Miles de jóvenes, algunos adolescentes, se enfrentan por estas semanas a uno de los mayores retos de su vida: el
. Esta prueba no solo determinará su ingreso a la universidad o a un instituto, sino también su futuro, lo cual les genera estrés, miedo y ansiedad. ¿Cómo pueden enfrentar esta situación y lograr la ansiada vacante?
De acuerdo con la jefa de la carrera de Psicología de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, Roxana Enrico, la ansiedad es una respuesta natural del ser humano que se relaciona con la anticipación a hechos.
Sentir miedo antes de rendir una prueba tan importante como el examen de admisión es una reacción normal, ya que competimos con personas que no conocemos en un ambiente totalmente nuevo.
“Dar un examen de admisión es el punto de quiebre con la experiencia previa que hemos tenido, que es la formación escolar. Ahora tenemos que enfrentar un mundo nuevo y a pares que no conocemos y que no son nuestros compañeros de colegio. Todo ese contexto nos genera ansiedad”, comentó en el programa Saludable Mente, por Andina Canal Online.
Si vas a rendir un examen de admisión, te sientes ansioso y tienes miedo de que esto afecte tu desempeño durante la evaluación, entonces sigue los siguientes pasos:
1. Reconoce que estás ansioso
Aunque parezca sencillo, no todos pueden reconocer que tienen miedo por tomar un examen. Aceptar que estás ansioso ayudará a disipar esa intranquilidad que sientes por lo que vendrá, ya que te permitirá buscar alternativas para enfrentarla.
2. Identifica los factores
La ansiedad no solo se manifiesta durante el examen, sino también en los momentos previos de la evaluación. Por eso es importante averiguar qué factores aumentan tu ansiedad.
Para ello, puedes hacerte las siguientes preguntas: ¿a qué le temo? ¿al examen o a mis capacidades? ¿A que otras personas sean mejores que yo? ¿Siento que no estudié lo suficiente? ¿Tengo miedo de decepcionar a alguien?
Según Roxana Enrico, a veces los jóvenes, por temor al examen de admisión, empiezan a cuestionarse las expectativas que tienen sus padres y ellos mismos sobre su futuro.
“Tienen miedo a decepcionar a las personas que pusieron todas sus expectativas en él, ya sea porque es el primero entre los hermanos en postular a una universidad o porque sus padres quieren que continúe con un legado”, añadió.
3. Expresa tus emociones
Una vez que identificaste las causas de tu ansiedad, debes transmitir tus emociones, puedes conversar con tu padre, madre, la persona a cargo de financiar tus estudios o con alguien de confianza, pero nunca te quedes sola o solo con esa ansiedad, recalcó la especialista.
También puedes buscar personas que han pasado por las mismas experiencias que tú, comparte tus preocupaciones y comunica lo que está afectando tu buen desempeño. Recuerda que la ayuda profesional siempre es una buena opción.
4. Confía en tus capacidades
El examen de admisión es un momento donde los jóvenes se presentan junto con otras personas a probar que es capaz de tener un lugar en esa institución. Entonces, uno de los elementos de esa ansiedad es el criterio con el que te evalúan, haciéndonos preguntar si somos aptos o no.
Enrico indicó que es normal dudar de nuestras capacidades y de lo que podemos lograr, pero ten en cuenta que, la negatividad no ayudará a desempeñarte mejor, mucho menos calmará tu ansiedad. Lo mejor es tener confianza y seguir preparándote hasta que te sientas listo.
Durante el examen de admisión, aunque es poco frecuente, señaló que tener un alto nivel de ansiedad puede poner "la mente en blanco", provocando que te olvides de todo lo que has estudiado.
“Más de uno le ha pasado que estaba seguro de la respuesta, pero, por más que intentara recordar, no logró obtenerla. En ese caso, cuando sientas que tu mente se quedó en blanco, lo primero es calmarte, tómate tu tiempo para respirar y vuelve a leer la pregunta”, agregó.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Para aquellos padres que no saben cómo calmar la ansiedad de su hijo quien postulará pronto a una institución superior, la especialista recomienda, en primer lugar, validar sus emociones.
“Cada joven tiene sus propias experiencias, por lo tanto, cada reacción ante un examen es distinta. Hay que validar las emociones de los hijos, no podemos decirle que no es para tanto lo que le está pasando o que no se preocupe porque vendrán cosas peores”, resaltó.
En segundo lugar, aconseja ser transparente con sus hijos, especialmente con los adolescentes, sin presionarlos a seguir una meta que, por el momento, no pueden alcanzar. Tampoco se debe obligar a seguir un sueño que no quieren o que difiere de sus capacidades.
“Podemos decirle que tiene ciertas habilidades bien desarrolladas y otras que podría reforzar. No debemos decirle que es totalmente bueno o malo en algo, porque lo más importante es hacerle entender que somos más que un resultado en un examen, somos personas que estamos tratando de superarnos”, finalizó.