De la música a la ciencia: joven sanmarquino demuestra que el talento no tiene límites

Apunto de culminar su carrera y con el objetivo de seguir formándose como músico profesional

Sanmarquino Arturo Becerra Delgado y amante del violín. Foto: ANDINA/Difusión

Sanmarquino Arturo Becerra Delgado y amante del violín. Foto: ANDINA/Difusión

21:58 | Lima, oct. 23.

La perseverancia del sanmarquino Arturo Becerra Delgado lo llevó a convertirse en un destacado violinista y ese mismo soporte hoy lo impulsa a sobresalir como estudiante de la Escuela Profesional de Computación Científica de la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). En esta nota te contamos su historia.

Arturo Becerra es un joven de 22 años que, desde muy temprana edad, comprendió que a las dificultades se les enfrenta con esfuerzo, constancia y determinación. “Soy del Callao y muchas veces mi familia pasó por necesidades que me hicieron madurar y entender que también debía aportar en casa”, recordó.


A pesar de las limitaciones económicas, sus padres —un catedrático de la UNMSM y una madre dedicada al cuidado del hogar— hicieron todo lo posible para brindarle a él y a su hermana menor una educación completa. 

Mi padre empezaba a crecer profesionalmente dentro de la universidad, por lo que las oportunidades laborales eran escasas, y eso afectaba nuestro día a día. Muchas veces no alcanzaba para darnos algunos gustos, pero, gracias a su perseverancia, hoy todos hemos logrado salir adelante”, dijo.

El violín que despertó su talento


Arturo narró que cuando cursaba el segundo grado de secundaria llegó al colegio un profesor de música que sabía tocar diversos instrumentos y, por solicitud de la dirección, debía formar una banda escolar. “Desde muy niño me gustaba la música y cuando tuve 14 años formé parte de la banda escolar. Probé varios instrumentos, pero fue el violín el que realmente me fascinó”, relató con bastante emoción.


Sus padres al ver su entusiasmo por aprender sobre música, hicieron un gran esfuerzo para comprarle su primer violín. “Llegaba del colegio, hacía mis tareas y luego me ponía a practicar. A veces me pasaba más de cuatro horas intentando dominar el instrumento”, contó.


Su profesor de música —a quien considera su mentor— notó su talento y lo animó a seguir perfeccionándose. Gracias a su apoyo, Arturo llevó varios cursos en el Conservatorio Nacional de Música. Sin embargo, los talleres tenía el costo muy elevado y su familia no podía pagarlos. Por lo cual, decidió trabajar.

Mi profesor tenía un grupo de mariachis y me propuso integrarme para que pudiera costear mis estudios. Mi objetivo era prepararme para postular a la Conservatorio Nacional de Música, pero llegó la pandemia y eso cambió muchos de mis planes”, dijo.

San Marcos


Tras la pandemia, Arturo decidió replantear sus metas en la vida, aunque sin apartarse de su gran pasión: el violín. Por recomendación de sus padres, quienes siempre respaldaron su amor por la música, postuló a la carrera de Computación Científica en la UNMSM, disciplina que despertó su interés y en la que logró ingresar con éxito.

Las matemáticas y el arte tienen una relación muy estrecha: la música utiliza principios matemáticos para crear partituras, ritmos y sonidos”, explica sonriente.



En la actualidad, cursa el 8vo ciclo de la carrera y considera a la Decana de América como su segunda casa.  “Aquí no solo aprendo, sino que también adquiero experiencias que me servirán en mi futuro profesional”, afirmó.

Para Becerra Delgado, el violín continuará siendo su gran pasión, mientras que la Computación Científica representa el eje de su formación académica y el sostén de su proyecto de vida. 

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(FIN) NDP/DSC

Publicado: 23/10/2025