Celebrar el advenimiento del Año Nuevo en lugares formidables y excepcionales es el anhelo de todo viajero. Y en el Perú existen destinos ideales en provincias que albergan diversos escenarios naturales, paisajísticos y culturales auténticos y fascinantes que invitan a dar la bienvenida con las mejores buenas vibras al 2026.
A continuación, algunos de los destinos ideales para despedir este año y recibir con el mayor beneplácito el 2026.
Tumbes
El departamento costero más septentrional del Perú es uno de los lugares que asegura una experiencia de viaje inolvidable para celebrar el advenimiento del nuevo año. Su clima cálido constante y sus encantadoras playas, lideradas por Punta Sal, Zorritos, Playa Hermosa, La Cruz, Puerto Pizarro, cuyo mar de aguas cálidas, sol radiante y arena fina convierten a este destino en el “Caribe sudamericano”.

En cada uno de esos paradisiacos balnearios es posible encontrar el escenario soñado para la relajación reparadora de energías, olvidarse del estrés y la rutina, e incluso practicar deportes náuticos como el surf gracias a las espléndidas olas; windsurf, buceo, pesca y sky acuático, así como paseos en yate, kayak, botes inflables, motos acuáticas, o simplemente realizar caminatas y paseos a caballo por las playas. En estas playas existen alojamientos y restaurantes de excelente calidad y permiten el perfecto descanso y saborear irresistibles manjares preparados esencialmente con productos recién extraídos del mar de Grau.

Además de sus fabulosas playas, Tumbes ofrece la oportunidad de visitar dos magníficas áreas naturales protegidas: el Santuario Nacional Manglares de Tumbes y el Parque Nacional Cerros de Amotape, donde se puede apreciar singulares ecosistemas y diversidad biológica que evidencian la enorme riqueza natural que posee el Perú.

También pueden visitarse la Zona Arqueológica Monumental Cabeza de Vaca, ubicada en el distrito de Corrales, en el sector San Pedro de los Incas. Se trata de un centro ceremonial de origen inca, considerado el más importante en Tumbes. También puede visitar las aguas termales de Hervideros y realizar un recorrido por la siempre acogedora ciudad de Tumbes.
Cusco
El destino más emblemático y distinguido del Perú a nivel internacional garantiza celebrar la llegada del año nuevo con total regocijo y recarga energética. La capital del Imperio Inca y sus construcciones monumentales cautivan los sentidos por su impresionante belleza paisajística que conjuga historia, cultura, arte y gran conocimiento de ingeniería y arquitectura que cautivan a todos los turistas del mundo.

Publicaciones internacionales especializadas en viajes y turismo recomiendan recibir el año nuevo en Cusco, cuya plaza de armas se atiborra de público minutos antes de la medianoche para celebrar el advenimiento del nuevo calendario con total algarabía, entre abrazos, besos y sonrisas, así como el lanzamiento de coloridos fuegos artificiales que iluminan casi por completo el cielo nocturno.

La estancia en la capital arqueológica de América en esta celebración inolvidable permite a los visitantes realizar un recorrido por su cautivante centro histórico, distinguido con la Categoría 4 en turismo, donde destacan sus empedradas calles, palacios incas, templos católicos, barrios de artesanos, miradores y parques arqueológicos como Sacsayhuamán, Qenqo, Tambomachay, Pucapucara y otros.

También brinda la oportunidad de enrumbar al Valle Sagrado para visitar los formidables
Písac, Chinchero y
Ollantaytambo, conocido como la
ciudad inca viviente y reconocida también con la
Categoría 4 en turismo y las distinciones de
Pueblo con Encanto y
Mejor Pueblo Turístico del Mundo. La visita a Cusco puede coronarse con un recorrido por la ciudadela inca de
Machu Picchu, estandarte turístico peruano, Patrimonio de la Humanidad y maravilla mundial.
Cañete
Conocida como la “Capital del arte afroperuano”, la provincia limeña de Cañete ofrece un conjunto de atractivos turísticos ricos en cultura ancestral y mestizaje, sitios arqueológicos, lugares ideales para recibir el año nuevo practicando turismo de aventura, relejarse en playas de ensueño, recorrer valles interandinos de impactante belleza paisajística y deleitarse con su suculenta gastronomía que motivan a volver muchas veces.

