Día Nacional de la Papa: conoce las claves del superalimento peruano que nutre al mundo

Destaca por su biodiversidad, importancia global, seguridad alimentaria, sostenibilidad e impacto económico

ANDINA/archivo

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12:43 | Lima, may. 30.

La papa cumple un rol fundamental en la alimentación mundial y hoy que se celebra su Día Nacional e Internacional es pertinente conocer las claves que definen a este superalimento como su origen peruano, biodiversidad, importancia para la seguridad alimentaria nacional y global, sostenibilidad e impacto económico, entre otros importantes aspectos.

Origen peruano de la papa


Investigaciones arqueológicas han corroborado que la papa surgió y fue domesticada en los Andes peruanos, precisamente en la región Puno, hace más de 8,000 años y desde entonces constituye un símbolo de identidad cultural, resiliencia y memoria colectiva. 


Un estudio publicado en 2016 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences mostró por primera vez evidencia directa del cultivo temprano en los Andes peruanos de este tubérculo esencial en la alimentación global. 


Este hallazgo es especialmente significativo debido a la naturaleza perecedera de los tubérculos, que rara vez se conservan bien, dificultando enormemente la obtención de evidencia directa de cultivos antiguos. Al encontrar micro restos de almidón que corresponden a papas cultivadas, los científicos pudieron ofrecer la mejor evidencia arqueológica hasta la fecha de que la papa se cultivaba en los Andes centrales desde tiempos remotos. Esta técnica de análisis de almidón, aunque relativamente nueva, ha demostrado ser una herramienta valiosa en la investigación arqueológica, proporcionando una ventana hacia las prácticas agrícolas de civilizaciones antiguas.



Biodiversidad de la papa


En Perú hay más de 3,500 variedades de papa con diferentes propiedades, contenidos y cualidades. Desde las cada vez más populares papas nativas, hasta las clásicas canchán o rosada (la más consumida por los peruanos), amarilla, huayro, tumbay, yungay, huamantanga y ayacuchana, entre otras que son ampliamente consumidas.


Asimismo, hay 70 variedades de papa inscritas en el Registro de Cultivadores Comerciales han calificado para ser aprovechadas en fritura. En 2008 se estableció un Registro Nacional de Papas Nativas que administra el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA).


Existen papas modernas que se están obteniendo con mejoramiento genético y que permiten incrementar las 90 variedades híbridas que se tenían hace 70 años. Cada ocho o diez años están saliendo nuevas variedades mejoradas cuyos principales atributos son que toleran mejor el cambio climático, tienen alto rendimiento llegando a 50 toneladas por hectárea y poseen más resistencia a plagas.


Las papas nativas, que se cultivan desde hace más de 8,000 años, tienen una gran ventaja frente a las nuevas papas porque se benefician del agua de lluvia y requieren un paquete tecnológico más orgánico. Por ello, estas papas constituyen la salvaguarda de la seguridad alimentaria en el Perú.



Sostenibilidad


La sostenibilidad de la papa es garantizada principalmente por las comunidades campesinas productoras de este tubérculo, que son celosas guardianas de su biodiversidad conservándola, seleccionándola y mejorándola a través de sucesivas generaciones.


La papa se siembra desde los 200 metros sobre el nivel del mar, pero en el caso de las papas nativas, por encima de los 3,000 a 4,200 metros, donde ningún otro cultivo prospera.


Entre los meses de mayo a junio se obtiene la mayor producción en las distintas zonas productoras del país, principalmente en la región andina, dando las condiciones más favorables para las cosechas y promoción del consumo masivo.



Seguridad alimentaria y ODS


La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca que la papa representa un cultivo de enorme importancia a nivel mundial. Sostiene que se trata de un cultivo fundamental en todos los sistemas agroalimentarios del mundo, desde los pequeños agricultores que producen a mano diversas variedades autóctonas en los Andes, hasta las vastas explotaciones comerciales mecanizadas de distintos continentes. “La papa contribuye a la seguridad alimentaria, los medios de vida y el empleo de la población de las zonas rurales y urbanas de todo el mundo”, subraya.


