Hoy se conmemora el Día Mundial de las Abejas, una especie clave para la biodiversidad y el desarrollo sostenible en nuestro planeta. A propósito de esta efeméride, cabe preguntarse ¿Cuál es el mayor aporte de este insecto a la biodiversidad?, ¿Qué otras especies de polinizadores existen en la naturaleza?
Las abejas son un conjunto diverso de insectos voladores, clasificados zoológicamente dentro del clado anthophila (del griego anthos, “flor”, y philos, “gustar”, o sea, “amantes de las flores”). Están entre las especies más comunes y más ecológicamente importantes del mundo entero.

Al igual que sus parientes, las hormigas, las abejas son de los insectos más diversos y mejor adaptados a todos los continentes del mundo, excepto la Antártida. Se conocen de ellas casi 20,000 especies, de rasgos y hábitos comunes, siendo la más popular de todas, la abeja ordinaria, cuyo nombre científico es Apis mellifera, de distintivos colores negro y amarillo.
Los curiosos hábitos sociales de las abejas y su capacidad para fabricar la miel han sido de interés para el ser humano desde tiempos remotos. De hecho, la humanidad ha visto en ellas el símbolo de la laboriosidad, de la industria y del espíritu comunitario.
Apicultura
La crianza de abejas en cautiverio se denomina apicultura y se realiza con fines comerciales para la venta de su miel, naturalmente dulce y dotada de propiedades nutricionales y antisépticas, así como de la cera que son capaces de segregar.

También es célebre su picadura, dotada de variados niveles de toxicidad, particularmente dolorosa y capaz de desencadenar reacciones severas en las personas alérgicas.
Polinización, el mayor aporte de las abejas
El mayor aporte de las abejas es la polinización, un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Por ello, las abejas son consideradas las “embajadoras” de las especies polinizadoras.

Casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse. Asimismo, el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo (tres de cada cuatro) dependen en cierta medida de la polinización y el 35 por ciento de las tierras agrícolas mundiales. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.
Las abejas y otros polinizadores también sirven como indicadores de la salud del medio ambiente, proporcionando información sobre los ecosistemas y el clima. Proteger a los polinizadores también mejora la biodiversidad y los servicios ecosistémicos fundamentales.

Al polinizar las plantas y los árboles, los polinizadores son indispensables en los ecosistemas agrícolas para el cultivo de frutas, la horticultura y la producción de forraje, así como para la producción de semillas de muchas plantas que de las que se extraen sus raíces y sus fibras, como el algodón o el lino. Sirven también como productos básicos para la elaboración de medicamentos, biocombustibles o materiales de construcción.
La gran mayoría de las especies de plantas con flores producen semillas solo si los animales polinizadores transportan el polen desde las anteras hasta los estigmas de las flores. Sin este trabajo, desaparecerían muchas especies y muchos procesos del mismo ecosistema.

La polinización es, por lo tanto, un proceso clave tanto para los ecosistemas naturales como para aquellos gestionados por el ser humano. Se trata de una contribución esencial en la producción de alimentos y los medios de subsistencia humana, y vincula directamente los ecosistemas silvestres con los sistemas de producción agrícola.
Día Mundial de las Abejas
Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, la Organización de las Naciones Unidas declaró, el 20 de mayo, como Día Mundial de las Abejas.
Esta fecha memorable coincide con el aniversario del nacimiento de Anton Janša que, en el siglo XVIII, fue pionero de la apicultura moderna en su Eslovenia natal. Janša elogiaba lo buenas trabajadoras que son las abejas y la poca supervisión que necesitan de su trabajo.

El objetivo principal de esta efeméride es proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo. Todas las personas dependemos de los polinizadores y por ese motivo, es crucial controlar su declive y detener la pérdida de biodiversidad.
Las prácticas agrícolas respetuosas con la naturaleza, como la agroecología, los cultivos intercalados, la agroforestería y el manejo integrado de plagas ayudan a proteger a los polinizadores, garantizando cosechas estables y reduciendo la escasez de alimentos y el impacto ambiental.
Lema 2025
El lema de esta efeméride para este año 2025 es: "Inspiradas por la naturaleza para nutrirnos a todos", para destacar el papel fundamental que desempeñan las abejas y otros polinizadores en los sistemas agroalimentarios y la salud de los ecosistemas de nuestro planeta.
Amenazas a las abejas y otros polinizadores
Las abejas y otros polinizadores están cada vez más amenazados por la pérdida de hábitats, las prácticas agrícolas poco sostenibles, el cambio climático y la contaminación. Su declive pone en peligro la producción de alimentos, aumenta los costos y agrava la inseguridad alimentaria, especialmente en las comunidades rurales.