Los principales atractivos turísticos de la provincia de Cañete son Cerro Azul, un pintoresco balneario ubicado al borde del fértil valle del río Cañete y está adornado con un largo muelle, un extenso tramo de arena fina y la gran hospitalidad de sus habitantes.

Conocido como un destino popular entre las familias, esta encantadora localidad pesquera artesanal de la provincia de Cañete atrae también a los visitantes para descansar en su apacible playa y disfrutar de su suculenta gastronomía en la que sobresale el emblemático ceviche.

Otro destino formidable es San Vicente de Azpitia, perteneciente al distrito de Santa Cruz de Flores, provincia de Cañete, que goza de una excelente ubicación con una incomparable vista del río Mala. Allí se puede practicar actividades al aire libre como ciclismo de montaña, trekking y excursiones a caballo, además es el lugar ideal para pasar unos días de relax en familia o con amigos.

Para llegar a Santa Cruz de Flores y Azpitia, hay que recorrer la Panamericana Sur hasta el kilómetro 80, a la altura de la playa León Dormido, y luego tomar el desvío por debajo del túnel que lleva al pueblo de San Antonio.

A continuación, se debe tomar el desvío hacia la izquierda, y conducir hasta el distrito de Santa Cruz de Flores, y continuar el camino de trocha carrozable hasta llegar a San Vicente de Azpitia. Su tranquila campiña rodeada de frutales como manzanos, lúcumos, pacaes, paltos, y su magnífica vista del valle del río Mala, son su principal atractivo.

Para los amantes del turismo de aventura al aire libre, Lunahuaná es el destino por excelencia en Cañete. Uno de los más populares es el canotaje y la actividad más común es el canopy o tirolesa.

Además, puedes realizar paseos a caballo, bicicleta y cuatrimoto en los alrededores de Lunahuaná. También se puede degustar una sabrosa y variada gastronomía.

El turismo arqueológico en Cañete tiene como abanderado al sitio arqueológico Incahuasi, el mayor ejemplo de arquitectura incaica en la zona. Esta construcción cuyo nombre significa Casa del Inca cumplió el rol de asentamiento militar vital durante la expansión del Tahuantinsuyo, luego se convirtió en un centro de control y abastecimiento. Ocupa 50 hectáreas y se distribuye en cinco sectores diferenciados en su arquitectura y distribución.

En el palacio del inca se puede observar los salones y las columnas cilíndricas, con muros de más de cuatro metros de altura. En la zona arqueológica hay un sector llamado el Colcahuasi, donde están las colcas para el almacenaje de todos los productos de la zona.

Incahuasi, además, cuenta con una zona residencial donde permanecían quienes estaban a cargo del centro administrativo, y a la espalda del espolón del cerro hay un sector denominado Acllahuasi.

Si lo que se desea es degustar exquisitos piscos y vinos, se puede visitar las numerosas bodegas en las que se puede apreciar el proceso de producción, desde la siembra y cosecha en sus fértiles viñedos, pasando por la maceración del mosto de las uvas hasta la fermentación y destilación. Asimismo, se puede adquirir estas notables bebidas espirituosas peruanas para tener un hermoso recuerdo de Lunahuaná.

La culinaria cañetana tiene como abanderados a la carapulcra y la sopa seca. Cuando se sirven juntos, el plato recibe el nombre de “mancha pecho”. Este emblemático potaje fue declarado por el Gobierno Regional plato de bandera, típico y representativo del departamento de Ica.

También destacan otros potajes como el seco de pato, la sopa seca de camarones, los tamales, y postres como el camotillo, que son dos hojarascas pegadas por un dulce suave hecho a base de camote; el frijol colado, entre otros.
Arequipa
Conocida como la Ciudad Blanca por su arquitectura esculpida en sillar, Arequipa resplandece favorecida por un clima siempre soleado todo el año y un cielo azul que invitan a caminar y admirar la belleza de sus monumentos y de su bella campiña aprovechando la celebración del año nuevo.

Además de su hermosa plaza de Armas, el visitante se cautiva con el monasterio de Santa Catalina, uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad de Arequipa. Su belleza arquitectónica es impresionante y es el mejor ejemplo del esplendor del Perú virreinal.

