posibilidad para todos. Por eso, el objetivo de los nuevos penales es que todos estén ocupados, trabajando o estudiando, esta será la única manera para garantizar, como Estado, que la reincidencia cada vez sea menor”, destacó.
Medidas de seguridad en penales
En el marco de la política penitenciaria de “
Cárceles seguras”, Llaque señaló que se tomarán acciones más severas contra aquellos internos que insisten en seguir vulnerando la seguridad del penal, que intentan traficar con drogas, ingresar celulares para cometer delitos, entre otros.
“Cada vez que los descubramos, los vamos a llevar a penales alejados de la ciudad por años. Va a ser problema de ellos que los alejemos de sus familias, que los llevemos a lugares donde a veces el acceso es complicado, pero no es que la institución lo haya querido, son ellos los que se buscan esa medida. Así que nuestro mensaje es que se abstengan de hacerlo”, advirtió.