El descenso de la polinización también constituye una amenaza inmediata para la nutrición. Si continúa esta tendencia, los cultivos nutritivos como las frutas, los frutos secos y muchos cultivos hortícolas se irán sustituyendo por cultivos básicos como el arroz, el maíz y las papas, lo que supondría una alimentación desequilibrada, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Protección y conservación
Los esfuerzos encaminados a la protección de las abejas y otros polinizadores fomentan en última instancia la conservación de otros componentes de la biodiversidad, lo que mejora servicios ecosistémicos como el control de plagas, la fertilidad del suelo y la regulación de la calidad del aire y el ciclo del agua.
La protección y conservación de las abejas y otros polinizadores está vinculada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2 (Hambre cero) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres) de las Naciones Unidas.

La adopción de un enfoque holístico que garantice la coexistencia a largo plazo de las prácticas agrícolas para la producción de alimentos, fibras y combustibles es necesaria para lograr unos sistemas agroalimentarios sostenibles.
Para una producción óptima de los cultivos se requiere una variedad de polinizadores, entre los que se incluyen a las abejas. Un conjunto diverso de polinizadores, con diferentes características y distintas reacciones a las condiciones ambientales, es una de las mejores maneras de minimizar los riesgos provocados por el cambio climático. La diversidad de polinizadores puede asegurar una presencia eficaz de estos seres incluso en las condiciones climáticas cambiantes y garantizar la resiliencia de los agroecosistemas.
¿Qué otros polinizadores existen?
Además de las abejas, existen otros polinizadores que cumplen también un rol clave en la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Algunos de estos son los siguientes:
Mariposas
Son otras de las grandes polinizadoras del planeta, al alimentarse del néctar de las flores.

Dado que tienen un vuelo más lento que las abejas, no son tan eficientes como éstas, pero visitan una amplia variedad de flores y pueden transportar polen llevándolo pegado en sus patas y en su cuerpo.
Hormigas
Las hormigas se vinculan con las plantas con flores en busca de néctar. A cambio, contribuyen a la reproducción de estos vegetales. Las plantas que suelen beneficiarse de las hormigas como polinizadoras son especies que crecen cerca del suelo y tienen flores discretas cerca del tallo.

Los científicos siguen aprendiendo sobre el papel que desempeñan estas criaturas en la polinización del planeta.
Escarabajos
Los escarabajos han sido polinizadores durante millones de años. De hecho, se cree que fueron de los primeros insectos en visitar plantas con flores hace 200 millones de años. Y los escarabajos actuales aún disfrutan de las plantas con flores estrechamente vinculadas a especies antiguas, como las magnolias y los nenúfares.

Las plantas que dependen de los escarabajos para la polinización se llaman plantas cantarófilas.
Murciélagos
Estos mamíferos voladores son claves para la polinización de plantas como el eucalipto, y son el único polinizador conocido de algunas especies de plantas de la selva tropical.

De hecho, los murciélagos son tan importantes que algunas plantas han evolucionado para ser polinizadas exclusivamente por ellos. Un ejemplo es el agave, la planta de la que obtenemos edulcorantes, fibras y tequila. Sus flores se abren solo de noche y huelen a fruta para atraer a los murciélagos.
Colibríes
Estas coloridas aves de pico muy alargado y puntiagudo para alimentarse del néctar de las flores reciben gran reconocimiento por la polinización de las plantas en América.

Se estima que hay unas 2,000 especies de aves en todo el mundo que dependen del néctar o de los insectos y arañas que se encuentran en las plantas productoras de néctar. Si bien cultivos como el banano, la papaya y la nuez moscada dependen de las aves para su polinización, las aves son las principales responsables de ayudar a polinizar las flores silvestres.
Monos
Los monos pueden actuar como polinizadores en algunas regiones, transportando polen mientras se alimentan de néctar o frutos de ciertas plantas. El polen se adhiere a su pelaje y se transfiere a otras plantas cuando se desplazan.

Entre las especies de monos que contribuyen a la polinización están el mono tocón, el mono choro de cola amarilla, el mono araña, el mono machín, entre otros.
Zarigüeya
Este minúsculo marsupial mide tan solo entre 6,6 y 8,9 centímetros de largo y pesa apenas la mitad que un ratón común. Es uno de los pocos mamíferos del mundo que se alimenta principalmente de néctar para sobrevivir, por lo que está especialmente adaptado para la polinización.

Además de su lengua extralarga, que le ayuda a alcanzar el néctar, la zarigüeya mielera también tiene una cola prensil que le permite colgarse de las ramas mientras busca flores. Mientras bebe el néctar, su hocico largo y puntiagudo se cubre de polen, que el animal distribuye a otras plantas que visita para seguir alimentándose.
Oso de anteojos
Conocido también como oso andino, no es un polinizador directo en el sentido de que transporta polen de una flor a otra como una abeja.

Sin embargo, cumple un rol muy importante en la polinización de forma indirecta, dado que ayuda a la dispersión de semillas de plantas y contribuye a la regeneración de los bosques, lo que a su vez beneficia a la polinización.
(FIN) LZD/MAO
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