Construido para albergar a las hijas de las familias más distinguidas de la ciudad con vocación religiosa, el monasterio fue inaugurado como un convento de clausura absoluta, y así se mantuvo hasta 1970. Ocupa un área aproximada de 20,000 metros cuadrados y su distribución es similar a la de los primeros barrios de Arequipa.
En la plaza de Armas destaca la imponente Basílica Catedral, considerada como uno de los principales monumentos religiosos del siglo XVII en Arequipa. Se construyó en gran parte con sillar, piedra de origen volcánico, y posee bóvedas de ladrillo. Fue destruida por un incendio en 1844 y reconstruida en 1868 por el arquitecto arequipeño Lucas Poblete.

Si se desea tener una vista panorámica de la ciudad de Arequipa, de su bucólica campiña y de sus tres volcanes tutelares el Misti, el Chachani y el Pichu Picchu, lo mejor es acudir a los miradores de Yanahuara, Sachaca, Chilina, La Rinconada y Patapampa. En todos ellos el ingreso es libre.

El mirador de Yanahuara se ubica a 2 kilómetros del centro de Arequipa. Construido a mediados del siglo XIX y a la que se accede subiendo unas escalinatas, destacan sus arcos construidos con sillar y que llevan grabadas frases que rinden homenaje a la Ciudad Blanca. A unos pasos de allí está la plaza principal, donde se levanta una hermosa iglesia construida en el 1750, así como un conjunto de viviendas construidas, al igual que el templo, con sillar.
Por su parte, el mirador de Sachaca, ubicado en el distrito del mismo nombre y construido en un cerro rodeado de vegetación, tiene una estructura formada por cinco pisos a los que los visitantes pueden subir para obtener una amplia vista de la ciudad.

También puede visitarse el mirador de Chilina, en el distrito de Cayma y junto al río Chili, rodeado de abundantes áreas verdes. Permite una vista del norte de Arequipa y también de la reserva ecológica de Chilina. Finalmente, están los miradores de La Rinconada y Patapampa. El primero de ellos se encuentra en el pueblo de Carmen Alto, a tan solo seis kilómetros de la Plaza de Armas de Arequipa e ideal para apreciar la ubérrima campiña. En tanto, el segundo es el más alto de los miradores con una altitud de 4,500 metros sobre el nivel del mar y es ideal para apreciar no solo la ciudad sino también la belleza de grandes nevados como el Walka Walka, el Ampato y el Sabancaya.
Visitar un mercado tradicional puede ser una experiencia turística inolvidable. Y la ciudad de Arequipa ofrece algunos de estos centros de abastos donde además de su emblemática construcción que les valió a algunos de ellos ser declarados Patrimonio Cultural de la Nación, brindan la ocasión de comprar bellas artesanías y degustar potajes típicos que cautivarán el paladar y a precios módicos.

Entre los mercados tradicionales emblemáticos destacan el mercado de San Camilo, el más antiguo de Arequipa, inaugurado hace más de 140 años y localizado a solo unas cuadras de la Plaza de Armas; y el mercado de la Antiquilla, ubicado en el distrito de Yanahuara, de estilo arquitectónico neo renacentista de finales del siglo XIX y fachada construida con sillar, lo que le valió ser declarado monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.

También destacan los mercados de San Antonio, ubicado en el distrito de Miraflores, cuenta con alrededor de 85 puestos de frutas, verduras, abarrotes y comida; y el Mercado Artesanal del Fundo El Fierro, cerca de la iglesia de San Francisco, en pleno centro histórico, que se caracteriza por sus portales coloniales y una tradicional plazuelita. Alberga varios puestos artesanales donde se puede comprar desde carteras, ponchos y diversos souvenirs hasta arte típico arequipeño.
Otra joya de arquitectura religiosa situada en uno de los costados de Plaza de Armas es la iglesia de La Compañía, una edificación levantada en 1590 que destaca por sus muros de piedra blanca y el hermoso juego de relieves que decoran su fachada barroca.

Al visitarla se recomienda también apreciar su fachada lateral, de menor magnificencia que la principal, pero también rica en relieves y detalles. En el interior destaca una pausa en la Capilla de San Ignacio, una hermosa muestra del arte arequipeño, con coloridas ornamentaciones que recrean un escenario tropical.
Una visita a la Ciudad Blanca no puede culminar sin visitar la Casona del Moral, predio del siglo XVIII que constituye uno de los monumentos arquitectónicos más antiguos e importantes del barroco en la ciudad de Arequipa. La casa debe su nombre a un antiguo árbol de moras que crece en su patio principal. Posee muebles de la época colonial y republicana.

