La excavación pionera en el sitio arqueológico Cobián, ubicado en el distrito limeño de Chaclacayo, está permitiendo conocer la secuencia ocupacional Ichma e Inca del área en virtud de los patrones arquitectónicos identificados y evidencias encontradas, además de saber cómo vivieron sus habitantes en este asentamiento prehispánico del valle medio del río Rímac.
“El objetivo principal de estas excavaciones ha sido determinar la secuencia ocupacional del sitio, con especial atención en los periodos tardíos. Para lograr este objetivo, se han identificado patrones arquitectónicos, así como la determinación de la funcionalidad y la configuración de los diferentes espacios presentes en Cobián”, sostuvo la directora del Proyecto de Investigación Arqueológica Huaca Cobián e investigadora principal del sitio, Gina Marrou.
En entrevista con la Agencia de Noticias Andina, la investigadora refirió que este sitio arqueológico abarca más de 50 estructuras líticas, distribuidas sobre una superficie de 22 hectáreas, de las cuales hasta ahora solo se ha excavado menos del 5 % del total, correspondiente a tres complejos ubicados en el sector norte del sitio, dado que las intervenciones de campo empezaron en octubre de 2023.
El sitio arqueológico Cobián se ubica en la urbanización Alfonso Cobián, de cuyo apellido tomó la denominación, a la altura del kilómetro 21 de la Carretera Central, pasando la urbanización Ñaña y antes del condominio El Cuadro, en el distrito de Chaclacayo. El asentamiento humano fue construido sobre un terreno elevado delante de un cerro que está en el sector alto de la urbanización Alfonso Cobián, en la margen izquierda del río Rímac.
Escuela de campo universitario
“Nosotros hemos venido excavando como parte del proyecto de investigación arqueológica que sirve también como ‘escuela de campo’ para estudiantes de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional Federico Villarreal que llevan el curso Técnicas de excavación. Como egresada de dicha universidad decidí que mi proyecto funcione también como escuela de campo”, indicó Marrou.
Comentó que la primera temporada de excavación se desarrolló con alumnos del tercer año de la carrera de Arqueología de la Universidad Nacional Federico Villarreal y culminó en febrero de este año. “Vamos a empezar una segunda temporada en setiembre próximo porque queremos que continúe la escuela de campo”, expresó.
Hallazgos y evidencias arqueológicas
Gina Marrou precisó que entre los primeros hallazgos de las excavaciones realizadas en el sitio arqueológico Cobián destaca un conjunto de recintos de plantas semicirculares, aglomerados e interconectados por escaleras. Ello correspondería a una primera ocupación por parte de la cultura Ichma.
“En una segunda ocupación, bajo el dominio Inca, observamos que estas estructuras con ese patrón de asentamiento, ya comienza a variar bajo remodelaciones y las construcciones se modifican adoptando plantas rectangulares, quedando mejor definidos, y se asocian a patios más amplios”, detalló.
“No hay una arquitectura monumental en el sitio arqueológico Cobián y las construcciones fueron hechas con piedras extraídas de cerros”, puntualizó.
Agregó que también se encontró evidencias orgánicas como restos de cultivos de maíz (corontas), de frijol, de frutas como lúcuma y de algodón.
Asimismo, se hallaron productos de intercambio con otras poblaciones costeras, como productos marinos (caracoles, choros, cangrejos, entre otros). “Esto nos indica la interacción económica y el intercambio de productos. Hemos hallado también ecosistemas ribereños como cañas, carrizos, entre otros vegetales, lo que nos da luces sobre el aprovechamiento de la fertilidad del valle y las áreas circundantes”, manifestó.
Otros testimonios de la vida doméstica en el sitio arqueológico Cobián que se encontraron en las excavaciones dirigidas por Marrou tienen que ver con fragmentos de cerámica Ichma e Inca, lo que revela que hubo doble ocupación del lugar.
“La primera ocupación sería del periodo final del Intermedio Tardío, evidenciada por la presencia Ichma, y una segunda ocupación ocurrida en el Horizonte Tardío, correspondiente al dominio Inca, dado que se ha observado remodelaciones en la arquitectura, adoptando un patrón ortogonal”, argumentó.
La arqueóloga dijo, igualmente, que se descubrieron en espacios mortuorios los restos óseos de dos individuos, los cuales serán analizados para determinar su sexo, edad y otras características. “Los restos óseos están incompletos y parece que han sido alterados al parecer por el impacto de huaicos que ocurren en esa zona durante la temporada de lluvias o tal vez por actos de huaqueo que se han registrado también en otros sitios arqueológicos”, anotó.
Comentó que estos descubrimientos están corroborando la hipótesis que dio el investigador Francisco Iriarte, quien dio cuenta de la existencia de este sitio arqueológico en la década de 1970, aunque no llegó a realizar ninguna excavación en la zona.
Marrou recordó que las investigaciones arqueológicas en la margen izquierda del río Rímac solo habían llegado hasta Huaycán de Pariachi. “Para este lado del valle medio no se habían hecho excavaciones y todo se basaba en la margen derecha como Ñaña y Carapongo. Por ello somos los primeros en excavar en el sitio arqueológico Cobián”, aseveró.
Importancia del sitio arqueológico Cobián
Resaltó que el sitio arqueológico Cobián constituyó un importante centro doméstico y de almacenamiento de alimentos vegetales como maíz y maní, por donde pasaba un camino inca que era un ramal del Qhapaq Ñan o gran sistema vial andino que unía todos los confines del imperio inca o Tahuantinsuyo y que facilitaba el intercambio económico.
Agregó que, de acuerdo con los hallazgos obtenidos hasta ahora en las excavaciones, se descarta que haya existido una ocupación anterior a la Ichma.
“Las excavaciones en Cobián están proporcionando una visión más completa y detallada de la historia antigua del Perú. Este trabajo arqueológico es fundamental para comprender la dinámica social y económica de la población que habitó la región, y para preservar y proteger nuestro invaluable patrimonio cultural”, enfatizó finalmente Marrou.
Perfil de la investigadora
Gina Marrou es egresada de la Facultad de Arqueología de la Universidad Nacional Federico Villarreal, con maestría en Conservación del Patrimonio en la Universidad Nacional de Ingeniería.
También ha llevado cursos de especialización en manejo de dron y uso de la tecnología Lidar (del inglés “light detection and ranging”) que es una tecnología de teledetección que utiliza rayos láser para medir distancias y movimientos precisos en un entorno, en tiempo real.
(FIN) LZD/MAO
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