Gracias a su amplio cultivo y consumo, la papa contribuye a alcanzar los principales objetivos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como lograr el hambre cero, promover la agricultura sostenible y fomentar las oportunidades económicas. La papa no solo es un alimento básico en la dieta de muchas personas, sino que también ofrece oportunidades de empleo y crecimiento económico sostenible a lo largo de sus cadenas de valor”, enfatiza la FAO.


Frente al impacto del cambio climático en la agricultura y específicamente en la producción de papa, investigadores del Centro Internacional de la Papa (CIP), cuya sede se encuentra en Perú, sostienen que dentro de la “familia silvestre” de la papa existe una potencial solución.


Afirman que los parientes silvestres de las papas están genéticamente relacionados con las papas cultivadas y consumidas actualmente y contienen valiosas características que pueden incorporarse a las variedades de consumo para ayudar a garantizar rendimientos seguros y papas de alta calidad para reforzar la seguridad alimentaria y nutricional. Y si bien muchos parientes silvestres de los cultivos actuales no son comestibles, sus valiosos rasgos genéticos indican que debemos preservar esta diversidad de la papa para utilizarla en el futuro en el fortalecimiento de nuestros sistemas alimentarios.

Superalimento contra la anemia


Además de ser una muy buena fuente de carbohidratos y almidón de alta resistencia que se puede optimizar dependiendo del método de preparación, la papa brinda niveles significativos de vitaminas C y B6, antioxidantes como carotenoides y polifenoles, además de minerales importantes como potasio, zinc y hierro, este último fundamental para reducir su deficiencia, que es la principal causa de anemia que afecta a aproximadamente 2,000 millones de personas en todo el mundo.


Una investigación publicada en 2020 por la revista científica Journal of Nutrition destacó que el hierro que el cuerpo humano absorbe al consumir papa es mayor que cuando se alimenta de otros vegetales como los frejoles o la espinaca. “A pesar de que contiene mucho menos hierro que cultivos como los frejoles o la espinaca, la papa tiene un gran potencial para reducir la deficiencia de hierro de las personas debido a que el cuerpo humano absorbe una proporción más grande del hierro de la papa”, señaló el estudio.


Explicó que ello se debe a que la mayoría de verduras y legumbres contienen altos niveles de fitatos y otros compuestos que inhiben la absorción de hierro, mientras que las papas tienen bajos niveles de fitatos y mucha vitamina C, que mejora la absorción de hierro. Los nutricionistas aconsejan consumir las papas con su cáscara, que posee muchos nutrientes, para potenciar su calidad alimentaria.   

Impacto económico en Perú


El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) destacó que la papa es el cultivo principal del Perú en términos de área sembrada, sembrándose actualmente en 19 de los 25 departamentos del país y ocupa el primer lugar en los cultivos de la sierra.


Asimismo, la papa registra un valor bruto de producción que alcanza los 8,314 millones de soles, lo que representa el 10.5 % del total de la producción agrícola nacional, y Perú es líder en producción de papa en América Latina.


El cultivo de papa tiene un impacto clave en la creación de empleo al generar 25 millones de jornales por campaña agrícola y su siembra y cosecha involucra a 711,313 productores en todo el país.

Papa todo el año y regiones productoras


Otro de los atributos de la papa peruana es que se siembra y cosecha durante todo el año, siendo la campaña de siembra entre agosto y julio del siguiente año. Sin embargo, la campaña de mayor magnitud, que representa el 90 % de la producción total, es aquella que se siembra entre los meses de octubre y diciembre, y la de mayor cosecha es entre mayo y julio. El 95 % de la producción nacional se da en la sierra y el 5 % restante en la costa.


La papa se puede cultivar desde los 200 metros de altitud hasta los 4,200 metros sobre el nivel del mar, lo que brinda un gran espacio a nivel territorial y de pisos altitudinales. Ello permite tener disponibilidad de papa durante todo el año.


Si bien en los últimos años han mejorado las cadenas productivas tanto en la parte norte como en la sur del país, gracias a la ampliación y desarrollo de las vías de comunicación que han generado “corredores económicos” entre la sierra y la costa, es la sierra central, que agrupa a las regiones de Huánuco, Pasco, Junín, Huancavelica y Ayacucho, principalmente, es la que muestra mayor dinámica de comercialización gracias a su conectividad vial con Lima que tiene la mayor demanda de consumo a escala nacional.


(FIN) LZD/MAO


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Publicado: 30/5/2025