La portada en sillar constituye una obra de arte en la que se aprecian figuras cuidadosamente talladas. Por ejemplo, una corona sobre un escudo es sostenida por dos ángeles, mientras que el escudo se compone de un castillo, un ave, un puma y dos llaves cruzadas. Asimismo, destaca un salón con mapas antiguos de América pertenecientes al siglo XVI.
Para conocer uno de los tesoros de la arqueología arequipeña hay que visitar el Museo Santuarios Andinos, recinto cultural de la Universidad Católica de Santa María, cuyo mayor atractivo es la Dama de Ampato, más conocida como la “momia Juanita”. Se trata del cuerpo de una adolescente, de 12 o 14 años, enterrada en la época Inca, que fue encontrada en la cima del volcán Ampato por el andinista Miguel Zárate, el arqueólogo José Chávez y el antropólogo Johan Reinhard, el 8 de setiembre de 1995.

Según los especialistas, es muy probable que la adolescente, cuyos restos fueron hallados congelados en la cumbre del mencionado nevado, haya muerto de un golpe en la sien con una macana de granito de cinco puntas, como parte de una ofrenda al Apu Ampato hace unos 500 años.
También destaca en la ciudad de Arequipa el molino de Sabandía, conocido como la “Puerta suroriental de Arequipa”, corresponde a una localidad situada a ocho kilómetros al sureste del centro histórico de la Ciudad Blanca, en medio de la idílica campiña surcada por vertientes de aguas cristalinas que emanan de los cercanos volcanes.

Su mayor atractivo turístico corresponde al Molino de Sabandía, monumento colonial construido en 1785, que por siglos fue el abastecedor de harina de la ciudad, una obra patrimonial hoy en día restaurada, manteniendo sus blancos muros de sillar, bóvedas, gárgolas y balcones.
Otro atractivo turístico importante es la Mansión del Fundador, predio localizado a nueve kilómetros de la ciudad de Arequipa y construido en sillar al borde de un acantilado. Es una de las casonas o mansiones más importantes y tradicionales de la región. El ingreso principal está compuesto por un zaguán de techo abovedado, seguido por un amplio patio principal sobre el que se abren las ventanas y puertas de las habitaciones.

El conquistador y fundador de Arequipa, Manuel de Carbajal, la mandó construir para su hijo. Más tarde, en 1785, pasó a ser propiedad de don Juan Crisóstomo de Goyeneche y Aguerreverre, quien la remodeló dándole las características señoriales que hoy se aprecian.
La visita a la región Arequipa se corona con un recorrido por el valle del Colca y su emblemático cañón. Con una profundidad estimada en 4,160 metros en el sector de Canco, distrito de Huambo, provincia de Caylloma, el Cañón del Colca ostenta una cautivante geografía y gran biodiversidad que atraen cada año a miles de visitantes.

Además de la inolvidable experiencia de apreciar la inmensidad del paisaje y la oportunidad de apreciar el magestuoso vuelo de cóndores, las aves más grandes de los Andes, los visitantes destacan la riqueza cultural de las poblaciones que habitan en las proximidades del
Cañón del Colca y que conservan su herencia cultural a través de su idioma, vestimenta, gastronomía, artesanías diversas, costumbres ancestrales y festividades.

El Cañón del Colca y los volcanes de Andagua fueron declarados por la Unesco, el 17 de abril de 2019, como Geoparque Mundial, el primero del Perú y el tercero de Sudamérica.

Para completar la visita a la región Arequipa es fundamental conocer la Ruta del Sillar. Con una extensión de 2 kilómetros de longitud, la Ruta del Sillar es uno de los mayores atractivos de la región. Es un impresionante destino donde se puede apreciar todo el proceso de extracción y labrado al detalle que se realiza con esta roca volcánica cuyo color blanco brillante le confiere a Arequipa el nombre de Ciudad Blanca.

El recorrido viene acompañado con visitas a magníficos escenarios naturales cuya formación geológica se debe también a esta maravillosa roca. El recorrido es organizado por el Centro de Investigación, Educación y Desarrollo de Arequipa (CIED) y comprende visitas a las canteras de Añashuayco, Cortadores y Culebrillas, ubicadas en las afueras de la ciudad. El recorrido incluye caminatas seguidas de hasta 40 minutos de duración.

