La calidad de nuestro sueño tiene relación directa con la cantidad de años que lograremos vivir, advirtió el doctor Luis Mattos, del Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado- Hideyo Noguchi”, al alertar sobre el incremento progresivo de la tasa de insomnio entre peruanos.
“La calidad y duración de nuestro sueño tiene relación directa con la duración de nuestra vida. En un experimento realizado con animales, se comprobó que, si se les impide dormir sistemáticamente, mueren”, subrayó el médico a la Agencia Andina.
En el programa Saludable Mente, el psiquiatra manifestó que desde que se inventó la luz eléctrica y la iluminación artificial, el ser humano ha ido perdiendo sus reguladores naturales del sueño.
Problemas de grandes y chicos
De acuerdo con un estudio realizado por Instituto Nacional de Salud Mental,
los problemas del sueño son una amenaza para la salud y la calidad de vida del 43% de adultos mayores, el 35% de la población entre 19 a 64 años y el 23% de niños de 6 a 10 años.
“El primer requisito para dormir es soltar los músculos, la mente, el espíritu, lograr relajarse. Si estamos atormentados por alguna preocupación esto será difícil. Y si a esto se suma que la persona se empeña en dormir, se cierra el círculo porque se pondrá más tensa al no poder conciliar el sueño”.
Buscar ayuda especializada
Fuera de problemas físicos que involucran mucho dolor, como una afección pulmonar, cardiaca, entre otras, el doctor Mattos dijo que la ansiedad o depresión no tratadas podrían originar problemas de sueño.
“Normalmente, una persona con un cuadro depresivo tiene problemas para dormir, pero a diferencia del ansioso -que con mayor frecuencia no puede conciliar el sueño- el deprimido llega a su cama rendido, agotado y sí logra dormir unas horas para luego despertarse en la madrugada, lo cual le causará mayor sufrimiento”.
Antes estos casos, aconsejó, buscar ayuda especializada para detectar las causas del insomnio y que esto de ninguna manera “una muestra de debilidad”.
“
El dormir mal y de manera crónica acorta la vida. Hace que la gente viva irritable, agotada, somnolienta. A lo mejor ese día conduce un carro y puede acabar matándose o matando a otra persona. En general,
las personas que duermen poco tienen un disfrute mínimo de la vida, porque quien no duerme bien no vive bien y, curiosamente, quien no vive bien tampoco duerme bien”.
Señaló que, aunque algunas personas se automediquen para conciliar el sueño, si no resuelven el problema de fondo, como una depresión no atendida, podrán tomar todas las pastillas del mundo, pero no resolverán nunca el problema para dormir, que se podría agudizar con el paso del tiempo.
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(FIN) KGR/RRC
Publicado: 22/3/2018