En estos lugares, el visitante quedará maravillado con la gran cantidad de esculturas, escudos, utensilios y muchas otras piezas trabajadas en sillar. Uno de los puntos más visitados es el Sillar Rosado, un cañón que, gracias a la particular combinación de arena, roca, sillar y los efectos de la luz solar, refleja en sus estructuras un cautivador color rosa. El paseo se complementa con una demostración de corte y labrado de bloques de sillar por parte de los esculpidores locales.
Para llegar a la Ruta del Sillar, se debe tomar un colectivo desde el Paradero la Curva, ubicado frente al centro comercial Plaza Norte, en la Ciudad Blanca.
Apurímac
Hacer parapente en Sóndor, canotaje en el río Pachachaca, caminata por el bosque de piedras de Pampachiri y downhill en bicicleta son algunas de las actividades que se pueden disfrutar durante la estadía en la región de Apurímac con motivo del advenimiento del año nuevo, considerada como el perfecto escenario para los deportes de aventura.

Y si lo que se busca es recuperar las energías están los baños termales de Cconoc y sitios arqueológicos emblemáticos como Saywite y Sóndor que brindan una experiencia única.

Los amantes de la naturaleza pueden visitar el formidable Santuario Nacional de Ampay, área natural protegida creada el 23 de julio de 1987 y ubicada en el distrito de Tamburco, provincia de Abancay. El objetivo del santuario es asegurar la intangibilidad del árbol intimpa (árbol del sol, en castellano), único en su género. En la actualidad solo quedan 600 hectáreas de intimpas, protegidas de la amenaza de la tala indiscriminada que padeció en el pasado.

El Santuario alberga la laguna de Angascocha, ubicada a 45 minutos de caminata a partir de la entrada al área protegida. El espejo de agua es ideal para que las aves se posen a beber y alimentarse con los pececillos y permite reparar energías a otros animales, como vizcachas, zorritos, pumas y venados de cola blanca.
El turismo medicinal tiene como emblema los Baños Termales de Santo Tomás, uno de los más importantes puntos turísticos de Abancay, dadas las propiedades de sus aguas termales para tratar diversas dolencias del organismo.

Antes de abandonar la ciudad de Abancay es importante visitar el Puente Pachachaca, ubicado a 16 kilómetros de la ciudad de Abancay sobre el río Pachachaca, este puente de piedra, cal y canto de la época colonial fue construido por orden del virrey Conde de Salvatierra en 1654. Su presencia contrasta con el hermoso valle que lo alberga.

Debido a su valor histórico y cultural, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 1974.
Ayacucho
Ayacucho es naturaleza, historia y fiesta, motivos más que suficientes para celebrar la llegada del año nuevo. Y su capital Huamanga nos invita a recorrer sus calles, casonas e iglesias coloniales como la basílica catedral y el templo de Santo Domingo. Asimismo, disfrutar de sus fiestas llenas de color y sincretismo religioso; así como conocer la destreza de sus artesanos herederos de una tradición cultural ancestral enriquecida con el paso tiempo.
Si bien la provincia de Huamanga se fundó en el siglo XVI con el nombre de San Juan de la Frontera, la ciudad de Huamanga fue creada recién el 15 de enero de 1825.

El centro histórico de Ayacucho alberga una serie de monumentos históricos y religiosos que constituyen su sello emblemático como una ciudad importante que desborda cultura y que aspira con justa razón a ser Patrimonio de la Humanidad.

Construida en el siglo XVII y ubicada en la Plaza de Armas de Ayacucho, la Basílica Catedral cuenta con diez retablos bañados en pan de oro y está consagrada a la Virgen de las Nieves. Combina elementos renacentistas y barrocos. La sobriedad de su fachada contrasta con la riqueza interior. Ahí se encuentran los famosos retablos de Nuestra Señora de Socos, del Señor de Burgos y del Niño Llorón, historias que figuran en Las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma.
Las edificaciones que rodean la plaza corresponden a los siglos XVI y XVII. Se caracterizan por las arquerías de piedra en el primer nivel, pilares con balaustres en el segundo nivel y techos de tejas de arcilla roja.

En el perímetro se encuentran casonas encaladas o con piedra blanca expuesta, así como las sedes de la Municipalidad de Ayacucho, la Gobernación de Ayacucho, la Corte Superior de Justicia y la Universidad Nacional de Huamanga.
Otro atractivo de infaltable visita es el Arco del Triunfo o de San Francisco, construido en 1910 en conmemoración de la victoria en el Combate del 2 de Mayo de 1866 contra las fuerzas españolas que intentaban reconquistar sus antiguas colonias. Posteriormente fue remodelado con motivo del centenario de la Batalla de Ayacucho. Está ubicado en la tercera cuadra del jirón 28 de Julio.

También es relevante una visita a la Casa Castilla y Zamora, sede principal de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Antes fue sede del Palacio Arzobispal y el obispo Cristóbal de Castilla y Zamora la cedió para que sirviera de claustro universitario. Está ubicada en el Portal Municipal 50, Plaza de Armas.
Para quienes desean conocer donde se originó el poblamiento del Perú, hace 20,000 años, deben llegar al complejo arqueológico de Pacaycasa, donde se encuentra la cueva de Piquimachay. Allí se encontraron los artefactos líticos más antiguos del país, asociados a huesos de fauna extinguida (mastodontes, tigres dientes de sable y camélidos).

También se encuentran en ese lugar los restos de la gran ciudad preinca de Wari, capital de la cultura del mismo nombre, que habría albergado una población de 55,000 habitantes. Otro sitio arqueológico es Tablapampa, perteneciente a la cultura preinca Huarpa.
En una visita a la región Ayacucho es infaltable conocer la Pampa de la Quinua, en el Santuario Histórico de la Pampa de Ayacucho, creado el 14 de julio de 1980 y escenario de la célebre Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, que selló la independencia de América del Sur del dominio colonial español.

El santuario está emplazado en una planicie elevada y de cierta pendiente a 3,350 metros de altitud. Debido a su privilegiada ubicación geográfica, es un mirador natural desde donde se puede observar los paisajes de la campiña ayacuchana.
En Huanta se puede conocer los complejos arqueológicos Azángaro, Tinyaq, Molinuyoq, Laupay y Sinuarpampa, donde se encuentra una piedra gigante en forma de cóndor. Por su clima cálido templado, Huanta es conocida también como "La Esmeralda de los Andes". Es la segunda ciudad más poblada de la región y constituye el nexo principal con la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
La visita a la región Ayacucho se completa con la Ruta encantada de los cóndores, nueva ruta turística, iniciativa del Patronato Pikimachay junto a la sociedad civil, la empresa privada e instituciones públicas, que ofrece a los visitantes una experiencia vivencial inolvidable a través de un recorrido por extensos y mágicos paisajes, andenes, bosques de piedras y un impresionante avistamiento de cóndores, las aves voladoras más grandes del mundo y protagonistas de este cautivante destino turístico.
El valle del Sondondo, ubicado a ocho horas de la ciudad de Huamanga, está conformado por los distritos de Cabana, Carmen Salcedo, Chipao, Aucará, Huacaña y Santa Ana de Huaycahuacho, donde existe un sistema de andenería y sitios arqueológicos que constituyen una valiosa herencia de las civlizaciones Wari, Chanka e Inca que habitaron estas y otras provincias de la región Ayacucho.
Puno
Visitar Puno para celebrar el arribo del año nuevo es ingresar a una atmósfera mágica donde la leyenda, las tradiciones y las fiestas multicolores se respiran todos los días. Sus sorprendentes islas flotantes de los Uros, fabricadas con fibra de totora solo son superadas por el mítico Lago Titicaca.

Un pueblo orgulloso de su pasado de tradición folclórica que se desborda cada año en danzas y ritos llega a su máxima expresión en la gran fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria, en febrero de cada año.
Tacna
Tacna es una región singular para recibir con exultación el nuevo año: desiertos y valles fértiles conviven para crear paisajes únicos. El clima cálido de las mañanas permite disfrutar de sus playas con oleajes tranquilos, mientras que sus baños termales y lagunas serán los lugares perfectos para asegurar una adecuada relajación.

Apreciar el
Arco Parabólico con las imágenes de los héroes Miguel Grau y Francisco Bolognesi, la fuente ornamental, la Catedral, la Mezquita Musulmana, el
Museo Ferroviario, el Jardín Botánico, así como los distritos de Pocollay, Calana y Pachia.

En el ámbito gastronómico es inevitable degustar el picante a la tacneña y sus vinos y piscos de exportación producidos en bodegas de obligatoria visita y que se abastecen de un estupendo valle acariciado por el sol y el viento.

La visita a Tacna se completa conociendo el complejo arqueológico de Miculla y el puente colgante, que son una muestra del extraordinario patrimonio de la Ciudad Heroica.
(FIN) LZD/MAO
También en Andina:
Publicado: 27/12/2025